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futura reina de

ot

loso ser, sea estropeado. No puedo creer todavía cómo es posible que mi… padre. Claro,

irse con un hombre cuando estaba

somos nosotros

a. Porque lo admito, falta no me hizo porque tengo

ida de arriba hacia abajo—. Solo causas ansied

o de

ido —acaricio mi barbilla—. A ti tus padres vinieron a rogarme para

scritorio—. No creas que estoy feliz de esta

y camino lentamente par

pi para decirle que te despido, se te acaba tu bonito cuento de hadas, Alexia

ardo que am

as que esto se va a quedar así. No soy tu

tad para que no te regresen al

sto de los imbéciles que tienen dinero! —me pasa de largo golpeándome el hombro, se

—alzo una ceja y mi vista viaja a sus pequeñas manos, que

ia, que puedo jurar, que está molesta

o llegar a mi departamento? —su

e. Espera a que termine y le diré a mi secretaria que te indique dónde

mo una mu

des irte a la mierda —sale de la of

ree esta mu

ue lleva el diablo. Todos me empiezan a ver y estoy a punt

i oficina la cierras así —le digo cuando

ebeyo que no tiene modales ni mucho menos idea de c

nera—. Me mandaste a la mierda, eso no lo hace una dama. Así q

lera y tragando grues

da m

mi departamento! —vuelve a

gnora—. ¡Detente y haz

lsa con más fuerza el botón del ascensor—.

un teléfono y marco a recursos humanos, dig

o es ser

terror—. Ya no eres diseñadora o lo que sea qu

hacia los lados

mún hace, tomar sus cosas y venir hacia mí —las puertas del ascensor se a

exia! —me

a y una falta de respeto. Me recuerda a mí cuando era un hermoso pequeño. Crecí siendo el mejor

es que hablar de mí me l

*

n mi piso, debo saberla manejar. Me cabre

idad o algo en mí? —mi amigo me ve como si estuviera lo

ada de malo. Siendo sincero, no hay nada que no destaque en ti. Eres ex

Es la segunda mujer que lo hace y me afecta, hermano. Es una mancha que me está agobiando y me dice que

anda y haz valer tu voluntad. Domínala y si quiere

ista retrógra

saber que eres su jefe. No es que vas a jugar al sumiso y a la dominante. Solo que si tú abres la boca,

que yo. ¿Qué le cuesta ser una empleada obediente? —recuesto mi espalda en mi silla de 50 mil dólares. Fue realizada para m

oferta y

señarle la humildad y ser sociable. Nosotros podemos mostrarl

ue ella está actuando muy mal y yo no —mi oficina es de vidrio ahumado, cosa que

a del kínder y ahora, es está empleada. ¿Por qué simplemen

a dañar mi perfecta paz —la veo sentarse en un cubículo vacío, que ahor

Esto es una guerra entre ustedes. Definitivamente tú estás igual

n paz —di

no es de amigos —me levanto de mi luga

r ver quién manda en

do a esa niña que te traumo la infancia y sigues sin encontrarla. Ahora viene esta mujer y te obsesionas con

al verlo serio—. Es broma, pero venga, déjalo

migo y la mía. No me gustaba el ruido ni las personas, quería paz a toda hora y por eso, pedí a esta gente que no hablara

sé qué ha

es perder nada —Luk se ríe—. Bueno, tenemos una nueva emp

exia —me

el único con privilegios somos Luk y yo —me volteo a verla, y sí

til —s

personal. ¿Qué podemos hacer por Lady Alexia? Ella p

o a mi se

do, ella es una mujer muy capaz de realizar las actividades que le pongan y no causarán problemas con la realeza —sonrío—. Trabajo es trabajo sin

ar por terminada l

mos al ascensor, los pasos rápidos de algu

a Alexia—. Debo decirle al guardia real que lleve mis cosas a

en sus ojos, pero fue tan fugaz, que n

timi

ás. Búscala y entrégalas al guardia real, pero no puedes sal

ias —dicho

resa

espuesta de Luk—. Te dije que

guardia real —entro al ascensor y la miro como es

divertirme

errumpir mi paz, parece

e enamoró

dive