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Historia

Capítulo 4 *Mi prometida es ardiente Hermanita.

Palabras:2736    |    Actualizado en: 01/09/2021

de Paris; pero aun así no puedo bajar mis defensas. No puedo volver a confiar de esa manera; nunca le podre decir el por qué volver, iba a dejar todo

vista. — mire por el

o comenzó a zona

igo la señorita Smith con sus prog

rmanita. Veremos qué tan buena persona eres delante de Zack. Mire a Zack con una ceja levantada por su

ahora!? — lo mire divertida,

er merecedor de un Oscar

*

l lado mío con cara de chica buena a punto de hacer una travesura. Él porque es

con interés, quería saber que tan dispue

ás guapo con el cabello desordenado. — paso su mano por mi corbata desajustándola hasta quitándola. — por eso deb

rprendió, lo cual se encogió de hombros. No pude evita

zaba la falda de tubo color negro. Hasta los muslos, pase en seco — b

esabrocharse los botones de su camisa rojo dejando más pronunciado su escote, de momento la garganta se me seco, el calor en mi cu

ida es ta

error; note el color de su ropa interior de encaje, rojo igual que el color de su camisa, ahora que lo noto siempre usa el mismo color de

da que mi tío es un ex soldado y me enseño unos pequeños trucos

za; le sonreí con diversión — me acaba de cumplir una de mis grande fantasías. — incline mi cuerpo hacia

iel de sus pierna alzándola leve mente, tomando la con firmeza; su respiración se volvió pesada una mira de advertencia estaba en sus ojos, me acerque para besar su

hombros; este es tu castigo por desaparecer tres años de mi vista

e entre cortado, se escuchaba

o a su cuello, presione mi intimida en su zona Y, jadeo con fuerza mientras yo le dejaba un her

ria. Levante mi rostro del cuello de mi mujer, que por desgracia me está poniendo

roja que esta, estaba con su padre y su madre, suspire con indiferencia, sentí como me estaba abotonando la camisa, baje mis ojos toparon el

ba como mi mujer se recolocaba la ropa — Tal vez, no está claro con lo que te dije hace muc

mi novio ¿¡Porque haces esto!? — le sonreí co

alda. — respondí sentándome en la silla, mi mirada se fue a eso o

ro eso no significa nada para mí — respondí

que no fuera una niña mimada a esta edad. — le sonreí con fals

ndo llegue a casa. — res

a interrumpir pero Ce

— su voz sonó divertidamente con cierta malicia en ella. Mientras se levantaba

re salir de la oficina tan precípitemente, las mujeres le hicieron frente a mi mujer, pero nunca contaro

nza — miro con fri

mpresaria y con plata puede intimi

la sonrisa de confianza que le regalo Celeste a estas mujeres era de admirar — por cierto;

me a

e guerra — le lanzo un CD a la cara. — Si yo caigo, ustedes ca

¿¡Quién es Marcos!? ¿¡Porque le tiene tanto miedo!? Mari

a Blaster, pero te recuerdo qu

amilia, entonces también; hablemos de cómo te encargaste de destruir

*

a arrogancia brillaba en sus ojos, le sonreí, si no puede con tu en

e mi madre está en bancarrota — la sonrisa, s

a poco nos vamos — la mira

venta — miro su reloj de mano Tommy color rojo.

o anda mal con la venta de la acciones de la revista; tengo que ponerme a ver quién es el compa

*

madre Dulces Blaster era dueña de un pequeña revista que no era tan famosa pero aun así mantenía la vida de la mayoría de su personal, por un tiempo estaba perdiendo dinero, fue hay en donde

ió; diciendo que estaba embarazada de él. Arturo, no le importo mucho que estuviera embaraza de él, ya que con quien estaba a punto de casarse era con mi madre, pero mi madre no tenía corazón para separar a una hi

l padrino. Con el tiempo nos abandono; él tenía el poder de la entrevista de mi madre y se la dio a esa m

ante la mirada encontrándome

sas — respondí pensativa. — pero ellos me declaran guerr

s!? — el interés

é que si algo sucio hay él es el primero en ser nombrado — so

con ese tipo!? —

o en él, es muy dulce y cariñoso conmigo. La última vez que lo vi fue cuando tenía 10 años y de ahí no le vo

illa apoyándose con la mano a cada lado donde estaba in

e incline volteándome sobre el escritorio tomando

, aparte el rosto a una esquina evitando el sonrojo intenso que tenía, aun mi cuerpo sentía la sensación que me dejo esa calidad y la suavidad que me brindaba sus caricias, l

ojos — es difícil concéntreme ahora, contigo en mi escritorio — su

erta que entro el secretario personal se Zack,

— me escape de las manos de Zack, cogiendo mis cosas

s mientras tomaba su café, este es el inicio de algo bueno. Una vez afuera est

la voz seriedad del señor Sm

mith — lo mire con una so

tro lugares — su voz sonaba cansad

ida — me encamine a la salida— después de todo no s

perdonarlo simple no puedo, una lagrima Salí de mis ojos; mentira si dijera que no tengo miedo, pero lo tengo y no puedo simplemente quedarme de brazo cruzados y haciendo lo que me di

ejo hace días atrás — pero es se quedar unos días y después se ira, porque no quiere dejar solo a los niños, es todo un

unos días, al verlo me sonrió, lo abrace con fuerza él era un verdadero padre. Le conté todo

a piyama que constaba de una busca larga

ntrato — se escuchaba movimiento

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