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Historia

Capítulo 4 4

Palabras:4645    |    Actualizado en: 01/09/2021

on su hija se fue, justo hoy por la mañana. Es usual tener gente que solo se queda un periodo corto de tiempo, ya sea en v

establo de los caballos, a quienes dejamos corretear solos por el territ

que trabaja casi llegando a la ciudad. Algo lejos, pero le pagarán bien, e incluye los gastos de transporte y comidas. Tendrá más

ar el heno del suelo, llenar el bebedero, y para colmo bañar a esas bestias gigan

nada —resume Jake, burlón—. Yo, por mi par

—pongo los o

a del establo y recogerlo después, notamos como el hijo Lukasia

en un murmuro. No tiene que hablar t

rro rabioso. Yo misma he decido solo ignorarlo, hacer como si no existiera. Es difícil, porque a cada rato me lo cruzo saliendo de mi apartamento, en la coc

res son adorables

ifícil que era conseguir un trabajo fijo de electricista. P

tante rápido —sonrío. Esa mujer es todo un sol

llos. Jake se encarga de traer a la yegua, Dolly, para ser la primera en bañarse. La guía con el arnés hasta el

licamos champú. Es casi el mismo proceso que con los perros, o los mismos humanos. Siempre soy yo quien acaba sobre el caballo laván

e algo de agua encima, ya que la

gaño, tomando la manguera, aunque él de un movimie

os tienes?, ¿seis?

Lleno de espuma, comienza a perseguirme. Corro por mi vida, pues en el momento que logre atrapa

de pies a cabeza… miento si digo que no es una imagen común

que igual te atraparé! —me

jo de correr

or un momento antes de cruzar la esquina hacia la zona donde está la entrada a la resi

ande caer a un lado, rozándome el brazo, y veo como hay distintas prendas regadas por

do empapado por el contacto que nuestros cuerpos tienen ahora. Mis manos siguen en su pecho, y nuestros o

serio lo siento —digo más f

? —dice Jake al llegar a la

raro —masculla Ian, c

chico la basta una mirada molesta para decirme c

eta Jake, cambiando p

a, yo permanezco al lado de Jake, temiendo lo q

epite mi amigo, acercándose

integridad física, pasa al lado de J

a voz el rubio, agarrando a Ian de

emblar ni un poco. Lo encara, posicionando su cara a ce

esar de no tener ni la mitad de la condición física de este, proyecta bastante seguridad—. ¿Quieres pelear? —pregunta de nuevo—.

a de perro rabioso, justo como supo

más temprano para llegar a trabajar. Yo me di un baño caliente y ahora estoy en la cocina, haciéndole a mi abuelo un ejército de mini sándwiches que llevará a

ño —me sonríe al ver

e despedida en la mejilla y, ya que estoy aq

más fuerte en el hotel, me ayuda a preparar

. En el desayuno suelo quedarme mucho rato ha

dos hombres de tu edad que

mo ella en su vida. Eso sí, es difícil que vayan a conseguirla si no se esfuerzan. Marieta se la pasa muy bien sola y p

u hijo? Luce más sombrío que una

o el asunto, sin de

alegría —por el comentario yo suelto

de, y Roy se ofreció a llevar a mi abuelo a su junta, pues no quiere que

aba de llegar—. No entiendo por qué el

ieta—. Pero ni modo, vivimos en

l calor que necesites —por supuesto, para este punto ese tipo de comentarios son bro

gracias —sonríe la mujer de mechone

d luchan por conquistarla o si

nadie quiere morirse de frío aquí abajo. Donde

us movidas para hacerme, de nuevo, sentir avergonzada. Al menos en esta ocas

ué, Ian es un caso peculiar. Alguien que disfruta estar solo, que no quiere a nadie cerca,

ce Britt desde el teléfono—. Do

s ánimos siempre

ío—. Tú también pod

er en un trabajo de medio tiempo que le consiguió su padre en una zapatería. Me pregunto si será la misma donde

atisbo de riña, ella hace todo porque ambas partes, justamente, se disculpen. Aun así, no puedo compararla con Emily —ni viceversa—. Ella es madura, centrada, objetiva; es co

s, las travesías de Emily por España, la emoción de

apartamento rompe el h

én es —le digo, bufando con fasti

reloj de mi teléfono, que aún llevo en l

uro y sin ver por el lente antes, para

ver a Ian Lukasiac afuera de mi apart

lsillo de mi pantalón de pijama. Dio

la que llamó a mi puerta. Yo me pregunto lo mismo, pues lo que menos

o, viéndolo directo a los

as como las noches pueden ser iguales que cualquier otro día del año. Solo en los cuartos hay estufas, por lo que entiendo que muera de frio afuera, y más si solo trae puesta una playera. Como si eso no fuera poco, hay po

, no tengo porque esperar mil años a que se deci

as él, como un rayo, me detien

ta, con la misma cara c

rridos, misma expresión seria, hasta puedo decir q

qué qu

? —medi

nera, y no decir ni por favor, que es lo menos que espero. Es impo

a mirada, le doy espacio para que pase. Me gustaría sa

comedor, respectivamente— y se posiciona allí. Pone su pantorrilla sobre su otra pierna y permanece con los b

en calentar, así que en medio del perpetuo silencio solo espero a que el tiempo se cumpla. Pongo

—pregunto al aire,

s donde espero

ec

eles blancos de plástico barato. Le paso a Ian su taza, o más bien la de mi abuelo. Él, c

apartamento, como si fuéramos viejos amigos disfrutando de un café. La verdad, y aun con todas las es

ué cosa lo trajo hasta aquí, la razón de su extraña decisión de termina

rar que n

está muy ocupado tomando su café. Viendo su rostro, no parece di

repente? —pregunta B

reocuparse por eso?

poco. No porque la presencia de Ian me incomode y no desee

—. Pero, en serio, no eres

digo. Volteo hacia el chico, que no me mira a

la quien lo está haciendo—. Entonces te de

o para mí misma. Britt es

—se despide,

ube la mirada cuando me siento

, en atacarlo con preguntas y entender por qué está aquí, pero no lo hago. No tiene gracia que hable cuando sé que no lo quiere, y qu

e mol

y el televisor, por si deseas ver algo —le señalo a un lado—. En el refrigerador no hay algo que funcione como cena, solo bocadillos. Come lo que gustes —su rostro, por fin, suelta una expresi

mirada diferente que no me muestra fastidio o ganas de irse a otra parte, hasta

algo que no ha preguntado—. Si es así, no tengas vergüenza de dormir en el sillón, o en el cuarto de mi abuelo, dudo

ción, sorprendida por lo po

familia… Solo conozco su terrible actitud, puedo empezar desde ahí. Sigo sin comprender por qué continúo tratándolo bien si el solo me ha dado pal

de que el chico está en mi misma sala, venga y lo mate. Sin conocerlo ya lo d

d muero por saber qué estará haciendo el hijo de los Lukasiac en mi sala. Escucho un poco el televisor, así que a lo mej

encontrándome con las luces y el televisor encendido, pero a un castaño acostado a lo largo del sillón, dormido, con la cabeza encima del apo

sobre la cara, tapándole la mitad de esta. No había notado lo largo que era, al menos la parte de arriba, pues a los lados lo t

la papaya, acaba

o suficiente como para lucir asustado. Tamb

urmullo—. ¿En serio me m

se acomoda

r a su apartamento a pesar de cómo la has tratado

digo le afecta, pues baja un poco la

el sentado en el sillón, echando a un lado el su

fueron y no me dejaron la

—bufo, sentándome a su lado, mante

nte cómodo con ello, y yo, por mi parte, b

sillón… ¡Hay un plato con migas de mis galletas saladas e

unto, con algo de r

a —responde de inmediato,

detestarme a estar

dije que t

ecto que no deja de vola

diferente —s

do por la mente

ntender, entonces, por qué me

y eres bastante fast

s eso

rita y lo niegue? —vaya, sup

oso te sentaría bien —esto pare

interesara s

momento para echarlo de mi

scullo, levantándome del sillón y yéndome

nos una vez, pero el chico

en darte cuenta —as

oso —continúo lanzándole veneno mientras bu

ena obs

como tus padr

mirando el televi

ribles y es como si todo te diera igual —estoy frustrada. Él me

sta donde estoy yo. Se acerca hasta que lo único

rdad, ¿no crees? —dicho eso, se da m

acerlo sentir mal… Pensé en actuar de forma madura y terminé como una niña

jor qu

bro y cierro la puerta para encontrármelo a punto de bajar las escaleras. Lo detengo tomándol

aro es que sin ninguna razón deseo saber quién es rea

ener amigos? —es lo que sale

ese. Me lo imagino pensando: "

mo, no necesito a nadie apar

valora a sus padres bastante. Sin embarg

que pregun

ir —forcejea para que suel

tu amiga —ad

n ch

e te deje en paz y me juras que no hay ni un mínimo chance de que podamos ser amigos, dímelo ya, a los ojos, y

de. Ian no mueve un musculo, podría decir que está algo ten

que decías, ¿recuerdas? —su voz suena algo forzada, y cre

echarme más rápido. La forma en que lo dice me hace pensar que, tal vez, si quiere que me acerque y q

dmitirlo, no me detendrá si quiero ser su amiga. Algo en el ambiente me dice que será dif

avil

porque caigo en cuenta

no en su muñeca—. La llave del apa

, ahora se vuelve en una

al —m

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