ses pasaron, y ya no solo eran mensajes, preguntando por el día a día, sino, que había más intimidad. Gabriela se sentía cómoda, al interactuar con Ernesto, pues él, era tod
a Estefania Rosales, donde fue recibida con gran amor, y aunque todo parecía ser perfecto, hubo algo que no encajo con ella, y fue el hecho de que su amiga,
res de junio, 3 Pm – Apart
nó Estefania, mientras
no logro conseguir empleo,
arás algo, además, solo llevas do
o quiero ser u
igo, mientras vivamos juntas, no te
que eres mi ángel prote
rrera, así que no podría dej
nerme aquí contigo, pero no pretendas,
engo muy claro que no eres alguien q
gritado, entiéndeme, n
e a tu cuarto, una sorp
to, y donde
ida, está en mi cuarto, as
abitación, sin imagin
o pida creer, lo que sus ojos veían, ¿C
do, no significaba nada, después de todo, amaba a Ga
ela estaba totalmente desconcertada,
efania, queríamos darte la sorpresa, además, falta poco para el cumpleañ
ambiado, cambiaron, ya no era una simple conversación de amigos, el intercambio de fotos y mensajes eróticos, se
nza, para mí sigues siendo hermosa, y no lo olvides, yo
í,
acercó a Gabriela, la beso dulcemente, al principio, ella se mostr
artamento de mi amiga, no
me dijo, que podía hacer l
ento!, ¿
a, beso su cuello con sutileza, luego paso su l
to,
Él recorrió, su entre pierna, y sin más, metió su mano
iela, hacia todo lo posible p
e tenido más, que calmarme, porque tu figu
lla, mientras la poca cordur
cuerpo que lo embrujaba, a través de las fotos—, ¡Dios!, como añoraba esto—. Él la tu
s caricias de él, la llenaron de locura. Así que ella, gemía en voz baja, m
aquí abajo en mi pantalón,
é, si term
vimientos de su lengua, y en cuestión de
—Gabriela, escondía su rostro, est
s, respondiste ante el placer, así
ayudaría con él, p
cuparé de algo —Ernesto, hizo que Gabriela se col
on difíciles de controlar, a fuera de la habitación, Estefan
hora d
abía disfrutado estar en la gloria, en su i
talón de Aquiles, además, si vamos a
e me deseas
ad, por estúpido, deje que te arrebataran de mí, luego, mi
obre eso, te g
que en la universidad te conté, sobre la muerte de
e la universidad, dos meses después
vicios, que por poco me matan, lleg
a gustado,
s en el ahora, y hay que disfruta
ncontraron, debido al trabajo de Ernesto, él mantenía en constantes viajes, y su último lugar de residencia era Estado Unidos—, el espacio fue perfecto, pa
s aceptado me iré a F
ces, y te lo aseguro, ve
noto, cier
ra nada, estoy m
onozco, algo
toy bien, t
así, por favor
, sé que si te vas, esta vez
é a Francia, pero no pienso hacer
as en
, me daré por vencid
te vayas, pero tampoco estoy segura de pod
i no soy nada, y si, por mi trabajo nos hemos distanciado, yo he tenido a ave
a noche, el momento
cias por cu
o ve y pásala bien, disfruta la n
ento de Estefania, tomaron un taxi, y lu
quiere
bien —Lo menos, que quiera Ga
existe, el resta
oído de
to, ahí
conductor del taxi que por fa
te Delici
rnesto y Gabriela fueron atendidos de forma cordial, por uno de los me
mo que ordene el señ
r tráiganos el especial de la noc
mesero se retiró para llevar la
ué tanto
que estás
arme, solo me c
estido, en verda
ír a Gabriela, pues él estaba dispuesto a hacerla feliz
más, te gu
partamento, lo siento, es que
de que ella nació, ella se convirtió en el cent
irarse del lugar, y aunque la cena fue maravillosa, ellos no contaban con un i
é pequeño
mal sueño, ¿Por qué el destino se comportaba de esa manera?, no pod
s con él? —Esteven, mantenía la
te importa, E
como la put
olvió y sin remediar palabra alguna, l
l, ¿Qué
a respetar
Belén, me espera Gabriela, quiera salir de ahí, sus
, vám
que ella y menos mi hija estén contigo, y no pierdas tu tiempo, por su ca
, con destino al apartamento de Est
e dirás quié
mprendo que está pasando, ¿Cómo es que él es
rto, todavía lo amas? , ¿lo que sucedió est
esto
fui un reverendo idiota —La i
ntos, mi corazón… —Ella,
no hace falta que me resp
encuentro con Esteven, la conmociono de tal manera,
l apartamento, no soy tan mise
o llego el momento de despedirse, por más que Gabriela, quiso detene
tin