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Historia

Capítulo 2 DOS

Palabras:2195    |    Actualizado en: 30/10/2021

días —

de se encuentran mis

—responden

las sillas, y me acomod

eo que debería utilizar una de esas pastillas para conciliar el sueño, de lo contrario me vol

Alargo la mano y tomo un

, me parece que iban al

on las seis —aclaro, eso para mí sigue siendo horas de la

—menciona Sara, mi herm

como si el fuera a saberlo. Para aquel entonces el

o estamos— tienen que ir a trabajar, y tú señorita —ahora se dirige a mi hermana— tienes que ir

sí que ni te quejes —suprimo una carcajada llevándome a la boca la taza con chocolate caliente— ¿Y tú de

e encuentra sobre una mesita adornada con una jarrón de flores, que por cierto, había hec

lo visto es bastante importante– que ha vuelto luego

ne novia? —me dice d

on siquiera mirarla. Ese es un

ica, mientras recoge el último pan tostado que quedaba en la mesa. La miro

bia el canal del televisor— Si ni se a fijad

abrá quer

a un sorbo al choco

la ilusión era po

palmaditas en las espalda como si fuera niña. Siento como el chocolate c

me interroga ma

cabeza y mi her

saben? Yo siempre los he shippeado, me parecen una

, pero eso lo trae de nacimiento, ya no hay nada que hacer para estas altu

si no fuera creíble lo

o que puedo hacer es mirarlo con la

apoyes

ón, busco mi quepis, el único uniforme del taller, y lo encuentro tirado en el suelo, ¿yo lo dej

Ho

er, resuena la

ando una camioneta, y me fijo en un espejo, par

n el cabello largo y oscuro, que le llega hasta la cintura, sus ojos son de un azul cielo, casi podrían pasar por transparente

se qui

ci

lo sabe to

n lleva unos tacones de aguja, que yo ni en la otra vida podría utilizados, y

e atrás de la camioneta— Bienvenid

s tan patético, pero abuelo estaba tan enamorado que no

de mí para no parecer una maleducada. Mi humor

cabeza, sus ojos se enfocan en mi

os, como si

mi novio —demanda

e y vuelvo hacia la camioneta. En

te bu

un así puedo oír lo que dice la

minutos y Max no aparece, la chica ésta repasa con la vista to

la camioneta— No eres capaz de traerme una silla mientras espero, d

arqueo los labios

erd

de está ella pa

a y por si no te has dado cuenta esto —señalo con mi dedo índ

a —puntualiza de

uo, haciendo caso omiso a su parlote

ajas aquí

—pregunto, aunque es por pura ironía— ¿O t

inar hacia l

de una mujer que arregla au

o, mala imitación

prieto mis dedos formando un puño y cuando estoy por encajarlo en la car

qué s

a su barbie y

usa “Maurita”, c

lo iba a darle su me

a súplica con los ojos, para que solo lo dejé es

esa cosa horrorosa y su insoportable voz, y p

o como, prácticament

endas de decirles que

ña indicando su ropa, la niña pija no quiere ensuciar su ves

Max seguir con el trabajo, sonrío complacida por ello. Maura hace un horrible mo

ada a esto —se excusa Max, apr

Acaso porque ella haya nacido en cuna de oro

nseño mi dedo del medio, de

r fa

asemeja a un perrito hambriento

por que tú me lo pides, porque y

leta, la reviso y verifico que

onversación—, es una chica de cuna de o

do cuenta —mascullo c

atrás. Deja un beso sonoro en mi mejilla y

rmura—. Dale una o

as, acaricio el dorso de su muñeca con

entaré

s, pero esta vez su beso

que aún nos queda. Max ha reparado un Ferrari y yo me he encargado de lavarlo y encerarlo, pero hast

nocer la marca, pero si me doy cuenta que el dueño está tirando su dinero a la basu

o, mientras se quita su camiseta y la utiliza

, pero se la vuelvo a lanzar al recibir de lleno el olor a mapach

pecho peludo q

l comentario me resulta súper machist

da de advertencia. Ruedo los

toda una ch

to para volver a mi trabajo de encerar, mientras que Max se di

a más tardar empezará el próximo mes —a

inscribirt

quedarme con el primer puesto y no con un miserable terc

su respuesta es señalada con su dedo número tres— No te quejes que

or —objeta y vu

ico? —pregunto como qu

tengo al

eresada y evito mirarlo— ¿Y

toman de la cintura—, creo que tú la conoces, su nombre

ríc

ndome cara a cara con él.

a, la m

golpe en

do su nomb

ice, saborean

, e

a que he conocido hasta hoy, ademá

pachándome más fuerte, pero lo suelto de inm

arte un bañ

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