oficina. Mientras lo hago vuelvo a escuchar cuc

termina mi paciencia. En ese momento me detengo en seco, ju

ara observar a todos, quienes se han quedado

conmigo, pero puedo ser todo lo contrario con aquellos que no sean capaces de por lo menos decirme las cosas de frente—observo hacia dónde se encuentra la mujer que había comentado algo sobre mi. Ella se queda en completo silencio, sin poder mirarme si quiera

ilen lo que les acabo de decir. Y como era

unos segundos—Espero q

. Una vez dentro, me aseguro de cerrar la puerta y me dirijo a

Me ha llevado casi una hora terminar de leerlo, y me ha quedado

ir al jefe en cualquier re

fe a menos que haya sido ll

o con suma urgencia), se deberá primero

comentar al jefe a menos que llegue a últimas instancia

alzar la voz al je

ta así? "No se puede hablar con el jefe" "No se le debe alzar la voz al jefe" "No se de

cierro el libro para comenz

has cosas

-

s funcionarios en la notebook y observo el r

en orden para ir a su oficina. Mi horario de salida en teoría es las 7

me depara

ue los pasillos ya están vacíos y algunas luces apagadas. He estado tanto tiempo en la oficina sin s

co que el jefe tal vez ya se haya ido al ver que el salón se encuentra a penumbras pero ha sido muy claro al decir que d

mento a causa de la penumbra se ve incluso como

segundos después escucho su

stante concentrado. Me acerco un poco a su escritorio y me quedo parada con los papele

ca antes de seguir ob

ningún punto en el libro negro que prohibiera mirar al jefe,

re guapo se cumple. De hecho lo es, seria tonto negarlo. Mirándolo así in

no tiene nada que me interese. Sus pómulos son firmes, sus facciones marcadas, y sus ojos que por el

e y me tiende la mano para que le dé los papeles, cosa que hago y al ver q

tirarse—m

vuelta para sal

ga una ropa menos

abierta y giro

isc

y clava su mir

uchado lo

oy "provocativa"—hago comillas con los dedos—, pues déjeme decirle que lo que sea que

me la voz?—me irrita cómo todo

y alzand

bolsillos y se para en frente mismo, haciendo que te

s para despedirl

será por un a

ca que retumba en la oficina.—Creo q

—, y de todos modos, no me ha dejado demostrarle lo cap

ha demostrado que es

me en su cara. ¿El señor prep

e no me parece c

o?—me desafía y sus ojos s

er día en el trabajo—me armo de valor y me acerco un paso, con

al acercarse de esa forma—dice

respirar su mismo aire—ya no pretendo ser amable y hablo

o, haciendo que sienta su respiración en mi rostr

ro no lo logro, me incomoda y n

último que digo antes de apa

e me genera ese hombre. ¿Cómo puede decirme prepotente cuando él se gana el puesto uno? Bien, es el j

s rápido que puedo hasta mi oficina y a