. Pero, esas dos chicas, no eran nosotras. Cuando Nina estuvo frente a la pantalla, viendo esto. Ella se desplomó. Él la traiciono,

debemos cumplir, y volvernos f

del más duro, y desenfrenado. El tío, Mu, le dijo varias a cosas, a Nina. Sobre tener que olvidar muchas cosas. Yo por mi parte habí

principio. El teniente en jefe, nos trató bien desde nuestra llegada. Nos trató como jefa, y su superior. No quisimos el mérito

ve. Hace días, que no duermo como debido. Cada vez, que cierro los ojos, solo

i, y polo del mismo. Bota militar, y nuestro primer entrenamiento, fue correr diez kilometro mucho si era, pero a nosotros no nos importó. Las demás se quejaban, no obstante mi hermana ya

gó. En los primeros cuatros kilómetros, no pude más, me pare, aunque contemplé que el equipo estaba muy lejos de n

que junto a ellos. El chico que era capi

la ruta de los d

muchos decían que estábamos pres

de correr, porque tú t

esperar

ijo, que la ronda de mi hermana no cuenta. Algo que me gustaría decirle que no hiciera, sin embargo

no importa si ella fue corredora a

i hermana. Nina es muy foros, eso así. Partimos todo, y cuando llegamos a la meta, Nina ya estaba en otros entrenamientos, Y cuan

con odio, para ellos, ella estaba presumiendo, para nosotros t

ella se apoyó en la pared, el capitán se a

ste, pero no lo hiciste en el salto de lím

nte, lo miraba fijos, y eso sí, mi herman

has entrenado mucho! _ le

se sacudió el polvo y

que correr, capitán, y

ina lo llevaría al tope. El tenía que ser bien resistente para mantenerse al ritmo de ella. Cuando estaba enojada antes, daba seis a

tienes que correr! _ Es

mer, entrenamiento, contigo, pues ahora

r, y debía ser ya. El capitán debía correr ahora. Eso le pasa por presumido. En marco, el temporalizado, en su cuello, y Nina ya había arrancad

a por adelantado su carrera, no había pasado minutos, de mi pensamiento. Ell

biste ser tan

usco! _ me re

nuestro entrenamiento no había cesado. Bueno, algo si supe, no importa como nos pongan el entrenamiento

tamos los cubos. En el debido tiempo la lluvia paro y nosotras también. Ahora todos nos miraban. Desde nuestra entrada escuchamos los chismes, decían que era el ca

bieron sus castigos, por sobrepa

renado! Únicamente están presum

gusto, vieron que ni siquiera se retractaron, cuando le pusieron el entrenamiento, a

nte. Una de las militadas, Huan Yi, nos bloqueó el paso, haciéndonos saber, que

las etiquetas! Se bañan, después de

en breve segundo, Nina ya le tenía una mano por el hombro,

tente y me bloquearías la entrada, solo eres una que