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Historia

Capítulo 3 Capitulo 3

Palabras:3210    |    Actualizado en: 11/12/2021

tulo

día aislado del mundo, con los caballo

volvería. La vendedora, una señora mayor de aire severo que siempre tenía el ceño fruncido, estaba hablando por teléfono cuando ellos llegaron y ni siqu

as por encima del hombro. Y puso los ojos en blanco cuando Jenny le an

colegiala. Y, todavía más sorprendente, cuando Elias comentó que el esmoquin era para un acto benéfico, la mujer le ofreció un modelo más caro por el mismo precio. Entonces Elias le contó que J

lias cuando ya estaban de nuevo en la camione

la primera vez que iba a esa

Por

ido muy poco profesional. No entiendo có

encogió d

a. Tal vez estuviese muy ocupada. O quizás tuviese

motivo para ser

as la

mal día, que no has hablado mal a alg

a un c

e eres mejor pers

ido a separar las em

estuviese de peón en un rancho. Podría llegar mucho más lejos en la vida

y le encantaba lo que hacía, pero Elias ya le había dicho que le gustaba ser como era. Y, en realidad, ni siquiera era su cliente. Solo tenía que aconsejarle

as no giraba donde debía

haber girado

de voy –re

va por ahí. Por este

a la peor zon

e hacer un par de

ias

e esté llevando

uelco el corazón. ¿

aberse subido a

atractivo y encantador, pero bie

no parecía que fuese a saca

a puerta, para abrirla de golpe cuando l

nde me

miró y

Solo te llevo a tomar algo. Es lo mínim

ó aliviada y s

erdad. La fundación me c

í, quiero

es que tengo que

cinco de la ta

cuanto más siguiesen avanzando en dirección co

sado trabaja

n semáforo en rojo y

Por

imero que pensó Jenny. Aunque, por

o oblig

ana –comentó Elias, acelerando cuando

í, pero… –Entonces, ¿no pr

vierte t

queó un

vierte trabajar?

ontestó Elias, mirándola de reoj

d se le daba

tengo que volv

contradijo

bría entrado sola. Le recordaba demasiado a los locales de los que había tenido que

ese la vuelta y la llevase a su despacho, Elias se ha

le tendió una mano p

hacer esto –

suelo –le dijo él sonriendo–. Y te

se refería, pero intentó camelarla con una so

o salgo nunca c

ero yo no soy uno

tenía

n lo es y, por lo

no estaba logra

co a casi nadie en la ciud

e tan sincero con ella. Le estaba

chas mujeres que estarán encant

uiero tomárm

or a Elias. Había algo en él que la fascinaba. Y no se trataba solo de q

xy la invitaba a tomar una copa, ella prefería volver a trabajar.

esional. Elias tenía mucho potencial. Tal vez si se cono

sería solo

. Y luego me llevarás

rome

mano para ayudarla a bajar. Tenía la mano grande y callosa y cuando tomó la suya, Jenny se sintió… seg

conocía. Y, además, era m

echó a andar por el camino de gravilla con sus altísimos tac

mentó Elias cuando esta

tida demas

e importará,

ny av

a alcohol y a desesperanza. Música country tan alta que uno casi no podía pensar, mucho menos mantener una conversación,

un vaso de whisky barato en las manos, pero no vio eso, sino un local limpio y bien cuidado. La música estaba

un partido en una enorme pantalla plana,

la a la zona que había detrás de la

nía la mano en la espalda. ¿Por qué tení

lo fuese tomars

estaba interesada en una relación que no fuese profes

Era una mujer mayor, con rostro amable, con un delantal en el que pon

o la mujer sonriend

señ

y la miró sorprendida. D

ra tu

ue aquello era como una reunión de trabajo, aunque, en realid

de chardonna

co de la ca

e ac

a mismo

ubo marchado,

ue vienes mu

encogió d

vez en

trabajas e

er Run, está a las a

oído hablar

l noroeste, en las montañas de Sa

rayecto cada vez que tienes

biblioteca. Vengo los jueves por la tarde y me quedo en un

rece bien que te tome

hombre

e la m

mpo llevas tra

cho

alguna vez en hace

Como

olver a estudi

é? Me gusta

ente que se trataba de un hombre in

la copa de vino de Jenny

go la carta

cias –resp

–le dijo Elias–.

uedo, d

iáis de opinión –le

–le respondió Elias

tió Jenny–. ¿Es l

res hijas. El mayor, Dave, es el cocinero y la más joven, Christine,

sabes t

antes de darle un sorbo a la

ndió, dándole un sorbo a la copa de vi

me s

gar en el que todo el mundo está al

undo conocía a su madre

teniendo fa

o la veo. Soy hija única y mis

o mucho. ¿E

nía siete años y mi madre, cu

qué m

acostumbrada a revelar tantas cosas de su vida p

do que

n un accidente

sobrevivió al golpe, pero transportaba un

muró Elias, sacu

e se lo to

erte de su padre, se habí

se dedic

osa que le hicie

ajo le duraba demasiado y habían estado mu

cómo

áncer d

de beber después de que

ndido si

ho antes si hubiese tenido el valor necesario. Y, en cierto modo, ella deseaba que hubiese sido así. No se imaginaba a sí misma

ero Fiona había sido frágil y delic

er muy duro –

os que no tuve tiempo para sentirme mal. Era mi primer año en la un

meta mu

ía perder

la man

atro

un trago a

de ser

omo si no conociese a muc

la de honor y empecé a trabajar en una de las empresas

rminaste en V

zar y mi jefe tenía un local aquí. A mí me gustaba mucho esta zo

cidiste abrir tu

o otro sorb

muchas

cuenco que había en la me

ioso por n

escuchar. Parecía interesarle rea

presa trabajaban con ella gracias a mí, pero yo sol

ue fue p

e a la asesoría de imagen. Y la verd

empresa de prestigio. Y en los dos años que llevaba como empresaria, la fundación era la cuenta más important

te ha ido bien

rabajad

llevas haciéndol

sde f

ga de Ana Gome

uya. Le impresionó mi trabajo y, al buscar a alguien para

sabes de l

y de la información que me han dado para l

illie, que estaba atendiendo a otra mesa, c

s que no tengo

aces en tus

ngo días

queó la

do que trabajas sie

levantando la copa y dándose cuenta

sita tomarse un día l

en una etapa crucial. La gala de la fundación va a servir p

eció sorp

import

la organización, así que asistirán personas muy importantes

rtante –comentó Elias, como s

raré tan bien que nadie se dará cuenta de q

con otra copa de v

as –le d

e recordó Jenny, mirando la

disfrutando d

disfrutando de lo lindo. De hecho,

Hasta le gustaba ponerse nerviosa cuand

ndo tenía derecho a soñar. Podía imaginarse cómo se

ía un

da y no había lugar en ella

ido estar con él una noche o dos, todo en

le respondió–. Es solo

ía si no lo hic

se sor

quiere

o tu negocio? ¿Se t

lo era

supuest

a de la mesa y tomó la de Jenny

uánto tiempo hacía que un hom

masi

Elias, derritiéndola con la mirada–

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