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Historia

Capítulo 4 Capitulo 4

Palabras:3161    |    Actualizado en: 11/12/2021

bía que

a seguro de por qué quería que se quedase con él, cuando estaba claro que no iba

tenía compañía femenina. Casi no había mirado a ninguna mujer desde que había sorprendido a Ashl

l hecho de que hubiese accedido a tomar algo con un hombre que, para ella, era pobre e inculto, decía much

, Jenny le recor

o en el rancho. Se había aislado del mundo. Y en los últimos tiempos había estado tan obsesionado con Oliver Cameron

podía arriesgarse a que lo reconociesen si no quería tirar por la bor

do, no parecía representar una amenaza para su

omo él bebían whisky de ochenta años y hacían negocios. También prefería estar en el rancho

vez le gustase la sensación. A él le estaba gustando. Y, si se salía con la suya, iría m

tarde –comentó ella–, pero tendré que hacerlo mañana

e la camioneta vuelva a transfor

a cita–dijo ella, apartando la mano–

ó él. Con derecho

Pronto empezaría a bailar la gente y, a las siete, comenzaría a tocar la banda de mú

ncreíbles. En su despacho, a Elias le había parecido que

ando fijamente

a delante, apoyando

averiguar de qué co

or esté. A veces son

mor estás cuand

enta. R

pondrían cuando estaba excitada y si

ió Jenny–. ¿Por qué no me cuentas algo de ti? Y no me digas q

no la versión completa. No obstante, sabía que cuant

ezó–. No muy lejos de aquí

a verlo

mos de acuerdo

tu madre murió cu

redosis accid

suficientemente infeliz como para quitarse la vida. Y aunque él tenía solo catorce años, su muerte había sido la gota que había colmado el vaso. Desde entonces, casi no había v

rmanos? –le p

ro hace quince año

bía oído que Ada se había casado hacía poco tiempo y estaba embarazada de su p

años es mu

comp

ginarse a alguien tan sociable y agrada

son

Tal vez solo esté fingi

egundo, pero ensegui

ar a la gente. La manera en la que has engatusado a la vendedora hace un r

eso se había dado cuenta con Ashleigh y había sido un trago bastan

to –comentó sonriendo–. Dado q

–respondió ella, vaciando la segunda copa de

de estar subiénd

mpezando a

acia delante y clavó

e puedo llegar

ión de que a Jenny se le estaban oscureciendo

mujer tan guapa co

a dicho que

ado trabajar un viernes por la noch

i carrera y no tengo t

ba en esos momentos. Una mujer que no espera

e que era millonario, tal

or qué no t

son

a dicho que

es no estaría

ier

ometida hasta

se pus

no sal

manera educada de decir que me

acudió l

e engañan a sus parejas. Si no

l parecer, jamás había pretendido ser feliz a su lado ni s

ces por e

aces de mantener la bragueta del pantalón sub

quiere

dó antes d

er cuando mi padre murió y no p

de ser

débil,

a parecerse a ella. Por eso le parecía tan importante tener éxito y ser autosuficiente. No era el ti

o un gesto a Billie para que les sirviese otra ronda y, aprovechando que es

ila c

os ojos y negó

. No

el mun

, Elias. No

s tan d

es p

la última vez q

antas veces a Devon Cornwall que cuando fue a devolv

me l

d que sí. B

do lo que quieras –le dijo, agarrándole la mano

y nadie

Dentro de un par de hor

entras dejaba que Elias la ll

todo el mundo. Voy

garrándola y empezando a moverse

delgadas, pero, al mismo tiempo, era una mujer fuerte,

dijo, ruborizándo

e el problema era que esta

te y déja

tuvo la mirada clavada en lo alto de su cabeza y ella,

Lo s

ominarlo. Dentro de nada estarás

volviendo a clavarle el ta

pies. Y sí,

que no pue

uede hacerlo. Solo

ngo coor

a. Son solo movimi

a pisarlo. A ese paso, ib

Lo s

dea –dijo Elia

n él? –le preguntó Jen

ocupes, te l

se agachó, le quitó el zapat

–P

ijo, repitien

é has he

os estaban

masiado bajita

uánto

pongo muy recta. Siempre

¿Qué tiene de

o los ojos

olo la puede hace

un metro oc

icinco centímet

son

e te he quitado los zapatos no

–¿

dicho que po

ro entonces empezó una canción más rápida y Elias pr

donde Billie les había dejado

intenta decirnos

bre –admitió Jenny, dando un sor

si no quería que Elias tu

a nerviosa si le proponía bailar con tanta gente, pero entonces empezó a sonar una canción lenta y fue ella la que se levantó, descalza, y lo in

d, me gusta bailar –com

ejor y solo lo pisó una

ta de seda color rosa claro que parecía tan suave y delicada como su piel. Tenía los pechos pequeños, pero proporcionados con el resto de su cuerpo. T

eza, pero cuando intentó sacarla a bailar una de las coreografías en línea, se negó porque le daba vergüenz

r. Hasta que había conocido a Jenny. Pero para ella era un hombre sin estudios que

ostraría el tipo de mujer qu

l hecho de no haber estado con un hombre en mucho tiempo, pero no podía evitar tener ganas de estar pegada a él. Normalmente se fijaba en hombres estu

–comentó Elias con voz má

e sonrió, y vio que tambié

de que haya

ano para apartarle un mechón de pelo de l

trabaj

manos por él para quitarle las horquillas–. Ves, tenía razón. Sup

ias seguía diciéndole ese tipo de cosas y mirándola así, iba a empezar a

se preguntó si iba a besarla.

vantó la barbilla, pero Elias se limitó a ap

l le dio la mano y la ll

do tarde. Debería

ba pasando tan bien que no le apetecía marcharse. Aunque, si la llevaba a casa, tal vez le diese un beso de buenas no

al aparcamiento. Iba tan inestable con los taco

che en el desp

stás en condicio

iré a traba

tu casa por la ma

e, de ese modo, tendría que volver a verlo.

ioneta y luego dio la vuelt

dónde

staba acercarse a la gente y bajar la guardia. Le costaba confiar. Era una persona reservada por naturaleza, pero esa noche le había contado a Elias cosas que no había compartido ni con sus mejores amigos. Incluso

callada –le dijo

hecho, hacía mucho tiempo que no me sentía

o ta

edificio y salió a abrirle la puerta. Al bajar

o él, sujetándola de

que pensaba –respondió ella, aferrándose a su

a el resto de su cuerpo. Y cómo reacci

quitó las llaves de la mano para a

ado muy bien

o ta

bésame y h

or hacerme

De

ame», siguió

piración mientras esperaba a notar sus labios. ¿Le daría un beso lento y dulce, o

a limpio de su aftershave, y notó la

spués de haber pasado toda la noche en un perpetuo estado de exc

mún, lo agarró por el cuello y le hizo baja

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