img LA CASA AL FINAL DEL EMPEDRADO  /  Capítulo 3 Parte Tres | 30.00%
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Historia

Capítulo 3 Parte Tres

Palabras:2021    |    Actualizado en: 23/03/2022

ítu

Servando, su padre. Por lo que ahora debía hablar claro con doña Adolfa. Lo que la ingen

el desayuno puso a l

o sola? Aún faltan semanas

e llama; y ella bien puede encargarse de usted... Estoy s

corazón a la joven, se

rendo porque insistes en llamarlo padre si ni siquiera lo es, ni se ha comportado como tal y puros problemas

el momento que... no pude negarme. De cualquier manera el empleo que él me ofreció es sólo

ienvenida siempre... Ah pero por lo pronto promete

nos estare

. ¿es...

Rentería

s un engreído, un pedante y un grosero y...

presentar a la muchacha con su joven nieto Clemente. Desde que Doña Adolfa la vio entrar a su casa, supo que no era una mujer común, no

u casa. Ahí encontró a don Servando,

medita!— dijo emo

vez est

ees? Pos nos pusimos a festejar que ya me habían soltado los gendarm

a caliente para que luego tome un

estoy tan c

hizo el favor de pagar sus deudas... Yo sola no voy a poder

r a trabajar ingra

Camilo, el dueño de la tienda de abarrotes si podía ocuparlo a

ien soy, de lo ilustre de mi apedillo... Además yo siempre vi por ti y tu ma

ero

ono a lo mucho que yo hice po

hágalo por usted, verá que se sentirá m

l viejo molesto haciendo un intento por empujar a l

de Vidal. La muchacha al poner un pie en la entrada del lugar, no

uerta una altiva madura mujer de rasgos indígen

al señor

a mujer corrigiéndola con tosco modo, mientras miraba

í e

lugar muchacha y el señor no me habló d

oven se sinti

ofreció un

o verás no estoy

puede emplea

mucamas... Aunque tal vez pueda haber un lugar con

nde puedo ve

hacha... Como entenderás no puedo darle información del patrón a cualquiera... Y como ves teng

da joven; Ramira otra de la muchachas del servicio, le hizo señas a l

! ¡Acá arriba! — dijo

¿a

Eres Alame

ja

quina derecha de la casa, la qu

lí la sirvienta abrió por dentro

ería. Hoy por la mañana escuché al señor decirle a la pesad

Cóm

sto de ama de llaves. Su nombre es Alameda Gómez, le dices que tuve que salir por unos

e dijo que ella er

n irremediablemente y sin saber por qué, sintió una

ero lo que te dijo no es verdad. Ella es muy alzada y nos da

isimular el desagr

es? — dij

ue te apresures

— dijo Alameda y se

ntrar. Luego asintiendo con la cabeza como saludándola, se puso de pie y le ab

dijo un poc

ensar que me h

odría hac

ó comentar — dijo él tomando asiento justo fren

io detalles —res

casona estuvo deshab

s a

cio están tratando de dejar el lugar habi

n dejo de reclamo y desagrado que no pudo oc

gonzada, se reprochó sus palabras y sintió que había cometido una indiscreción. El hombre casi por un momento d

go la señorita? —

on enfáticos ambos

idal recompuso apartando

tomar algo? — le p

abeza bajando su mirada. El mesero al sentir

sted supervise los trabajos de limpieza del lugar... Creo dura

rsonalidad del tipo engreído había desaparecido misteriosamente, lo que lo hacía un

do? — di

noce la propied

palma de

propiedad... Voy a necesitar que vayamos y me

darle un poco de confianza, reiterándole que no podía traer el documento al restaurante. Enton

ontacto y una descarga los recorrió, erizándoles por comple

el trato con la

órdenes directamente de mí y sólo a mí me debe dar explicacion

mujer supongo que tambi

lo debe obedecerme a mí

No debe darme ni

presidente y se empeñó en venir. Ella llegará en algunas semanas. Honoria quiso adelantarse y s

un silencio incó

y por la tarde necesitaré que me acompañe

pie; mientras Vidal se apresuró

as atenciones para una simple empleada, po

ndose sin mirarlo para evitar

sto cuando ella abandonó el lugar, él por fin pudo soltar la respiración. Su pulso se ha

s; incluyendo a Honoria. Luego les hizo el nombramiento oficial de Alameda.

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