Punto de vista de Scarlett:
Después de despedirme de Charles y Rita en el restaurante Rainbow Dream, la madre de Charles, Alice, me llamó por teléfono para informarme que ella y Christine, la abuela de Charles, vendrían a vernos. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que las había visto. Me sentí tan emocionada cuando recibí la llamada de Alice que prácticamente le grité por teléfono que estaba de acuerdo con su visita. No podía esperar para verlas a ambas, especialmente a la abuela Christine, porque la había echado de menos, así como a sus deliciosas tartas de manzana.
Ambas siempre habían sido muy amables conmigo y me hacían sentir como en familia. Si se enteraban de que Charles y yo estábamos planeando divorciarnos, se les rompería el corazón.
Por esa razón Charles y yo hicimos nuestro mejor esfuerzo y actuamos como un matrimonio amoroso y normal hasta que se retiraron. Simplemente no era el momento adecuado para decírselo. Además, teníamos que ser muy cuidadosos porque Christine era inusualmente perspicaz; podía intuir mentiras y engaños a una milla de distancia como un tiburón que olía una gota de sangre en el agua.
A decir verdad, no esperaba que Charles regresara a casa, pero tan pronto como lo vi, me comporté como una esposa cariñosa con él. Sinceramente me pareció que merecía un premio Oscar por mi actuación.
Al ver a la abuela Christine regañando a Charles como si fuera un niño travieso e inquieto, tuve que tragarme la risa.
"¿Qué te parece tan gracioso?".
"¿Qué? Nada", murmuré. Necesitaba encontrar un lugar en la casa para estar un rato a solas. Desde que Charles y yo hablamos acerca del divorcio, me había resultado un poco difícil quedarme en la misma habitación que él.
"¿A dónde vas?".
"A la cocina".
"¿Puedes prepararme un baño de tina, por favor?", ordenó Charles con una expresión fría.
"De acuerdo", respondí, después de lo cual giré sobre mis talones y subí al baño.
Cuando miré la enorme bañera doble de porcelana blanca, caí en la cuenta de que nunca la había usado. De repente me imaginé a Charles bañándose en ella.
En un santiamén mi imaginación hizo estallar la desproporcionada escena de Charles en la bañera, lo que me hizo tambalearme. 'Scarlett, ¿qué demonios te sucede? ¡Deja ya de tener pensamientos inapropiados sobre tu marido!'.
Entonces sacudí la cabeza y abrí el grifo. Después de ajustar la temperatura del agua, esperé a que la bañera se llenara.
A continuación me senté en el borde de la bañera y comencé a pensar en la cena de mañana por la noche. ¿Debería llegar con Charles? Honestamente, irme con él a la fiesta me incomodaría un poco, pero no había visto ni conversado con su familia en mucho tiempo, así que realmente me encantaría volver a ver a Alice, a la abuela Christine y a Lawrence. Los conocía desde que era pequeña, por lo que realmente los consideraba mi familia.
Mientras estaba inmersa en mi ensoñación, la puerta del baño se abrió de repente.
Instintivamente me di la vuelta para mirar, pero no pude mantener el equilibrio.
Lo siguiente que supe fue que estaba cayéndome en la bañera, la cual afortunadamente estaba casi llena.
Era tan grande que sentí como si me hubiese caído en una piscina.
Me asusté tanto de que iba a caerme, que instintivamente me giré. Entonces recordé que estaba en una bañera y me detuve.
De repente el baño se quedó en un silencio inquietante, excepto el sonido del agua saliendo del grifo.
"Lo siento... Lo siento mucho", pronuncié mientras me salía de la bañera rápidamente. Como era de esperarse, esparcí agua por todas partes cuando logré salirme.
"¿Por qué estás disculpándote?", preguntó Charles mirándome con el ceño fruncido.
Dado que estaba empapada, todo lo que podía ver era mi sostén trasluciéndose a través de mi blusa blanca y mi falda pegada a mis piernas. Aunque estaba completamente vestida, me sentía como si estuviera desnuda. Traté de exprimir un poco de agua de mi blusa, pero sentí como si estuviera retorciendo el cuello de mi dignidad.
¿Por qué tuve que sentarme en el borde de la bañera? Podría haberme quedado parada mientras esperaba a que se llenara.
"Cambiaré el agua", dije, después de lo cual rápidamente cerré el grifo y abrí el desagüe de la bañera.
"No, yo lo haré. Ve a cambiarte de ropa".
Dicho lo anterior, Charles tosió, me arrojó su toalla de baño y se dio la media vuelta.
Yo, por mi parte, envolví la toalla alrededor de mi cuerpo y corrí a mi habitación para ponerme ropa limpia y seca.
Después de cambiarme de ropa, agarré otra toalla de baño para Charles y regresé al baño, donde encontré a Charles parado ahí, semidesnudo. Desde donde estaba, solo pude ver un costado de su cuerpo, el cual no era tan musculoso, pero firme y esbelto. Parecía una estatua bien esculpida de una deidad romana masculina, lo que me dejó sin aliento. Quería darme la media vuelta e irme, pero mis ojos parecían tener mente propia, de modo que no pude evitar mirarlo fijamente. Su vista lateral me permitió echarle un vistazo a la mitad de sus abdominales bien marcados y su cinturón de Adonis que se extendía hasta su pantalón.
Tragué saliva cuando mis mejillas comenzaron a ruborizarse. Cuando Charles estaba a punto de quitarse los pantalones, de repente se detuvo y se giró para mirarme.
Luego comenzó a caminar hacia mí, dándome una vista completa de su espléndido torso. En tanto, mis ojos se dirigieron a la cicatriz que tenía en el pecho, la cual observé detenidamente.
¿Desde cuándo tenía esa cicatriz?
"¿Puedes darme la toalla, por favor?". No tenía idea de cuánto tiempo había estado contemplándolo. Si no hubiese sido por la pregunta de Charles, no me habría despertado de mi fijación con su cicatriz del pecho.
"Oh. Sí. Lo siento", murmuré. Acto seguido, bajé la cabeza y le entregué la toalla con ambas manos.
Después de un crujido de tela, la toalla que tenía en las manos fue reemplazada por un pantalón y una camisa.
Inmediatamente después salí corriendo del baño y eché la ropa en la lavadora.
Poco tiempo después el teléfono de Charles comenzó a sonar nuevamente y el nombre de Rita apareció en la pantalla.
Una repentina punzada de dolor me sobresaltó tanto que de pronto me encontré aferrada a las sábanas. Entonces me senté en la cama, pensando en cómo mi propio esposo nunca me perteneció realmente.
Después de un rato Charles salió del baño enfundado en una bata y se dispuso a secarse el cabello con una toalla.
Maldición, se veía tan sexy. Sin embargo, me obligué a mirar hacia otro lado.
"Rita te llamó hace un momento", le dije.
Al escuchar mis palabras, simplemente asintió y rápidamente tomó su teléfono. Después de echarme un vistazo, fue al balcón a llamar a Rita. Desde donde me encontraba sentada pude escuchar parte de su conversación.
"De acuerdo. Ya no llores. Bebe un poco de agua. Llamaré a Jenny y le pediré que vaya a tu casa. Necesitas descansar bien". Al escucharlo, no pude evitar burlarme para mis adentros, ya que la actuación de Rita sería insufrible aunque se tratara de una película. No entendía por qué también tenía que atormentar a todos en la vida real, especialmente a Charles.
Después de colgar con Rita, Charles volvió a entrar en la habitación, caminó hacia el guardarropa y se puso un traje negro carbón.
En este momento ya no estaba de humor para mirarlo, ya que cuanto más lo veía, más angustia tenía que soportar.
"Voy a salir. No me esperes despierta. Llámame si se presenta algo urgente", me dijo como si estuviera leyendo un manual.
"Estuviste bebiendo. No conduzcas". A pesar de que me rompía el corazón pensar que iría a ver a Rita, no pude evitar preocuparme por su seguridad. No quería que nada malo le sucediera.
Charles parecía atónito después de escuchar mis palabras.
"Llamaré al chófer".
Dicho lo anterior, hizo una llamada telefónica. No mucho después, un automóvil llegó a la villa.
Punto de vista de Charles:
Cuando me subí al auto, tenía en mente dirigirme a la casa de Rita, sin embargo, la decepción que emanaban los ojos de Scarlett me incomodó muchísimo, así que de repente comencé a sentirme muy inquieto. Después de unos momentos finalmente le dije a mi chófer, Burton, hacia dónde me dirigía.
"Al Mint Bar, por favor".
Ya le había pedido a Jenny, la doctora de Rita, que fuera a verla, así que estaría bien aunque yo no fuera a su casa esa noche.
"Entendido, señor Moore".
Cuando entré en el bar todo lucía igual que unas horas antes; las luces de neón seguían parpadeando, la música seguía sonando y la multitud parecía no haber disminuido.
"¡Charles! ¡Ahí estás! ¡Sabía que volverías!", exclamó Spencer mientras se me acercaba y me golpeaba juguetonamente en el pecho.
"¡Vete al diablo!".
Entonces David me sirvió un vaso de whisky, el cual me bebí de un trago.
"¡Guau! ¡Tranquilo, señor Moore! ¿Qué sucede? Te ves molesto. ¡Oh, ya sé por qué estás enfadado! Es porque eres demasiado codicioso y quieres todo a la vez. Déjame decirte algo; no puedes tener dos mujeres al mismo tiempo. Solo date por vencido".
"Spencer, ¿quieres callarte de una vez por todas?". David intervino a la vez que empujaba a Spencer a un lado.
Acto seguido, me lanzó un taco y dijo:
"Vayamos a jugar. Eso te ayudara a que te distraigas".
"De acuerdo. ¿Por qué no?", respondí mientras recibía el taco y David empezaba a preparar la mesa de billar.
David me dejó abrir el juego. Ver las bolas de billar rodar sobre la mesa me tranquilizó por un segundo.
"Hablando en serio, Charles. ¿Te molestaría que alguien más cortejara a Scarlett? Por supuesto me refiero a después de que estén oficialmente divorciados".
Al escuchar esto, me acerqué a Spencer con el taco en la mano.
"No, no. No me entendiste. No estaba hablando de mí. Considero a Scarlett como si fuera mi hermana. Es solo que creo que es justo que ella también tenga a alguien especial en su vida, ¿sabes? Desde hace tres años que Scarlett se fue, tú y Rita han estado viviendo como un matrimonio de ancianos. ¿No crees que ya es hora de que Scarlett vuelva al grupo de citas? Después de todo, está soltera y lista para socializar. Ella también se merece ser feliz".
Entonces lancé una pelota cerca de la tronera lateral, pero no logré que entrara.
"Rita y yo no somos un matrimonio de ancianos".
"¿Quieres decir que no has estado acostándote con ella regularmente durante los últimos tres años?".
Rita siempre había tenido mala salud, de modo que cada vez que estaba con ella, hacíamos de todo menos tener intimidad. Incluso si lo quisiera, en su condición no podría someterla a una actividad tan extenuante.
"¡Oh, Dios! Amigo, no me digas que no la has poseído", exclamó Spencer negando con la cabeza.
Antes de que pudiera replicar, mi celular volvió a sonar. Era Rita nuevamente, así que rechacé la llamada y apagué mi teléfono.
Pero después de pensarlo bien, recordé que Scarlett estaba sola en la villa.
Si algo le sucediera y mi teléfono estuviera apagado, no podría localizarme, de modo que volví a encenderlo.
"¿Qué ocurre? ¿Era Rita? ¿Por qué no respondiste?", preguntó Spencer, confundido.
"No es asunto tuyo".
"Charles, no puedes oscilar entre dos mujeres de esa manera. Es injusto para ambas. Ya que quieres divorciarte de Scarlett, debes tratar bien a Rita".
De alguna manera las palabras "divorciarte de Scarlett" me sonaron como uñas en una pizarra.
"Scarlett y yo aún no hemos realizado los trámites del divorcio, así que todavía estamos casados".