ante de todos era la información. Solo podía lograrse la victoria con buena información, si la est
o, era un conflicto económico, de orgullos y silencioso. Podía ve
esto era una batalla. Una batalla elegante contra un oponente oculto en
rostro a ese oponente, o, que me permitiera saber cómo proceder. Po
ara obtener información de un rehén. Porque existen numerosos me
ortura 13 del segundo nivel del palacio. Eric había servido en el palacio como un
e y orina. Era por él por quien llegaría a la información que necesit
l bronceada apenas y unos ojos castaños al igual que su cabello, con la altura suf
, cortado en diferentes partes y lleno de orina lo que empeoraba el dolor de la habitación, su rostro estaba inflamad
teriorado aspecto-, una s
él, consciente de que no hablaría en lo más mínimo y tomé de la mesa un martillo pequeño cuy
tampoco tienes in
punta del martillo que era afilada como una daga, al otro lado había u
ble, Eric-murmuré tomando un clavo-, pero es inút
zo, por todo el cuerpo del clavo había ligeros salientes que asemejaban al tallo de una rosa, cuyo dolor
r a ver si habías cambiado de opinión-confesé divert
aba. Era un maldito valiente como pocos, pero definitivamente tenía
aba clavos rosa, por la forma que tienen. Él, al igual que yo, requería de informa
-susurró Eric con poca valentí
lo, ¿Verdad?, aunque podemos terminar esto en cuanto usted quiera, solo tiene que decir
os de la mano izquierda, apretó los labios y apartó la mirada. No diría n
nto. Con la comodidad que mi ropa ligera con la que se suponía de
le mostré la tela negra en mis manos-, dime ahora lo
ndo que podía reconocer de mis recuerdos y lanzo sobre mi bata su
o el error de su vida y, aprovechando a que los grilletes del sus pies y de las manos lo dejaban casi inmóvil puse l
os a empezar
na que tenía atada en la muñeca izqui
que dirás, no cuando tienes que ver como lentamente la vida de alguien importante para ti deja su cuerpo. Lo
ertir a Eric en
arme. Bastian era una buena persona que, aunque no aprobaba lo q
e centímetros más alto que Eric, de un espeso cabello rizado, mucho más delgado tamb
si deseará librarse de las deslumbrantes cadenas metálicas que lo sujetaba
susurré con falsa suav
a Alexander con desesperación. Quería protegerlo, quería mantenerlo a s
al menos y
xander en extremo asusta
sobre el suelo y no colgando como se encontraba Eric. En cuanto Bastian terminó su trabajo, me miró como si quisi
ander mirándome de nuevo-. Pri
e, aquí tu pareja-señalé a Eric-está
estaba conspirando contra la coro
Qu
ban a la perfección con su piel morena. Ahora miraban a aquel hombre q
falsa tristeza-y, ahora quisiera saber si
a especialmente útil a la tarea que tenía planeada para él. Sus ojos
honestidad-. Le juró que nunca haría nada que fuera e
re en cuanto a las decisiones emocionales de cada persona porque si le gustaban la
ciarle la mejilla, Eric detrás de mí se movía con más desespero-, se bi
dejaba que yo paseará mis dedos por su fina y su
-mentí suavemente-, son protocolos y hasta no ser demostr
encor por el
me hacía saber que sí, no estuviera encadenado, si tuviera la fuerza y si no
antada luego de obtene
ya, Eric?-pregu
y me miró con odio y determinación, sin asentir o mover
o a sacrificarl
undido-, esto va a ser divertido solamente para mí.
acercaba a Eric para quitarle la mordaza, yo po
oz-. Él no tiene nada que ver
estaba de espaldas a los do
da que ver con todo esto, porque él no tenía la información que yo necesitaba, él no se había
orgullecía decir que lo mataría si hacía falta para acabar con la v
cuchando el tintineo de las cadenas-. Cada gota d
c lo miraba con los ojos completamente llenos de lágrimas, con los labios temb
us miradas ante la inminente muerte, la agonía por el dolor del otro y el am
escuché susurrarle a
voz logró que los ojos de Eric me atravesara
con odio-, si le toca
e juro que te condenaré a ver como el pobre
iedad que mi corazón no conocía. Eric se removió con odio y yo sonreí con cinismo mientras le
una buena persona y estaba dispuesta a asesin
es esto?-preg
rra!-gritó E
erado Alexander-, por fa
stiré mi mano libre y limpié las mejillas de Alexander que lloraba lentamente con más fuerza,
lo causo alguien que dice amarte, alguien a quien no le importó meterte en todas sus m
misa de Alexander, su pecho suave y moreno quedo a mí vista, con las ligeras marca
o contra la piel de Alexander apenas tocándolo
ro Eric-, ¡Le diré lo que
o que esperaba. Me giré con una sonrisa a ver a Eric,
ndo de mi turno en el palacio cuando me abordó, yo.
ie fuera de esta habitación lo hace. Lo que estoy viendo es que-sostuve su mentón con fuerza, clavando mis uñ
apreté con más fuerza su mentón, enterrando mis uñas e
e digas, el pobre Alexa
rtunidad de decir algo, Bastian le puso la mordaza de nuevo en su lugar y yo me giré ha
é una daga cuya cuchilla era del largo de mi dedo índic
a daga a mi cara, poniéndolo suavemente contra mi piel sin cortarme mientras pensaba. Alexander
esta situación?-sonreí divertida ante mi idea-
exander, justo en su pecho al costado izquierdo. La sangre comenzó a
causando más gritos-. Cuentan que de la tierra un día emergió una piedra, pero no era una piedra cualquiera, era una pied
ción. La mitad de la piedra tenía líneas que simbolizaban su b
zo, Alexander gritaba y se removía buscando liberarse de su condena-: alegre, amable y llena de esperanza; la otra hermana era como el atardecer: cálida, cautivadora y llena de timidez: la menor d
ndo de en medio de dos colinas, el atardecer con el sol ocultándose po
ander que lloraba con fuerza mientras
por las lágrimas-, Majest
ando me mienten, seguirá haciéndolo. Así que te repito, no es personal, además interrumpirme en medio de la leyenda
sus recientes y superficiales heridas, como si limpiará los
en la tela blanca de mi vestido de dormir repetidas vecesnos a otros para hacerse con el poder que la piedra contenía. Las hermanas se juraron por el amor y ese lazo aparentemente irrompible entre ambas, que no iban a contarle a na
ás abajo dibuje con cofre. No era uno de mis mejores trabajos, pero había que considerar que mi
as comenzaban a caer al suelo y a la falda de mi vestido manchá
mente con la piedra, dándoles poderes más allá de la razón y cumpliendo sus mayores deseos sin ningún costo, pues la
sas, manipuladoras y avariciosas pues, su decisión de ocultar la piedra había llevado a su fa
tivo de la historia, donde seguramente tanto Alexander como Eric aprenderían l
cuche chillar, con las cadenas acompañando sus gritos mientras trataba
antar sospechas y poder buscar su piedra, pues la piedras les había envenenado el
se vieron las caras, todas a la misma distancia de aquel cofre oculto ent
or y ambas comenzaron a pelearse, a tirarse del pelo y a rasgarse la piel con tal de ganar. La menos ellas era más astuta y, en silencio,
ellas, todas luchando, gritando, insultando, maldiciendo y golpeando mientras la piedra reposaba en
edra con fuerza, para hacerse con ella. Habían olvidado el amor que se tenían, habían olvidado que eran hermana
, la mayor de ellas era una víbora de fuego dado que era más fuerte que sus hermanas, la otra hermana era una víbo
la piedra y su poder. Se dice que la piedra está perdida, siendo custodiada por las tres enormes ví
de las tres víboras rodeándola piedra, cada una comiendo la
la habitación que nunca saldrían de las paredes. El rostro de Alexander estaba pálido, sud
ntiendo pena por él, pues su único delito que cometió Alex
mis ensangrentadas manos las mejillas casi frías de Alexander-, ha
sonrisa cínica y me giré para ver a Eric que tenía las mejillas llenas de lágrimas, por sus bra
?-ironice quitándole la mordaza-, porque
sta por el torso ensangrentado y marcado de Alexander, casi podía escuch
rándome de nuevo con odi
s a decirme quien te envió a poner
se llamaba... Lhynea-susurró mirándome con tod
mucho que yo la odiará y ella me odiará a mí si había planeado volver para terminar eso que
si yo fuera estúpida y no tuviera la capacida
molestia solo por recordar a esa chica-, me pa
y suplicaba moviendo la cabeza. Eric detrás de mí grit
de ella al exterior con brusquedad, causando gritos apenas de Alexander y más lágrimas que se con
más fuerza las manos y me alejé viendo la sangre salir por la boca
quiera me tomé la molestia de limpiarme la cara cuando, con brusquedad le metí la lengua
motivaron a seguirlo torturando solamente por haberse metido en mi habit
lo, a cortarlo en pedazos pequeños-susurré con furia-que voy a h
ear contra mi mano mientras por los pequeños agujeros bajaba por mi bra
para que recuerdes cada vez que abras la boca que por tu culpa él
a la cabeza, moví mi mano clavándome parte del filo de la daga en
ntí vomitar contra mi mano, sentía parte del líquido bajar por mi brazo, por mi pecho y vientre pero no me imp
n con rejillas para que el agua saliera limpiamente de la habitación. Las cadenas en la pared eran porque aquí también podía
r todo el cuerpo, porque el agua me lastimaba y el dolor me gustaba porque había des
gua dejó de salir, me quité el cabello de la cara y caminé con la tela ahora transparente hacia mis víctimas, no me
de que hiciera algo más pero yo solo me acerqué a la mesa ignorando el silencio que Er
que dec
endo frenéticamente los brazos sin lograr liberarse ni un poco. Me encogí de hombro
o mismo cuando te vio. Unos ojos deslumbrantes-tomé el clavo con la misma mano qu
con fuerza, con la otra mano puse el clavo contra su ojos apenas enterrándolo un poco, la sangre comenzó a salir de ó
ras iba enterrando el clavo más y más, Eric solo gritaba incoher
a otros deberes que atender además de esto. Era ho
las espinas se enterrarán y me ayudarán con facilidad a sacarlo. Tiré del ojo esmeralda q
gando por un par de músculos que lo sostenían a su cuerpo, los cort
lsa tristeza mientras Alexander gritaba y
l vestido que tenía pegado a la piel por el agua. Abrí de nuevo el otro parpado de Alexander que, a
gritó desesperado Eric
a el alma por fin. Ahora se daba cuenta de que yo no era con quien jugar
bi
on-comenzó a relatar con la voz temb
uán
ado, porque la culpa le estaba pesando y se daba cuenta que en este lugar m
usurró tembloroso
a-, no me hagas perder mi tie
sujetos. No me dejaron ver sus caras, pero me dijeron que debía
bufé-, ¿Vas a hacerme le
nazó y dijo que si no dejaba la nota mataría a
temblando por el llanto, con las mejillas húmedas y con la
me mucho tiempo, si salía cuando el sol saliera y Caius no tuviera res
ric?-pregunté con indiferencia-, si usamos de ejem
omo princesa sádica había descubierto muchas más, por ejemp
e frente Alexander, Eric gritaba c
o minutos para conven
el y venas importantes de Alexander en sus muslos. La sangre comenzó a salir con fuerza ba
n la cara de Alexander, el dolor en la
para ver el terror dibujarse en su cara-, yo te sugiero q
nazo, era consciente del tiempo que tenía y de que, solo
blamos, me hechizó ¡Lo juro!, solo sé que tenía que entregar la nota y ya, ni si
porque nada tenía sentido-, ¿Por qué usar
ensé que iban a cobrarme algo, pero... yo n
ner sentido, ¿Por qué a un aposta
io cumplías
ró asustado-, cuando él se encuentra
ando n
ander asustado-, desde proteger el jardín sur has
as en protección de Caius en el palacio habían alrededor de 40
e asignaron e
rde del llanto-, por eso pude entr
rlo por él que estaba casi tan confundido como yo, además, la alteración en su memoria sería imposible de levantar si no encontraba quien la había hecho y
su golpe muy bien, me había dejado en el punto inicial porque contaba con
silenciosamente al culpable para observarlo seguramente hubiera llegado a com
so enemigo la ventaja, así
ón que habíamos recibido y posiblemente, llegando apenas a la concl
lo, por
la cabeza colgando mientras la sangre goteaba de sus heridas
r aquí-susurró llorando-
te mi monumental error-, dije que tenías
creciente oleada de rabia e indignación por lo que había hechoer
s que estaba por tener ahora con mi misterioso rival y no
hasta el codo y me giré cada vez más molesta hacia el in
de Alexander, logrando que su cabeza cayera al suelo mientras que su cuefuria, cosa que no podía i
el cuchillo en su dirección-no vas a i
metí el cuchillo en su boca, empujándolo con fuerza para romper el hueso
da para lavar mi cuerpo entero, tendría que tomar una ducha en mi ha
mis huesos y me acerqué para ver a Bastian tenderme una bata gruesa que deb
a hora, Majestad-
rme la bata, amarré la cinta que la mantenía sujeta a mi cintura y mire a Basti
que desea-me susurró Bastian con honesti
o la tela seca comenzar a mojarse por el vest
e sonrió libremente Bastian-, no me
asuntos-confesé mientras me ponía unos zapatos blancos que apenas si cubrían l
, esa que daba al exterior del palacio para que, en caso de encontrarme co
edio del jardín este, oculta por un árbol que había sido plantado aquí estratégicamente
io cuando el insomnio me podía y la habitación me aburría. Camine con
rprendido-, ¿Pero q
ta estaba ligeramente mojada pero no dejaba ver que mi cuerpo era
cansancio-, pero me apeteció
ión como si fuera algo que no debía ser visto-. Que la diosa Selena me de pa
ver a Caius que seguía indignado-, ¿Pero qué haces tú aquí?,
s que se puso completamente rojo y apartó la mirada. Se sentó a mi lado
saber si cambi
r era si planeaba seguir ayudándolo a pesar de que había dejado muy
ntualicé mirándolo con
un sobre beige con un sello de cera neg
irmó mi hermano-. También venía a deci
ancé a la cama sin mirarlo-, no tienes de que preocupar
mirarme, todavía dolido-, si llegas a cambiar de opinión con res
diferencia-, así como
se. Me deje caer en la cama y suspiré, tenía un día largo por delante y, definitivamente, me
lancé al suelo. Lo último que quería era saber qué demon
�♀
más revelar de Dayra pero, bueno, ¿Qué creen que pase a continuación?, ¿Quieren
a la diosa Selena?, p