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Historia
Vamos Payaso

Vamos Payaso

Autor: jamegerea
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Capítulo 1 Vamos Payasos

Palabras:4965    |    Actualizado en: 19/01/2022

n casi siempre alegrar a las personas; o al menos

egre y feliz, cuando ya no sonríe; entonces e

aún lugar especial sin que nada los interrumpiera. Nada hasta que en su camino encontraron con algo muy

eta sentado el cual su sola presencia a los niños se alegró con solo verlo, por

saludarlo este no les respondió de la misma

, los pequeños intentaban mirarlo más de cerca pero cada vez que podían;

ostro del payaso, pero este no se dejaba mirar por nad

rriba pero no lo lograban; tras un rato de intentar vanamente ver el rostro del payaso, ambos niños se

que era lo que le ocurría al payaso; cuando el niño vio lo que parecía

o contener su curiosidad y se acercó a este para ver qué es lo que tenía en su interior;

scubriendo en su interior cosas que no había imaginado; su amiga pronto se

con gran fuerza, siendo que al cerrarle la bolsa aplasto los dedos del niño con esta acción; quien se chupo casi inmediat

lamente suspiraba profundamente sin moverse o decir

cosas que había en su interior; pollos de hule, mazos de juguete, yo yos, baleros, yo yos chinos, pelotas, trapos de colores, incl

ayaso preguntándose que más había en el interior por lo que tamb

rededor. Muchas pequeñas burbujas como canicas flotaban a sus alrededores mientras algunas tan grandes como una pelota de baloncesto flotaban sobre sus cabezas

s se divertían rompiendo burbujas de todos tamaños; tan entretenidos estaban que no se habían dado

e los dos podía creer que estaban rebotando dentro de una gran burb

ndo la burbuja cada vez más alto y más alto; sus

pió en un momento que se posó en el suelo; ahora los pequeños se encontraban

aso; espanta suegras, confeti y globos de miles de colores que

sin más ni más cobraron vida parándose en la mano del niño brincando hacia el suelo y una vez estuviero

los pequeños tenían curiosidad de saber que tocaba aquella música sin igual; descubriendo así una pequeña

ambos escuchaban atentamente aquella bonita música mientras veían dan

e plomo marchando cual pequeña banda musical desfilando frente a una multitud, el sonido de

n una gran marcha; los soldaditos con sus tambores, flautas y clarines junto con el arpa, inter

to a los niños para hacerles maldades y jugar un poco con ellos; siendo el niño quien comenzar

a y menos aún porque quería comerse

, jugaban y festejaban por todas partes; mientras la niña miraba asombrada todo lo que estaba ocurriendo y del hecho de que se

del pequeño; la niña los miraba mientras cargaba una muñeca de trapo que se había acercado a ella con los brazos exten

ara a atraparlo, entre tanto buscar encontró algo que llamo su atención; u

cosa más; la tomo en sus manos y con sumo cuidado comenzó a girar la manivela que tenía al costad

canción; cuando… La tapa se abrió inesperadamente liberando a un pequeño muñeco de resorte

ndo plácidamente sobre una almohada más grande que él, ambos pequeños lo obs

su caja una pequeña sabana con la que se acobijo, los pequeños solamente miraban como dormía aquel bufoncito de juguete, hasta que; la pequeña muñeca q

sorte que tenía, solamente estaba atolondrado movién

a la cabeza preguntándose qué había pasado volteaba hacia todas part

io a la muñequita que le había arrojado la pelota, se mostró muy enojado acercándose a esta de manera intimidant

a aún más por la grosería en su contra, mientras la muñeca mostraba

bufón entristeció; de alguna manera el bufón tenía la fuerza necesaria para impulsar su caja y

amigo payaso cómo podía sin lograr resultado alguno. Los pequeños se acercaron al bufoncito al ver que este

uzaba sus brazos pensando, pensando y pensando. Cuando repent

y en un movimientos brusco y arriesgado logro hacer que los dos entr

los demás juguetes que también se acercaron a ver lo que ocurría; cuando repentinamente el

o poco más allá de donde el payaso se encontraba, siendo salvada de recib

os, cuando la pequeña muñeca se levantó les mostró lo que contenía el malet

almohadilla que había en su interior con maquillaje blanco y con su mano le indico a la niña se acercara; la pequeña se

ca y algunos detalles más; tanto el bufón, como el niño junto con tod

evelando a la niña vestida como un payaso; con un par de zapatos satinados color rojo, unas largas calcetas

emejante al de una pasto

a su amiga observándola sin perder ningún detalle de ella. Cuando un silbido llamo su atención; ambos vol

foncito se reía. La muñequita golpeo de nuevo al bufoncito molesta por lo que había hecho al infante, a q

antalones apenas y cubrían sus pantorrillas zapatos cafés grandes, camisa de cuadros multicolor, chaleco rojo y

asos o por lo menos eso parecían. Todos los juguetes que los rodeaban en ese m

ercó junto con el bufoncito, jugando con unas pequeñas pelotas de colores con las cuales hacían malab

as atraparan y así, lo hicieran también; cuando los niños tenían las pelotas en las manos capta

caían en su cabeza golpeándose con estas. Pero pronto consiguieron dominar aquel simple acto; primero con una

n gran espectáculo a los juguetes, teniendo siempre en su ros

n hacer la misma acrobacia con estos. Logrando hacerlo fácilmente gracias a la práctica obtenida con las pelotas, mientras los pequeño

os finalizaron su actuación, todos menos el bufoncito que se encontraba

ue ocurría con el bufoncito. Cuando la pequeña sujeto la caja y comenzó a girar la m

se abrió; saliendo el bufoncito disparado hacia los aires estirando su resorte lo más que se podía sujetando dos pasteles de crema en ca

el pastel daría en su blanco, pero; cuando estuvo cerca de llegar a su objetivo, el pequeño reacci

muñequita estaba cubierta de pastel de crema; al ver esto él bufoncito cubrió su

a se dibujó una cara de enfado mientras que el bufón aún se carcajeaba de l

rbujas y pelotas que botaban cerca para que el bufoncito no lo viera

logro encontrar al niño, persiguiendo al pequeño niño que no quería ser alcanzado ni golpeado por un pastel. Corría y corría perseguido por el bufoncito que lo seguía m

aciendo que este se regresara de nuevo a su caja por más pasteles; la caja se cerró los niños esta vez no se acercaron a esta, ni querían abrirla ya que sabían que e

e pasteles; la niña se quedó de pie, pero el pequeño salió corrie

otro intentando darle, aunque sea solo con uno. Una incesante lluvia de pasteles caía sobre el pequeñín

ermanecía triste sentado en

ó de nuevo al maletín para también sacar muchos pasteles, una gran torre de pasteles había logrado sac

uñequita saco otra torre un poco más pequeña con la cual comenzó

ya que se encontraba más preocupado por golpear al

mbién se unió a la fiesta al robarle algunos pasteles a la niña, solo que este

as, desde las burbujas hasta las palomas, desde el más pequeño soldado hasta el ar

n permanecía de pie en su lugar, sujetando algunos pasteles mientras algunos eran arrojados de

le los pasteles que sujetaba; hasta que solamente le quedo uno. Al mirar detenidamente a su

otro a punta de pastelazos, mientras el niño corretea

rseguir al mono con un pastel en la mano, cuando piso el molde de un pastel que estaba tirado en su camino, pr

urrir; cuando por alguna razón miro hacia arriba y el pastel le cayó justo en el rostro; todos se comenzaron a reír casi

mono que en ese momento se había acercado y mirando al niño con una mirada furiosa. E

suelo haciéndolo nuevamente caer evadiendo el pastel y este pasara de largo sin siquiera tocarlo, pero; aquel iba directo hacia el payaso que se enc

tida, por lo que había hecho; entonces el payaso se limpió el pastel de crema del rostro con pesadez. Entonces al quitarse el past

onces en el rostro del payaso comenzó a avistarse la mueca de una gran sonrisa seguida

mente el rostro, al ver al pequeño vestido de payaso se volvió a dibujar una gran sonri

eña reverencia pidiendo disculpas al payaso, quién a su vez lo único que hizo fue silbarle en forma de

a banda de música y el arpa comenzaron a tocar nuevamente su alegre música; el mono se acercó al payaso su

junto con la muñequita, a quienes el payaso abrazo con

yaso, ya que por sí solo este tenía un brillo esp

un pequeño perro que le dio al niño; para la pequeña de su manga con mucho cuidado y esfu

ayuda de su mono al lanzarse las pelotas el uno al otro. Los niños aplaudían a cada acto que hacía hasta que; pronto de su bo

El payaso mostró una gran cara de tristeza porque era que él se fuera, entonces se colocó de pie junto a su maletín y

os demás juguetes que con gran rapidez entraban en la maleta. Luego regresaron

gos preparándose para entrar de nuevo en la maleta cuando; el payaso los detuvo y con un pequeño

evado de maravilla, la cual la pequeña acepto con gran alegría y a

Entonces el payaso con una peculiar sonrisa se agacho quitándose el sombrero agrade

an quedarse así vestidos, a lo que el payaso le dio razón; por lo que como ac

somo la cara por debajo del pañuelo sonriéndoles a los pequeños ya

etió su mano con la cual co

encontraban con sus ropas que traían antes; la calle era de nuevo la misma sin rastro

ás lo cual entristeció a la niña; el niño tenía en sus manos la cajita del bufon

melodía acostumbrada; cuando llego al final la tapa se abrió. El niño cerró lo

ete más que ya no podía hace

embargo, también estaban contentos ya que sabían q

calle lograron ver al payaso que iba caminando de singular mane

hacia él; cuando estaban a punto de alcanzarlo este ya había cruzado la calle; al llegar a la otra acera, con

cultándolo de la vista de los niños, solo un segun

se había ido, lo buscaban en todas partes, pe

n tenido, cargando con alegría a sus amigos que siempre les recordar

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