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Historia
Pasión del caribe

Pasión del caribe

Autor: Rossetica
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Capítulo 1 Pasión 1

Palabras:2409    |    Actualizado en: 02/02/2022

bitación en busca de conjuntos pa

delaten mi acomodad

is dedos, buscando cosas adecuadas para despist

regaño mentalmente, aceptando que la ropa es algo demasiado b

do puede delatar los

mente a Cuba. País pródigo en manifestaciones

la mayor isla del caribe, fingie

un clima cálido y un mar ideal; pero ni él ni yo íbamos de e

do que obtendría de mí, información sobre la empresa de la que en realidad era dueña, mientras el creía que había sido

l balcón de la terraza de mi penthouse viendo como la ciudad de Madrid cobraba vida mat

o la tasa a mi lado, volví a vagar por los pensam

rba elegante de no más de los dos días que se v

te claro está, para sacarle información sobre mi empresa antes de fusio

iada, había decidido que mi proyecto, que sería pionero en la industria, no lo fus

o; pero yo también lo era en el mío y no podía de

a asistente personal, que hubiese

currículum que le preparé de verdades a medias, no pudo negar

había jugado un poco con mi nombre y evidentemente, él no lo había tenido tan en cuenta, pues me contrató enseguida, a través de su verdera asistente personal, q

a n

staba la muy tonta y lo mucho que disfrutaría ver su cara el día que supiera que yo tam

por mis tímpanos y me obligó a entrar a mi habitación nuevamente, para encontrarla soltando dos maletas en el med

sus dos mejillas. Éramos amigas tambi

las maletas y sentándome sobre una de ell

y encogiendo los hombros — no son de las mejores marcas como tu ropa, pero tienen buena calidad y por suerte, tenemos las mismas medidas, solo que zapatos si, tienes que exponerte

asi me caigo de la maleta, de las convulsiones que daba mi cuerpo

es ú

manera infantil — pero me gusta

ente hora, haciendo las male

ba mi sobrada economía, y pasaba como la típica chica que ama los zapatos y no pu

e de mi calzado pero no podía arriesgarm

mi trabajo y mantendremos una estrecha comunicaci

a las grandes empresas. Acababa de diseñar una aplicación pionera en ese sentido, y el listo de Rodrigo además de co

los por cientos en la fusión, pero aún así quería ver desde dentro, si era transparente e íntegro como decían.

algodón color crema a la altura del final de mis muslos, que combinaba con mi

io, cosa que no solía pasarme porque viaj

rozando el final de mi cintura, suelto y rebelde y

ejo, me aislaba de su fija mirada por mi cuerpo,

r de no saber quién era yo, definitivamente para mí no era lo mismo. Sabía perfectamente

también. Sin corbata y con los tres primeros botones de su camisa abiertos, dejando que su pecho revelara alguno

od

ios estaba

aciendo un gesto estudiado para visualizarme con fresc

d de su mirada, y relamió sus labios consiguiendo qu

el momento. Los otros me devolvieron un educado gesto de sus cabezas, un poc

de sus manos de los bolsillos de su pantalón, dónde am

s Lucy

a la suya y él la tomó, acariciándola de manera sutil pero atrevida p

no pronunciar mis placeres toda

to imb

ría ma

los otros tres hombres, que tomaron nue

de la otra parte del aeropuerto. Con un refrescante y podero

e, tomaríamos un vuelo privado, en uno de sus aviones q

hasta la pista. Perdiendo la clim

amente ajustado a su espléndida espalda, un culo marcado en los pantalones, me hacía perder la

? — preguntó él, medio

esté sacando mi pecho, obt

eo ya, Lu

a con doble sentido me

encantos, cosa que me fascinaba porque yo no lo e

actual jefe y futuro

scalerilla, se colocó a mi lado y puso su palma abierta y caliente sobre

o y me hizo una pregunta que

hombre aparte de

tro hombres que subían conmigo imitaran

eñor — apunté girándome hacia él, qu

í también, que si hubiera podido elegir en aquel momento, me habría encaramado a su cuerpo y lo tendría em

ciendo que su mano se estirarse hasta la otra parte de ella y

pre que te haga

ío nunca d

eseosa entre mis piernas por volver a oírlo, pero sobre todo, por sentirlo en mi piel. Tendría que se

, joder... Lu

acercó a él tanto, que tuve que poner mis manos en su pecho y, madre del

ndo me pegó todavía más, s

s gafas y nuestros alientos se mezclaban demasiad

istente en este viaj

o — dije anonadad

— pasó su nariz por mis labios con gloss transparente — así que decide aho

mos venido y de seguro no podría dejar que mi socio, entrara en mi vagina

iera que puede tratarme como

sión me m

cio personal seño

áneamente, como si lo hub

, que nos devolvieron al trato de usted, fueron

biera, asumiendo así, que sería su as

volví a escuchar hablar con aquella voz que ya

de que eso es

s también, para impedirme saltar sobre él y rodar incluso,escaleras abajo con tal d

mis ojos pasearan a su antojo por aquel cuerpo, aquel

¡

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