ió el Cártel del Manglar, su hora habitual de llegada era a las 9, por eso
su traje, no se puede negar que ya está un poco mayor, pero deno
ujo ahora se la da de muy sant
as o de lo contrario tendré que revocarte tú entrada al bar— aquel hombre me soltó
ora sí atención e
cias— sonreí tímidame
lera, allí nos sentamos en un balcón que tenía vista a todo lo amplio del bar, había un pequeño
us guardaespaldas y este fue y volvió c
aquí, a estás horas?
maltratos de mí alcohólico padre— agarré u
lugar como este y siguiendo los pasos
nunca deja de hacerlo— una lágrima rodó en mi
rostro, seco la lágrima y me sonrió con gran
e llaman Paty— saboreé
es puedes quedarte aquí está noche, en lo que buscas dónde quedarte— sugirió arrecostand
su mano —de hecho ya debería de irme, de seguro ya me está esperando— me puse de pies y me ba
tá vez no me iré en un taxi, sé que me va a seguir, así que necesito verme indefensa y tomar caminos en los cuales sea difícil el transitar en vehículos. Lueg
o me preocupe y quise constatar que Schman no te seguía— sus manos estaban alzadas en s
stoy bien— sonreí y vol
a agradeciendo— me detuve
n poco mi falda, este rápidamente se acercó hasta mí y me agarró las nal
juguetear con tus colas— agarró una
y usted captó toda mi atención— no le miré a los ojos en ningún
ezó a quitarse la
me vean, además soy v
Malcom— llamó a u
me den un poco
dejarlo solo— con
e regaño y estos se fueron —ahota sí
o por favor s
u embestida, es una lastima que deba morir, ¡Dios! este hombre si que sabe lo que hace, luego salió de mí y me tiró al piso, me puso de espaldas y penetró con más furia, quería negarme al placer, pero maldición no podía, quería seguir aquel
n pies y
a ser virgen fuiste toda u
e dije mientras bu
ré y estaba de pies
e mi glock 43, la cual tenía un silenciador y dispare cinco veces, me a
varios segundos más tarde llego Malcom uno de los gualdaespaldas de Anton, el hombre que acabo de matar, este al no vernos empezó a buscar y dar la alerta por su radio, cuando vió el rastro que
e minutos hasta que llegar
egunto Bill, quién es el
r huellas algunas, condujeron el vehículo de Anton y lo hicieron caer hasta el barranco dón
dijo Markos asomándose cuidadosamente hacia mí,
e hago con mi cuerpo?— no me estaba gustando su ton
alá— me tomó del cabello y besó con furia, haciéndome prob
nada, ni siquiera existe un nosotros, esto es sólo sexo, sin c
ar que soy mejor que aquel viej
, pero supo usar bien el d
lo ve