img VÓLKOV. Un Ángel Buscando Redención.  /  Capítulo 10 -9- | 27.78%
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Historia

Capítulo 10 -9-

Palabras:2527    |    Actualizado en: 27/02/2022

e estoy muy... desesperado —dijo lanzándose con zozobra encima del escritorio extendi

er viendo con asombro el desesperante actuar del señor Cristopher y haciendo refe

el sueldo mensual que le ofreció el señor Cristopher la puso a dudar, la suma ofrecida y la cuantiosa bonificación mensual, fueron sufic

mpleos salvó —afirmó guardando la compostu

era posible que el imbécil intentara despedir a tantas personas por un simple p

struo, nooo, simplemente que el personal... bueno... el señor Wood... —por primera vez en mucho tiempo Cr

el de conseguirle una secretaria, dejando, muy seguramente, de lado y hasta el cúmulo las labores diarias de este... prestigioso hotel

o muñeco desinflado demostrándole a la

onfesó ant

larado todo. ¿Dó

eer el contrato firmado entre el Hotel Imp

, ya está hecho y n

ún él, propuestas por Cristopher en ese contrato—. Mira que darle los sábados libres. ¡Oh por favor, Chris! Le estás dando un sueldo casi igual

ro berrinche del empresario—. El contrato está firmado, los documentos están en regla y corroborados. Esa mujer entrará por esa puerta en 20 minutos con un elegante uniforme y

la gerencia. Si no hubiese sido por los gruesos muros y los insonoros v

rimera cagada, te despido a ti —respondió un tan

maduro y caprichoso hombre como tu —respondió av

oris con voz queda para luego arroj

encio procesando las palabras de su amigo

. no lo sabía. Pensé q

res Dimitri y Petra, sabían lo duro que había sido para Boris mantenerse vivo y lúcido

ejorar, pero... últimamente aparece el mismo rostro —confesó haciendo referencia al rostro de Liam Evans, el

e Petra o

que olv

es lo

s. Se lo prometí mucho ante

gación hermano

itó—. No puedo simpleme

? ¿Qué le dirás? Hola, mucho gusto, yo soy el

e levantaron del sofá de un salto mirándose con preocupación, ninguno de los dos se había p

No fue mi intensión interrumpir —se disculpó

. ¡Auch! —se quejó del pisotón que

unciendo el ceño y achina

e sintió un puntapié que lo hizo brincar e

vitó a seguir mientras le lanzaba una mortal mirada a

n tanto confundida por la extraña manera de trat

, gracias —dijo haciéndole una se

señor

Angeli

a sentado en la silla al lado de Angeline y negaba sigilosamente con su

jo será muy “fácil” —dijo haciendo énfasis en la última palabra procu

Me lo imagino. Será muy fácil y dive

rogó queriendo sabe

responder. —Digo, que será muy produc

rostro en un intento por aguantar la risa que le cau

cho de haber sido escuchado. Solo lo sopesó cuando un incómodo silencio se instaló en la

otro y haciendo un movimiento con su man

etalladamente las funciones que ella debía realizar y unas cuantas labores adicionales, propias de su c

le tendió la mano con caballerosidad para despedirse y dirigirse

is turbándolo de momento, mientras que para Angeline el mero contacto la estremeció completamente haciendo que su pi

a llevó las suyas a su espalda y el metió

lo que logró pronunciar antes de salir casi que, co

huir y se sentó frente al escritorio

ntentado calmar el retumbar en su

omó el móvil para llamar a Cris

que estoy buscando —le pidió, casi q

inuciosamente su expediente y no c

spondió—. La he tenido dos veces cerca de mí

l queriendo convencerse de que la mujer

éndelo —expresó Chris intentando no ex

ión, quiero verifica

día que se vieron —al escuchar la expl

ahora me

e mucho. Amigo, últimamente no e

te momento no quiero hablar

cortara la llamada. —¿Discúlpame? ¿Gracia

os años que llevaban conociéndose, Boris era como ese muchacho mimado que todo lo tenía a su disposición cada vez que le diera la gana. Era solo pedir que todo s

a de entrada. Uno a uno los leía y los marcaba según la prioridad que a ella le parecía. Revisó la

ó con la agenda electrónica a la oficina de su jefe pa

s de escuchar los

un momento de su tiempo? ¿N

a señal con la mano para qu

ias s

e ¿Qué n

por dónde empezar —resp

cítrico perfume, ese que le inundaba las fosas nasales y la hacía desear a ese apasionante

cia. Para él no pasó desapercibido el leve sonrojo de las mejillas y el s

l funcionaba muy bien. Se levantó de su silla y le dio la vuelta al escritorio lenta y

te cuando lo vio colocarse frente a ella y entreabrió los labios ex

lentamente los ojos detallando cuidadosamente su varonil cuerpo hasta llegar a sus labios. Se d

ta toparse con la azulada y profunda mirada de

arder la sangre como brasa. Para él, ya no había duda de que e

lo haga yo —el tono seductor y sexi

cia la traicionó haciéndola lanzar un jadeo involuntario cuando intentaba hablarle. A Boris el sonido lo perturbó y lo hi

ne recobrara la cordura, pero no contó con que

pada en sus fuertes brazos, sus rostros estaban tan cerca que sus alientos se mezclaban, el embriagante aroma

e sus labios. Tragó con fuerzas el nudo que se instaló en su garganta y aproximó su boca a la de ella. La tersa sensación hizo que ambos corazones galoparan incansables,

dos palabras que lo llevarían a sucumbir en los bajos deseos carnales, dos palabras que lo

todo

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