William Shakespeare escribió una trágica novela romántica la más reconocida en todo el mundo, Romeo y Julieta. Lo que el amor puede hacerte, ellos terminan suicidándose, Romeo se mata al creer que Julieta esta muerta y al despertar encuentra a Romeo muerto, se clava una daga y muere. Lo que hace el amor.
Fue amor a primera vista, realmente fue la primera vez que se miraron y su primera conversación, se enamoraron al instante del otro. ¿Saben lo que yo daría por que me pasar algo igual? Pero claro rechazo al primero que veo y cualquiera que me mira lo mando muy lejos.
¡William Shakespeare, me jodiste el amor a primera vista!
- Buen día Carlos - sonrió Rafael al entrar en la Biblioteca.
- Hola Rafa - saludo con una sonrisa - Tu chica está perdida en libros de romance.
- ¿Emma está en libros de romance? - casi se ahoga con su propia saliva - No te creo ni media palabra.
- Te lo juro, llego aquí desde en la mañana y me dijo no quiero ser molestada vengo en plan romance y se desapareció - se encogió de hombros - ¿Crees que la hayamos perdido?
- Eso sospecho - se acercó a él y le dio un beso en la mejilla - Te extrañe en la cena de ayer.
- Te lo recompensare guapo - le guiño un ojo - Por cierto, ¿sabes de la nueva familia que ha venido? - susurro como si fuera un secreto.
- ¿Cómo? Carlos, me estás diciendo demasiadas cosas que debo procesar y entre ellas sacar a mi mejor amiga de la sección romance antes de que salga llorando.
Los dos comenzaron a reírse, Carlos le dio una taza de café y lo llevo a sentarse detrás del mostrador.
- Dicen que llegaron hace como dos semanas, familia con dinero, parece que pondrán un hotel ya sabes que esto se hizo pueblo mágico y esa chingadera - asintió mientras bebía su café - Tienen 5 hijos, tres son hombres y dos son mujeres, solo que las mujeres no están aquí.
- No es cierto - susurro como si estuviera escandalizado - ¿Y son guapos?
- No lo sé, no han salido de su gran mansión - se cruzó de piernas y se acercó un poco más - No sé si compraron o rentaron la mansión de los Hernández, sabes que eso es enorme.
- Lo sé muy bien porque entramos a tener sexo una vez - sonrió divertido - Bien, tenemos que conocerlos, dar la bienvenida.
- Concuerdo - se sonrieron - Oye ayúdame, ya que estas aquí.
- ¿Qué quieres que haga?
- Hace unos días revolví los libros extraños ¿puedes acomodarlos?
- Está bien - suspiro - Si escuchas un llanto de agonía de Emma, me dices y vendré rápido - se levantó - Nos vemos cielo.
Carlos suspiro y volvió a servirse otra taza de café, estaba pensando en hacerle un té a Emma para ver cómo iba su lectura, porque no ha salido desde que abrió la biblioteca. Pero en cuanto estaba por hacerlo, la puerta de la biblioteca volvió a abrirse y entraron dos chicos, bastante guapos. No los conocía, eran guapos así que supuso que eran los nuevos.
- Buenos días amigos - sonrió amable y mirándolos bien, de verdad estaban guapos.
- Que tal, buenos días - dijo un chico de ojos azules - Disculpa, somos nuevos - más que confirmado que son los nuevos - Y queremos leer un libro o incluso llevarnos uno ¿tenemos que registrarnos?
- Oh si, ahora les daré todo - saco algunos documentos - Por cierto, soy Carlos, un gusto, bienvenidos al pueblo.
- Muchas gracias.
- Aquí están los papeles para llenar, su credencial se las daré la siguiente semana, pero ya pueden llevarse libros y venir a leerlos.
[...]
Soltó un fuerte suspiro, camino lento por los pasillos llenos de libros, quería hacer largo el recorrido hasta entregar el libro. Cuando llego a la sección de romance, volvió a suspirar y entro buscando el lugar donde tomo el libro.
- En algún momento Romeo - susurro dejando el libro.
Pero no se fue de ahí, se quedó mirando los libros buscando que libro superaría sus expectativas de Romeo y Julieta, no más amor trágico. No quiere eso. Soltó un gran suspiro que se escuchó en todo el pasillo.
- Ese suspiro lo escucharon hasta en Verona - escucho la voz de alguien, se giró y pudo ver quien lo dijo - No quise interrumpir tu frustración cariño, pero está claro que te llevaste una gran decepción.
- No fue decepción - hizo un puchero - Bueno tal vez lo fue.
El chico se acercó poco a poco, se puso junto a ella y miro al frente. Ladeo la cabeza y miro el libro que tanto había buscado y que por tanto cambio de casa no había podido leer, su tan deseado Romeo y Julieta.
- Aquí estas, cariño - dijo en voz alta, Emma lo miro extrañada, pero al ver que tomo el libro que ella hace solo un minuto puso ahí casi grita - No sabes cuanto he deseado leer este libro.
- No es cierto - lo miro - Acabo de leer ese libro y... y...
- Wooow estas molesta - tomo su brazo - ¿Tan malo es?
- No, ese no es el problema, es hermoso, es grandioso - hizo un puchero y se cruzó de brazos. El chico sonrió mirándola.
- Háblame de él - sonrió de lado - ¿Qué dices?
- Pero...
- Vamos, quiero saber que te hizo William ¿sí?
Emma asintió con la cabeza y le sonrió.
- Ven, te llevare a un lugar donde podemos leerlo - se dio vuelta y lo llevo a su sala privada donde leyó el libro.
El chico está demasiado intrigado, tenía una sonrisa juguetona, le impresionaba como es que el libro que tanto ha buscado lo haya leído esa chica que parecía muy afectada con la historia.
Su libro más deseado le está trayendo más de una sorpresa.