tre ofendido y todavía em
ue se despierte— dirige su mirada hacia sus pantalones y luego a sus ojos, pero antes de continuar, vuelve acercarse
, en vano, no demostrarle la excitació
encio y por sobre todo, lo haga desear tenerla. Él era un macho alfa, la última gota de agua en el desierto, la única dirí
n desuso ante la mirada y carcajadas de sus amigas qu
ío. No la conocía y su destrato sintiéndose el hombre más deseado del mundo le había molestado demasiado. Además, creía que al b
, por lo que muy en el fondo, aprovechaba “la suerte” de que alguien tuviera estómag
ar de colocar la traba de la puerta que
o a su cuerpo. Su boca se abrió tan grande como podía soporta
us manos subían a toda prisasu falda y apri
o por sorpresa y la manera en la que la est
ese
os apretándolos
ión y la prisa, se vio ayudándolo a des
o los movimientos de ella en desnudarlo –Dale nena— la apura
demostrarle quien era y que puede ser capaz
lo, él sonríe, sabe lo que le hará, por lo que baja la
e quier
y lo empuja contra la pared y ante s
con el bulto. Se lame los labios ante la impaciencia en su rostro y si
eza, pero lo toma de las muñecas y las ubica co
o— advierte y
go de presión haciéndolo sentir poco
sidad, baja su bóxer liberándose
no has de encontrar tan fácilmente— ella sonríe mirando hac
ntas idioteces juntas,
a una mujer que tuviera basta experiencia en el campo y no lo tenía. Pero era una
ltas o me vas a demostra
mbro entre sus manos y lo estrujó log
a una de esas miradas que sabía que derre
mano a su rostro y mientras esta amaga con que va a lamerle
plicando y a ella se
apenas toca con la puntitia aque
rse en su garganta. —Deja de torturarme que si no
a hacerlo y sin em
sube hacia su dirección, para com
la excitación, la pasa por en medio de sus pelota hac
., no
as acariciab
bola, encerrando dentro de su boca y acariciándo
a, después
dolo, mientras su miembro se ponía duro como el mármol
acer que la joven le regala cuando de pronto, siente como baja su
ír
mo, poco a poco, se va tratando su verga, limpia sin ahogarse y al
., no pares n
onsciente de lo que estaba provocándole en el cuerpo a Dant
r completo, quiso agarrar sus cabellos para aumentar
he dicho que
rostro y como si se tratase de un péndulo que la hipn
us glúteos desnudos y empujaba su pelvis rozando su erección
roba un gemido desde las profundidades de su garganta y a
ontra la pared, y es allí donde le inte
su prenda interior aquella humedad que anhela. —¿Eres acomplejada?— continúa sin dejar de tocarla una
udiendo sentir lo apretada que estaba.
ra vi
periencias ínti
o que le generaba en e
ilatadas, pero la de ella era diferente. Estar penetrandola con sus dedos se sentía
ro co
enta cerrar sus piernas, pero
tir tus fluid
sobre el inodoro y s
a sus dedos a su entre piernas y los empapa con su humedad, par
arle lo que es capaz de lograr con su boca y lo que menos quería es que él siga sintiéndose
a toca la cara interna de sus muslos y
, sus dedos para separar la fina y mojada tela de la braga y sin pedir permiso
e una corriente eléctrica hace que su cuerpo se sacu
de la blusa se marcaban sus pezones y no perdió tiempo en llevar su mano
¡
a más fe place
rse a horcajadas sobre su cuerpo, t
s mientras él hacía lo
os pelos y pega sus frentes, para seguir excitandola con sus palabras —Te lo voy a
un maldito arrogante, por lo q
emana n
la burla, por lo que se puso de pie y to
provo
erección a la alt
e su cuerpo como para, exteriormente, mostrar que está normal cua
le hizo un gesto despectivo
e v
oy capaz de moverte el piso
o y deja que hag
sto antes de inclinarse, le hace una pre
uando te metí los dedos
de echo no tenía porque estar respondiendo le eso. Después d
pero la vuelve a detener.
one los ojos en blanco. —Ere
iño?—Suelta
hombre. Ahora veo po
os y dejarlo sin descendencia, lo cual sería un favor para la humanidad o darle un
— Pregunta mientras va acortando la
lo insulta y se
cintura y lleva su boca a su oreja. —Solo debes pedirle y tener con
rec
lentamente haciéndola gerír, escuchándola jadear — Todo en la vida tiene un precio
ralmente se estaba vendiendo como un trabaja
de lado, pudo comprender que si o se trataba de un imbecil que a sabiendas del po
sta ¿Sabías? Y
erd
Joven, lindo, buen lomo, buena polla que sé usarla muy bien, pero todo tiene su precio— ell
¿Pero sabes qué? ¡Sos insufrible!— y no queriendo soportar más tanta arrogancia él la hace gi
nto v
por una apuesta le dio en el ego, por lo que neces
ez
los labios, quizás no era mucho, pero dentro de todo era u
, no vales t
il mugro
o siento por rompe
rvando su rostro de imbécil y preparándose para darle el golpe final —Si algún día pago por sexo, por lo menos ser
lo de macho alfa.Lo cierto es que tenia una leve inclinación hacia la derecha, pero en cuanto a tamaño y grosor tranquilamente era deseable,
cción de acostarte conmigo y demostrarte que tan bueno soy en la cama— Toma su barbilla y
incrédula de lo que le estaba diciendo y
r su virginidad ese año, pero lejos estaba de elegir a un hombre como Dante p
gen y no te
o la oferta a
da ante lo ocurrido es que le deja en clar
ría a un tipo con un pene que tengo qu
del cuarto dejando
isista, engreído y arroga
sin contrase