gundo piso — Ah, y gracias por ser tan buena con Richard. Le cuesta mu

rda mucho a mí — Dije mientras Edgar

tá — dij

an típicamente chico. La colcha de cuadros verd

rojó sobre su cama, saltando encima de mí — Sí, lo estas

reí — Tengo que o

levantó para sentarme con él en la cama — Solo quería hacerte reír

las lágrimas de felicidad? — Me estiré y c

otro lado de su habitación. Me puse de pie y caminé hacia él — Te esperaré aquí

el baño y me lavé las manos, luego me cepillé el cabello y lo recogí en una cola de caballo. Me salpiqué un poco d

e, cariño. Estoy lista —.Extendí la

í para acostarme a su lado,

y rodó sobre mí. Me miró a los ojos antes de inclinarse para presionar un

de mí — Ahora vamos, bajemos, antes de que mi

bien. Me muero de hambre, y ahora que he tenid

la mano, y salimos por la puerta t

amino a buscarlos — Mi papá di

e su expresión atónita