ítu
RO
busca su cartera encima de l
!, ¡¿Qué
salir de la sala de estar y dirigirse a la puerta principal, en la
desorden que tengo en la sala. Pensar que pronto tendría que dejar mi lugar, me causaba nostalgia. Era un simple y cómodo departamento; solo contaba con un
s copas y los platos en el freg
ist
del susto, no
cautela al ver esa sonrisa
i padre. —pongo l
usan. No trabajaré para él. Tu padre apenas y
eres irte? —Mmm,
bebés!, sabes que no.
areció, pero luego le recordé que no tiene una sec
usa
todo. —dice
Él no quiere trabajar conmigo, solo aceptó porqué su hija se lo h
be que me pienso ir... pero da igual. Vivirías ahí el tiempo que necesi
escuch
ndo y giro para encontrar
rápido. Lo peor aú
a algo de lo que ella está, sugiriendo. Apoyándose en la isla de
e plan conmigo, sab
tará, solo que aún no lo sabe. Pero una vez que me haya ido, sé que
es sin nada inteligente qu
ba haciendo. Will y yo bajo el mis
toria mientras recoge sus cosas; rodea la is
microondas, Seis y treinta. Que ráp
la cocina. La sigo hasta el borde de las escalera mientras la veo
guardias de seguridad que el Señor Reyes te espera. ¡Adiós, bombón! —me guiña un ojo lanzándome un beso.
acta en el mismo
n infierno d
una camiseta holgada de la Universidad de Warren street. Termino de peinar mi largo cabello oscuro, para ir a la cocina po
lular, nueve y quince. Decido mándale un mensaje de
o
l va la
llegó casi qu
sa
ana paso por la ofici
la pantalla compl
ienzo mi nu
Dejo todo en la mesita de noche y me acuesto. Cierro los ojos dejando que el recuerdo de m
entras me mira fijamente a los ojos. Veo ese fuego en su mirada que tanto me gusta... Un deseo ardiente a punto de estallar. Baja su cara y la entierra en mi cuello, sus labios recorren mi clavícula chupand
artando a un lado mis bragas para poder buscar
e haga suya y, como si me leyera el pensamiento, pasa dos de sus dedos po
ce dos dedos en mi interior y me da el placer que tanto quiero, gimo, me arqueo en la cama mientras busco ese orgasmo tan desesperadamen
núa devorand
uedo dormida, deseand