nas visitas más, Carlos y Esthela me inv
ecisión, pero al final, m
amo a Esthela para que vengan a rec
i maleta al chófer; antes de darme la vuelta, veo que Carlo
, Est
a, K
strar mucho interés, cuando t
s vamos a casa? —dic
to estirar mis piernas un
coche, introduce la maleta en el maletero, y abre la
ja su coche, lo detiene, y como no encuentro la manilla de la puerta
—dice, burl
que necesitase un hombre en mi vid
a cerrar el coche —di
as la
ra te la
leza. El pueblo es muy bonito. Está rodeado por una muralla en form
jos me dicen que algo no va bien. Mientras esperamo
llor
asa n
e abre la puerta, montamos
puedes contar si quieres, l
jado —dice, mientras bro
o?, si estabais muy bien
rueban lo nuestro, llevamos mal un par de mese
¿por qué no me lo
to asom
s. Cruzamos un pequeño pasillo y Esthel
y a medida que me lo enseña va contándome lo enamorada que está de Carlos. Me da pena por ella, pues se n
dado tanto? —le p
lquilar una
traído? —preg
!, Gatita —resp
a vez, estos dos están
go a una terraza pequeña que tiene el piso, pa
andra. ¿
ien. ¿
sada, pero ya e
bien. Rubén y yo tenemos alg
que llamarte mañana también —le digo
o quieras, besos,
os,
los nos invita a cen
llegar a casa, Esthela
o también me voy ya a do
prano aún —dice Carlos tirando de mi man
cansada, quisiera irme a descan
e gustaría poder ha
scuchar durante una hora cómo había decidido dejarlo
nes s
S
go, sin saber cómo, ni por qué
ce pasando su pulgar p
to, intentando averi
a los labios, le sujeto las muñecas
ces? Esthela
o, y tengo que reconocer que me
la aún te quiere. No vue
está de acuerdo en
Cierro la puerta de un pequeño portazo, me pongo el pijama y empiezo a pensar
tengo me quedo d
e los seco un poco y, al cerrar la puerta, allí está Carlos, dentro de la ducha, conmigo, tranquilo, ardiente, mirando mi cuerpo des
razo a su cuello, lame el lóbulo de mi oreja
por el agua que cae sobre nosotros; dejo de moverme y Carlos me suelta en el suelo, el agua me llega a la barbilla, casi no puedo respirar, fal
quiero sali
que mueras aquí con
cristal tan fuerte como puedo. Escuch
e, entre mis jadeos. Voy recobrando un poco de air
go, casi sin
—dice Esthela, mientra
anoche pasó algo con Carl
rlos, me parece perfecto y e
iciente es Carlos —le di
de pensar en por qué Carlos se lo ha contado todo a Esthela y cómo ha tenido la cara de decirle q