par de pepinillos, y comencé a comer. Escuché a Kendra riéndose de mis
s cómo se conocieron Edgar y tú
ía. Pensé que era el hombre más hermoso que jamás había visto — Emmanuel se reía y las mejillas de Edgar se sonrojaban. — Seguí disfrutando de la vista durante el primer mes y medio del curso. Pero, un día, a mediados
? ¿Por qué no le dijiste n
— ¿La has visto? Es tan hermosa. Estaba intimidado. No tenía idea de q
o. Edgar y yo fuimos emparejados por el profesor — Me reí — Si no fuera por ese proyecto, quién sabe si alguna vez hubiéramos hablado. Entonces, nos reuníamos algunas veces a la semana para trabaja
? — preguntó Kendra — Entonces te
hablar de bodas — Agregó mi papá, mientras Edgar se r
para ser amigas — Traté de aplacarla, para que Edgar dejara de actuar tan nerv
migas? — El
amente —
s — Tengo que regresar a la compañía, Mariabella. So
he, papá — Me puse de pie con él y le
Edgar y le dio una palmadita en el hombro — Qu
se puso de pie y estr
John. Los veré a
o venir, Arthur — Dijo Helena mientras el