img Enamorada de un vagabundo  /  Capítulo 4 4. Mi vida se acabo | 10.81%
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Historia

Capítulo 4 4. Mi vida se acabo

Palabras:1472    |    Actualizado en: 29/08/2022

th L

adre, ni si quiera se algo de él, su nombre, como es, nada. Mamá nunca me habló sobre él. Joel, mi padrastro era un hombre detestable, él típico macho que llegaba del trabajo quitándose las botas, aventándolas a donde cayeran por el suelo y sentándose en la mesa esperando que le sirvieran la comida, si no era como él la esperaba se enojaba tanto que a veces me da

cuadra a precio muy bajo, tal vez se le ablando un poco el corazón ya que fue ahí cuando nuestra amistad comenzó. Llegué a quererla mucho como una abuelita de verdad. Nunca tuvimos mucho dinero, pero el tiempo que viví con ella tortillas y frijoles nunca nos faltaron, tenía su pensión y con eso vivíamos. El dinero que traía a casa me hacía que lo guardara en la cajita de aluminio que conser

mañana no he dejado de pensar en él, pero aprovecharé ahorita que esta con sus abuelos para ir a pedir trabajo. Me movería rápido para ir a la zona centro de la

do de educación básica que de nuevo no tenía. Fui al mercado a probar suerte, para mi fortuna al pasar por una frutería vi un anuncio donde se solicitaba dependiente. Decidí postularme. Aquella señora de nombre Matilde, me hizo varias preguntas sobre si sabía contar, y sí, siempre me gusto la clase de matemáticas, me consideraba buena en eso, me hizo algunas pruebas pesando la fruta, y dando

rodillo fr

que lo traiga conmigo, por favor, por favor… se lo rueg

ueba ya que si necesito alguien q

o que soy

vente maña

—exclame llen

las tardes, podría tener algo extra, así podría ahorrar para comprar algunas cositas para la casa y para mi bebé que nos hacían falta. Sentía que al fin mi suerte comenzaba a cambiar. También me sentía feliz porque los a

r muy fuerte, tenía muchas ganas de abrazar y besar a mi hijito y saber que estaba mejor. Una vez que llegué a la puerta de acceso a la vivienda toqué el timbr

ver a los señores

res no es

ebé que trajeron, ¿

miro e

compuso al instante sintiendo como si mi coraz

n pronto! —grito de la

ya tenían la fecha de partida, es raro que usted no lo supiera, llevaron a su

r! —¿Dónde es

las al suelo, sentía como si una opresión en el

le cuestione con lo

pasiva entendien

exas, ahí estudia el joven Adrián, los señores ya

los o

llamarla esto tiene que ser un error, o tal vez fu

ñora Graciela. La espera porque me responda se me hace eterna. Lo más seguro es que si se iban a mudar hoy,

bebé, pero me dicen que ha salido, ¿ha llevado a mi

ilencio en l

to también dolor —una niña como tú sin un quehacer ni nadie a su alrededor no puede cuidar a un niño, eres incapaz de darle l

llorar —traiga a mi hijo ahora… e

uedes dar, comienza de nuevo, tendrás otros hijos, eres joven pero no pienso de

la ll

siento como m

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