img No Confíes en Mí  /  Capítulo 3 2 | 4.00%
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Historia

Capítulo 3 2

Palabras:2749    |    Actualizado en: 21/09/2022

ía encerrarme en mi habitación y estudiar, pero cuando se lo dije a mi tía, su grito de

más aún con mi prima hostigándome cada diez minutos para saber que estaba haciendo e informándome que su vida era, en palabras textuales

kin de Avril Lavigne en el celular que me regaló mi tía, q

cabello castaño rojizo se veían igual que siempre... solo que era la primera vez que me peinaba

nérmelos, me los había obsequiado mi tía. Eran azules

sde el pasillo y me apresur

gro, muy escotado y brillante, le llega a las rodillas y está más pintada qu

abajo y su cara de asco

ta desatado y mi cara no tiene ni una pizca de maquillaje, me gusta usarlo, solo en momentos que me sintiera con ánimo, pero

ido tan feo? —preguntó t

o amaba, aunque gente como ella no lograra entenderlo. No sabe lo que es amar algo por lo que representa que

ría de ganas de tener una cerradura por fin. Mi tía dijo que informó que

a la fábrica de vidrios o algo así, nunca hablábamos así que no podía saber con certeza a que se dedicaba para comprar únicamente cerveza. Una vez me trato de lad

armada unas... Dos veces, si tenía una infracción con la ley, una vez más, no salía de la cárcel. Por eso desde ese momento me dejaba treinta dólares en la mesa, podía comprar poco y nada, pero servía para alimentar a mi madre y si alguna

e ocasionaba mi familia, no hubiera venido un camión para llevarla y alejarla de mí. La verdadera razón de que ellos me arrebataran a mi madre era su forma de querer conservar su muy tranquila comunidad ¿y nosotr

ás dejo de llamarme, escribirme, rogarme y amenazarme. Él jamás me había dejado ir, lo que

o que marco en mí. Era lindo, atlético y tierno al principio, no obstante, a mis dieciséis no considere estar con él físicamente hasta que él lo propuso. Yo moría por desearlo, pero mi cuerpo no lo quería. Pensaba que sería cuestión de tiemp

basto que le dier

ría

consciencia, pero aun así podía sentir todo. Dentro de mí estaba gritando, pidiendo auxilio, pe

essi, me arranco de mis pensamientos y empezó

¿Q

ó los ojos, tratando de intimidarme. No lo hiz

que tampoco me quería aquí, pero que, si no aceptaba, su madre iba a pedir el divorcio y eso lo dejaría muy mal y quebrado ya que las pruebas de la infidelidad de él, las tiene muy bien guardaditas mi tía. Si se divorciaba y mostraba esas fo

me deje ir —Estaba mirando sus uñas como si lo

a mandar a un sicario barato para m

sonriéndome falsamente como si

la chica, por supuesto, cuando le conviene— por eso quiero que le digas como cosa tuya que estudie toda la semana y que me invitaron a

o estaba allí, no sé si la chica era lo suficientemente estúpida para no nota

ente? —Su sonrisita arrogante hizo que se me llenara la boca de cosas que me gus

spondí apretando mis

jo. —Por cierto, y

tación para agarrar una almohada y acomo

cree? La od

acia el hermoso comedor. Lleno de luces y cuadros caros. El piso de

mesa, las miradas se posaron todas en

u pelo rubio cayendo en cascada por su hombro. Sus finos labios estaban pintados de un suave rosa y s

ajar —dijo en un susur

lándome —respondí en e

guiñó un ojo y me m

le di una m

on todos. La mayoría eran compañeros import

mbres hablan de negocios. Mi tía empezó a burlarse de su esposo

mí, en el instante que su mirada chocó con la mía, la amenaza

supo enseguida que su marido era el

y juro que casi me orino de la risa conteni

ó su vista al plato y apretaba el tenedor como si q

orrecta en un lugar. Las esposas hablan de las cosas que sus maridos le compraban y las hijas de lo mismo. Además, tiraban mierda de las mujeres que hoy no estaban en la cena y

me enfoqué en ella. Todas las muj

hora que hi

rvios. No quería hacer quedar mal a mi tía. Ella me sonrió tranquil

Tienes que bajar de la nube en

, pero tenía que morderme la maldita lengua por mi madre. No po

s mirándola con fuego en mis ojos. Ella leva

oche mientras d

ía. Pero soñarí

días cuando te pusiste a llorar porque no

a abrazarla, pero lo dejaría para más tarde. Repito, amaba a esa mujer. Jessi

jo y se comió la novela mexicana, se dio la vu

tía, ignorando la escenita de Jessi— Ana, p

. Era joven y debía ser la esposa número cinco o seis de u

e respondí conci

mó un sorbo de su té y juro que p

llevaba tres

uir un

guirás e

hizo? —respo

as, como si estuvieran ofendidas. Miré a mi tía, esperando que me dijera que

ación, pero, ¿con esto? Estoy confundida y me doy cuenta de lo equivocada

odas se fueron, solo quedamos mi tía y yo. Me habló de

aguantar un año en la casa porque sé que después de ese tiempo, me haría cargo de mi madre y esta vez, para siempre. Es lo único que

mi hija y la amo —Se encoje de hombros y me

detiene. Volteó para verme y me sonríe. —Mañana ir

ada bonito, pero me interrump

ndo que era solo una persona falsa como las demás en la otra habitación, me negaba a siquiera conocerla. Vi mi error y como me había equivocado. Años perdidos para nada. Jamás recibí tanta bondad. Ni, aunque

en y síganme a mi instagram @johannaponce.writer para poder saber c

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