img La puritana  /  Capítulo 9 La guerra de Dios | 30.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 9 La guerra de Dios

Palabras:1718    |    Actualizado en: 14/10/2022

TULO

ERRA

o Don Fadrique de Toledo Osorio, capitán general de la armada del Océano, escrutaba el mar, casi a espaldas de Contreras. Le preocupaba la posible traición del empobrecido rey Carlos I, que acababa de firmar la paz con Felipe IV y no dejaba de pensar tampoco en los holand

jaban ver en el horizonte con la timidez que aporta la lejanía. Fue Don Fadrique

lo lejos se divisan tres velas

Don Fadrique le indicaba. Vio las dos naos, que navegaban casi alcanz

a dos naos cuyo pabellón no distingo…

llegar y veremos de apresar

tencia de fuego capaz de barrerles del mapa. Holanda firmó la pa

olandés, pero no se acercaba bote alguno ni hombres llegaban a tomar las naos. Algo sucedía y no sabía qué era. Pero ahora era Don Fernando, quién pe

s y tres holandeses, casi del mismo punto salidos? Tened dispue

naves estuviesen a tiro. En el muelle crecía la tensión y circulaba ya el bulo de que Inglaterra y Holanda se habían aliado y atacaban a la flota española

a enviada a los tres galeones restantes. En las dos naos y el galeón holandés, se disponían a rechazarlos y n

atacar a las tres naves que perseg

os de Su Majestad y deben ser tratados como tales. Las órde

acer si nos atacan es

al fuego y

aba zafarrancho de combate y los cañones asomaban desafiantes por las portas de los costados, erizándolo de bocas de fuego. Los tres navíos se desplegaban en

nto tan remoto y en poder de alguien más fuerte, a dirimir sus cuitas, en batalla que nada clara

sus disparos, aprovechando su menor capacidad de fuego. El almirante de la flotilla inglesa, ordenó cambiar de táctica y rodear a la flotilla holandesa por ambos costados. Esto era lo que buscaba el holandés, que al ver acercarse a dos navíos por estribor y otros dos por babor, ordenó disparar primero. La andanada causó estragos en las amuradas de estribor de dos navíos ingleses y en una de babor de otro. Cuando los cuatro galeones del rey Carlos dispararon, saltó en peda

rta, bañada en sangre inglesa de ambos bandos, era abandonada. “La Misericordia” que no había sido abordada, dejaba que el galeón que le atacaba se retirase y el navío holandés, aprovechaba la ventaja para acercarse por el costado de estribor del que huía y dispararle una andanada, que lo dejaba sin popa y ardiendo entre furiosas llamas. Robert Grant, había decidido auxiliar al galeón que se hundía y a sus hombres y eso le había costado otro más. Los

ntemente se han defendido. El galeón que les apoya, ha decidido la batalla a s

l “Santísima Virgen de las Án

do y en ellos vieron tan solo a cuatro soldados que remaban y un oficial en las respectivas proas de estos, sus miedos pasaron a un segundo plano. Gritaron los españoles, para que se les permitiera su

ste barco? Soy Alonso de Matr

ue nos proveyerais de víveres y ungüentos, para curar a los n

. Ahora decidme qué razón tienen esos barcos ingl

ferviente catolicismo, que había regado de sangre el continente e

nía de nuestro rey, para instalarnos en el nuevo mundo, en un lugar do

casión, solo veremos en vos, a quién ayuda necesita y haremos de nuestra fe para con vos, como aquel buen samaritano hizo, con el que yacía malt

temor a la muerte. En ese instante John el pequeño de los Wox se adelantó y sin mostrar miedo alguno, miró al capitán español, mientras observaba la espada enfundada en

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY