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Historia

Capítulo 2 UNA RUBIA LOCA, PERO FIEL

Palabras:1112    |    Actualizado en: 01/11/2022

os residenciales aceptables, hasta el área este, donde estaban las grandes

rja, se estacionó y salió del vehículo, estaba subiendo las escaleras a la ent

, ¿qué

ó a los brazos de su amiga sollozando y dándole

ción de Connie, con Rita gimiendo y sorbiendo

ito Connie enfurecida- T

la pena-

tarlo. Si fuese por mí, iría ahora mismo a buscarlo y le arrancaría la piel de las pelotas al

mohada, entonces la furia de Connie cesó

eléfono y marcó, dos, tres, cuatro repiques y nada. Volvió a insistir y de n

onn

diablos

ro una bibliotecaria no atiende llamadas d

onnie, casi podía jurar que Gillian, estaría roda

penas es medio día.

igo azul- dij

go volvió a susurrar- ¿Un códi

casi gritó de desesperación, Connie nunca cambiaría, siempre sería la niña mandona y consentida- pero es neces

sin dudar por un segundo que C

cabeza- se quejó

de que te estallé la cabeza a ti, Michaell dejará de respir

él- nuevas lágrima

aten

nie tenía el celular en la mano y después de haber conf

ño debemos

a que hablar conti

, déjame hablar con e

de tu secretaria?, yo creo que eso tiene una sola explicación, y es que eres un maldito infi

mpletamente abiertos. No dudaba de las palabras de s

nía miedo a enfrentarse a quien fuese c

ritos la despertaron. Cuando abrió los ojos pudo ver que

¿Connie,

ediatamente Rita saltó de la cama y corrió tras ella, la alcanzó en el

scena con los ojos abiertos. Y Michaell había el

jame conver

Susy abré la puerta- la mujer obedeció- ahora

e, no

e a la habit

nie. No

chaell!- gritó y él obedeció, aún con ambas manos elevadas. Ella le si

. . por f

a mis amigas, desde hoy en adelante eres persona no grata en

ercarse, entonces Connie ret

s y te vuel

Connie bajó las escaleras

debes dejarme

nda, ahora da la vuelta, sube tu puto trasero al auto y vete de mí casa- Michaell se n

ejaron de respirar por un segundo. E

rá en tus pelotas. Y si no te vas ahora mism

rro y se alejó de la p

ndose a ellas, nadie se había percatado de su presencia. Ri

e- se encogi

ndarte!, ¿es

n mi propiedad, que me demande. Ya

ir por la vida disp

buena puntería, si hubiese decidido la

loca,

on Rita, quizás luego serás t

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