ocupada—. Habías dicho que ja

dinero —respiré hondo y terminé de maquillarme—. Hay una del

o ayudarte, tengo

horros, ¿con que estudiarías? No podría rec

sta ayudarte lo haré, Emilia merece vivir, tener una infancia como los demás ni

o que las lágrimas salieran y

iga como ella—. Eres la mejor, pero sé cuánto has luchado por

r hablar, cuando nuestro jefe entr

rimer cliente —su so

zó a latir rápidamente. Enserio lo haría,

uando estaba asustada hasta la medula y empezaba a tener pequeños

—alcé mi ro

que me di cuenta que no íbamos a ninguna de

líamos al p

uí? ¿lo atenderé aqu

spondió tranquilo, tecleand

cuentros fuera del estableci

as con mucho dinero, el dinero suficiente para sacarte de esta maldita vida, así que harás todo lo que él te diga. Es

nerviosa ahora l

rque no va otra chica…es mi primera

n esto. Las demás est

nuestro lado, del se bajó un chofe

é pa

ué no la encontraba? Pequeñas lagrimas empezaron a caer al recordar la razón por l

s manos estaban heladas y temblaban, me ordené tranquiliza

la —me repetía mentalmente como un mantra. Todo el camino la había pasado con mis ojos cerrados y tratando de

os Srta

ahora? —pregunt

r la esperar

ande, verdaderamente grande que era esta…mansión. No podía observ

vitable. La enorme puerta que se encontraba al frente m

aba entreabierta, así que

decieron cuando vi

—sus

ón tan ostentosamente fina, gritaba los

aquellas escaleras dobles no me llevarían a la sala, así que opte por el camino de la izquierda. No se escuchaba absolutam

se era la sala y esp

na y otra vez mientras mordía mi labio inferior de los

llegara? ¿primero me serviría una co

o que querría…hablar —

ía una llamada de trabajo —irrumpió

fuera la persona que pensaba que era, esa v

a tanta vergüenza, quería

n los suyos, pero estaba normal, o eso pensaba…era muy difí

—extendió su mano y dudé en agarrarla, pero

bía que era yo? —me

contacté al dueño del lugar y me comentó sobre s

cía inquietante y abrumador el que solo me mirara dire

qué? —

rta. Green y simplemente lo cobraré

y me senté, él lo

una ceja confundida—.

que era la mujer que estaba buscando, pagué la suscripción, el tratamiento

platos, no daba crédito a t

era est

é, levantándome del mueble, quería irm

e finja se