mpre, el mismo de hace cinco años atrás cuando yo estaba casada con un hombre qu
me metí en el mundo del porno y con seis películas ya podía pagarme la universidad. Luego vinieron las escenas específicas, algunos pases privado
resalto al oírle —. Estás
e azul la mañana y niego en un gesto sin importancia. Él alza una ceja poco convencido de mi esquiva manera de re
anuncio cortando mi croissant —.
ena importante y quiero que vayas conmig
esita que le atienda un poco más tarde de lo normal y ya he dicho
—arruga el ceño —, sabes que la consulta d
serva los labios cuando me los muerdo entendiendo lo que he dicho. Inc
demasiado a él. Y a pesar de eso conmigo era tan diferente. Tan cálido, tan cercano, dominante
no quiero que conduzcas de noche y te veré directo en el restaurante. Tengo una reunión
besarle en el cuello. Trato de que ese gesto le recuerde lo que teníamos antes y a pesar de que parece que no lo hace, siempre consigue lucir
te segura de que es él? —Sus
de ahora de mi agenda —. Él fue mi más grande amor, el padre del único hijo que tuve en mi vientre, mi mayor pas
e trabajo a su lado, pensaba que acabaría desvelando el misterio de su ausencia de s
tancia. Hago caricias a su cuerpo, que eran suyas, de antes, de cuando estábamos juntos. Le susurro contra los labios cada vez que puedo, sé que l
Quizás sea lo mejor —propo
era dispuesto a decírmelo, ¿no crees que ya lo h
que supuestamente ha contratado de tí
osas que yo ignore y le hagan a él jugar conmigo. Puede que me haya encontrado ahora, que por otro lado es mucha casualidad
¿par
ensar en ello y analizarle mejor. Quizás si presiono tocando temas
e me hubiese gustado vivir con él en su día y cuanto me costó sacarlo de mi sistema cuando estábamos
iente paciente y ya el último de la noche. He tenido que aceptar
a gruesa voz ll
irme. Marcos espera por mí y en el fond
nte, po
mo. Me pongo en pie por profesionalismo
na vez he visto y me escruta con descaro, sin disimulo. Es i
presenta estirando
casua
arcos finja llamarse así, le reconocería incluso si no tuviera nombre. Este hombre que teng
se, por
las mujeres y quiere todo el tiempo causarle en mí. Yo sin embargo, reconozco que es para sentirse embriagada por su magnetismo sexual p
u trastorno —apunto en mi
más de una vez por ocasión con una mujer. Me aburro y necesito otra y luego otra y siempr
e encuentra con gente que tenga tan claro lo que quiere en la vida y este hombre no desea desprende
eres
yo —propongo sacando la tarjeta de Susy —. Mi compañera es
uta y me deja con la mano ex
ndo, p
era, señori
uestra calidad de médico-paciente y la falta de interés de hacerlo por mi parte, un poderoso y posesivo homb
ontelli, no
abrochando su chaqueta de manera intempesti
irteando con m
evido y un jefe posesivo que asegura tomando mi barbilla y buscando mi boca con sus labios
os ha si