petición que le hicieron, quería un hermanito, y probablemente, si se acostaba con este hombre,
mo sus hijos, ellos habían estado tanto tiempo sin ver a su mad
abandonaría a estos niños, mientras no pudieran compre
el salón de juegos, ellos que ya habían visto e
vestido que te regaló
ijo Silvia— además, ¿de q
ama— dijo Farid— ¡Es hermos
o en una fiesta que tendremos papá y yo mañana,— di
aban peleando, porque no te gu
n iremos a esa fie
s también tenemos ropa nueva par
na mano y la llevaron hasta sus habitaciones, les mostra
on está ropa tan herm
"Mamá está por llegar y tendremos una fiesta, p
dijo Sylvia— más de lo que
ría, una madre para sus hijos y una esposa para él; Silvia no entendía qué historia había vivido este hombre, que
después que había discutido con Silvia, ella lo esperó p
a del almuerzo, aparte de Hafid habían otros cuatro hombres más, q
figura imponente, de ojos profundamente oscuros, labios
adre de mis hijos— dijo Hafid señalando a Sylvia— está inclinó l
Silvia, las empleadas empezaron a servir y todos comieron en silencio, aun
o sabía que, después de la boda volverían a Estados Unidos, ella nunca me había via
donde llegaba, las cuales las ocupaba, y una vez que partía erán cerradas, solo eran a
ersonas muy confiables, además de responsables; en Estados Unidos, vivían los p
amente que Sylvia, no era la madre biológica de los niños, la palabra de
a esposa de este hombre tan imponente; sentía temor y a la vez le
iños, siempre tomaban una siesta, de una hora diariamente para descansar, d
Hafid, sentado espera
ndo— dijo él— me mo
fuertemente mis brazo
d, pero quiero hacer una excepción hoy,
unos instantes
ella sonó sincera— cuando toqué a tu pue
é?— pregun
scusión— dijo Sylvia— no me gustaría andar de las gradas co
fid— no quiero ser un m
n hombre enojad
prometió Hafid— ¿De
puesta boda—
ta boda, Silvia se
lo que tú dices— dijo Sylvia— sí dices a t
gaña a mis hijos S
decirles que soy su madre? ¿Qué diferenc
omento, mis hijos crecerán y se enteraran de la v
cho—dijo
unos bebés de un año, por lo tanto, no la recuerda
ntender— di
ijo Hafid— para ellos, tú estás conmigo desde que quedé viudo, has cr
que estamos casados y
o de que eres su madre— dijo Hafid— me gustaría que éste matrimonio sea r