alas de exploración, pintadas con colores alegres y brillantes, con animales de peluche y porquerías que no eran propicias para

r q

mujer. Una muy atractiva,

Probablemente porque sentía lo mismo que

a de las enfermeras mayores— Accidente

Preguntó, apenas manteniendo la

o en el área d

en abiertos en la entrada a la sala de ambulancias. El primero de los tres camiones se detuvo y retrocedió. Todos se pusieron en acción. La risa de Jane se detuvo abruptamente y su rostro se volvió feroz, controlado. La primera víctima fue uno de los adultos. El Dr. Ro

untó mientras el jefe del departamen

lesiones internas. La Dr. Hall necesita ayuda. La niña tiene un traum

estaba manejando la habitación sin problemas, transmitiendo ór

lla. Él se quitó la bata de trauma y se

exploratoria para verificar si había lesiones internas. Tenía hematomas en el vientre por el cinturón de seguridad. Jan

e lograr el ángulo correcto con esa lesi

Comenzó a alejarse, pero ella lo agarró por la b

un imbécil, que ni siquiera puede darme el tiempo del día, tratarme como una mierda. Tuve suficiente de eso cuando estaba en la residencia, dudando de mi

primer caso

eto o hablaré con el Dr. Roberts sobre tu comportamiento aborrecible, irrespetuoso y grosero. Sólo porque tenga tetas no significa que sea tu maldit

a nariz y se apoy

o a su jefe, palideció— No has sido más que un imbécil

nto, Dr

te. Ray, eres un médico fenomenal, d

igas— gr

tu madre. No sé qué te hizo Aura, pero en algo tienes que ceder, Ray— Señaló el pasillo— Tu primera tarea es disculparte con ella y arreglar las cosas. Jane es joven, in

S

tás luchando con algo, pero no es razón para que seas un imbécil— Se quitó la bata de trauma del cuerpo y la

berts tenía razón sobre su comportamiento, pero Aura lo destrozó y lo hizo pedazos. Aunque eso

. Dr. Evans, a la sala de trauma u

tarde— refunfuñó, dirigiéndo

X

e vista

palabras, con los pies en el sofá mientras Amy nos preparaba l

coliflor, camarones y pollo. Lo puso sobre la mesa frente a ell

, viendo a Amy tomar su copa de vino— Dios sabe que

úmero dos?— preguntó Amy,

o joven. Lo siento, no puedo follarme a alguien q

robablemente podrías conseguir a cualquier

por la que es tan idiota. Su pene debe ser del tam

cias. Un día, él estaba sonriendo, era feliz y tonto. Estuvo ausente durante unas tres semanas, creo, y volvió como el imbé

jo, sentándose y saboreando su comida— Un coño

ejercicio. Lo he visto correr por algunos de mis senderos

dijo que debería trabajar en geriatría, simplemente no pude co

Amy. Jane asintió— Bueno, ella estaba bi

o está mañana—

ercana, tenía un gran corazón y amaba a cada uno de sus p

ans, pero tal vez se encariñe

. Si él no cambia, me quejo. No soy un pedazo de mierda, no voy a dejar que un pendejo con mala actitud me quite el sueño, maldita sea... Incluso si t

ae— can

a un maldito ser humano, ¡lo estaría montando como un caballo salvaje!

quitó el plato y trabajaron en limpiar el desorden. Jane se preparó otro plato, silenciosame

te que un viejo ce

X

osito de peluche. Su madre estaba a su lado y agradecía mucho su dedicación. Su marido estaba en un nivel bajo, recuperándose de una operación en el hombro, pero se

tora

o al Dr. Imbécil, mantu

iene a insultar

e sobre sus pies— Mira,

ráfico y colocándolo en la canasta para volver a llenarlo— Y

su nariz y motas doradas en sus ojos— Me dijo que tenía que arreglar esto, pero después de hacer un examen de conciencia ayer, tuve que... ya s

del sarampión— dijo Jane, le tendió la

erto hacía mucho tiempo. Él le agarró la mano y apretó los dedos alrededor de su peque

do sus labios en una línea antes de

ron las manos