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Historia

Capítulo 3 La segunda planta

Palabras:2929    |    Actualizado en: 10/02/2023

unda p

oys” señalaba una puerta que estaba abierta. Gustavo se detuvo un p

bailarines hombres se presentaban, pudo incluso divisar en una mesa a Ivanov

ierda – susurro Gustavo a su

ro de “Girls” era básicamente lo mismo, solo que en vez de hombres bailando eran mujeres. Nuevamente pudo divisar a lo

rdo de confi

s, algunas abiertas o semiabiertas, pasaron por una que estaba abierta, Horacio estaba

a Horacio así, jamás cerraba la puer

ada la habitación, entreabrió los labios y pas

olo. La sonrisa del rubio se hizo ev

igo, pero en verdad quiere a

el único curi

sta la habitación contigua a la de Horacio. Entraron en ella, era

on la voz ronca, no podía ocultarlo, es

lanta hace y qué mejor que hacerl

infierno comenzaba a quemarles las manos. Bajo la luz roja neón, la sexy música de fondo, Gustavo se quitó su camisa, le sonrió y poniendo una ma

besar el cuello de Rusell, movió un poco su

no entendía bien el porqué, seducido por los besos del rubio, pero en cuanto cayó en cuenta re

re tomar el

o sabía cómo llegó a la habitación. ¿Có

urio

ba, ver sus tatuajes, como movía sus caderas,

cuerpo de ese rubio era más

e lubricante, condones y algunos “dulces” saco el lubricante y un condón. El siguiente cajón tenía algunos consola

o el labio, impaciente por ver lo que

ó su mirada

or las cuerdas,

rte latir de su corazón y pequeñ

dad pudo m

igo del mueble contiguo a ese

mientras el rubio recuperaba el aliento, tomó sus manos, las puso sobre

ien que hacía los nudos ¿Dón

n de Gustavo, no perdió más el tiempo y lo sacó junto con sus calzoncillos. No p

do nena – sonrió Rusell al

muy calie

or, nada de Rusell

señor – son

l cuerpo desnudo de Gustavo, sentir el frío de la

como el rubio perdía el con

uy rudo pero sí lo bastante fuer

zos hasta que se canso, la piel roja de Gustavo donde

latigazo más, estaba seguro de que se correría, por suerte

y sin que el rubio estuviera listo, lo penetro hacien

gust

enetrado por los dedos de Rusell. No era su primer sexo

solo el

le espera pero está más que ansio

quedando desnudo, se acercó hasta quedar frente al rostro del rubio, acerco su pene a la boca del rubio y delineo sus labios con la punt

ercó lo más que pudo hasta poder chupar el miembro de Rusell, admirando có

, la magia que no haría con ellas y de lo

su boca, quería seguir y sentir como el semen recorría su boca y su gar

avo lo miró, ansioso y queriendo descu

erías jugar? –

ronca debido a los gritos que me darás, quiero sentir como tus piernas flaquea

su cavidad anal. No vio ni cuando se puso el condón. No pudo pensar más, por más que R

pasara un minuto para que Gustavo se acostumbrara a su tamaño cua

si lo partieran a la

el rubio gemía, echaba la cabeza para atrás, jalaba sus manos, y movía sus caderas para satisfacció

a era muy grande, así como sus gan

da, cada vez un poco más fuerte, mirando como su piel se tornaba roja, sus lágr

como el rubio lo estaba apretando, dedujo que estaba por correrse así

iéndose por completo. Rusell satisfecho de ver como el rubio puso los ojos en blanco, y sus piern

n lo amarró y lo tiró. Gustavo comenzó a toser, tratando de recuperar el aliento

– dijo Gustav

ronca, se acercó a él y lo desató – Vert

icable – le sonrió, masajeando sus

minar? – sonr

ara recoger su ropa – Agradezco tener buenos analgésicos porque s

eres segu

usivo signifique que haya imbéciles que se pasen de listos – lo miró – Quédate todo lo que quieras, te traeré algo en u

se iba Gustavo dejándolo solo en esa habitación – La curi

es con un poco de vodka, se acercó a sus

eñor – los do

ven un minuto – la castaña lo siguió quedan

stavo? ¿Quiere

ación 6 de lado derecho, tiene un semental que necesita ser empotrad

e hal

ien cariño

corto beso en los labios ant

pa pero el sonido de la puerta abrirse lo detuvo. Esperando que fuera Gustavo, encont

a algo especial para us

curioso, intrigad

sonrió

de descontrol nada le quitará. Así que n

sin duda, todos adoraban el acuerdo de confidenci

e mejor humor, sin duda

estado cuando vio a Gustavo con unas rosas en la mano, quería acercarse pero según el acu

cadera pero la cogida había valido la pena. Había estado perfeccionando la

ería donde compró un ramo de rosas rojas y después cond

así que podía entender el alboroto. Inconscientemente buscaba con la mirada al Jefe pero no pudo verlo. Así q

los dos se acercaron casi corriendo, se abrazaron y después se besaron

suspiro – Pero ahora e

l camino y vi esto – le entrego el r

lo propones – le dio un cort

aminar a la salida, cuando la mirada de Gustavo se encontró

é pas

er a Horacio, eso solo eso – le dio un guiño

dio un guiño con su novia al lado. ¿Acaso estaba loco? ¿Cómo es que tiene nov

ncógnita más gra

serio? – sonr

onrió Gustavo term

enio y tratando a todo el mundo como si fuera un estupido. Pero si

ercó a su chica y la b

piste que tal le fue a Mel

os dos rieron – Deberías prob

ntigo – volvieron a reír – Por cierto, hablando de dej

escuc

cera planta para ser específica – le

– le sonrió – Sirve que vemos

r esposo que podre tener

ner – le sonrió Gustavo – Y hablando de eso, teng

a y hagamos una cita. Nuestr

a luna de miel –

con la esperanza de encontrar a

a noche aquí

¿Q

sonrío – Él está en la terce

planta más?

ltero o ti

eso? – dijo Rus

ienes pareja entras con facilidad – le dio un guiño – Diviértet

hay en la te

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