ALLS, M
DR
del instante en el que sus labios tiraron en se
casto y tierno beso en la piel de mi palma. En seguida la colocó sobre su regazo sin soltarla —, y
ví mi vista hacia el cristal que nos separaba del e
ue nos transportaba del aeropuerto de Great Falls hasta el sitio exacto donde la
año, el viento del invierno no les concedía tregua, haciendo que las ramas más altas de su follaje se balancearan, creando l
ía frente a los que pronto serían mi familia política y de quienes sabía tanto o menos que ellos de mí. Shaun no hablaba mucho de s
rman se tratara, una especie de Clark Kent de la época moderna al que le fascinaba montar a caballo, arrear ganado
ripto
res hermosas y
esos que piensan que el universo gira a su alrededor y que sin ellos, la humanidad no sobreviviría. Shaun se había encargado inconscientemente de crearme una opinión no muy segura
as y frías. Definitivamente no es un contraste normal o una buena señal. Tú no eres así, Audrey. Por lo general tus emociones son est
interés por todo aquello que tuviera que ver con el arte, desde el baile, hasta el teatro, la pintura o la música, así q
cum
dejando a mamá en casa, quien al principio renegaba con la idea de dedicar mi vida a algo que para ella no te
sitio para vivir con tantos estudiantes foráneos en las mismas que yo. No obsta
estaba lo bastante concentrada en la clase como para no darse cuenta de su intromisión. Sin embargo cuando lo hizo, recibió tremenda reprimenda de su parte que me hizo sentir pena ajena. Le ex
acerqué sigilosamente, me sonrió, me guiñó uno de sus ojos verdes y sonrió. A partir de ahí nos volvimos mejores amigas, le conté de mi falta de vivienda fija, que me había estado quedando en un hotel desde mi arribo a la ciudad, que el dinero de mis ahorros
e medio tiempo sirviendo mesas en un café de Manhattan que me redituaba lo suficiente como para cubrir gastos personales, víveres y gasolina. No me tenía que preocupar po
s en Columbia, rogaron por presentarme al mejor amigo de éste: un tímido muchacho del estado de Montana que pasaba sus días encerrado en la fraterni
na violinista de talla mundial me absorbían, eran mi prioridad, pero cuando todo eso ll
cital, posteriormente, festejaríamos el éxito
l lindo, tímido y guapo chico de ojos azules como el cielo no le ha
habilidad se la debía a sus tantas citas con los libros. Podía exponer desde lo más sencillo, hasta lo más complicado y aún así me embelesaba. Siempre dije que el hombre que me conquistara tendría qu
no da estabilidad
culina la que le brinda
ta y rotunda. El amor solo es un plu
o prete
dirí
demasiado p
tan largo y lacio como para que mis manos se atrevieran a alborotarlo sin que el efecto fuese menos sexy. Tampoco su basta estatura, sus pectorales definidos o lo convenientemente atento y cariñoso que podía ser siempre qu
ca salieron a colación, que Emma Nollan se mos
lo dejes escapar.” Inquirió tajante
una visita relámpago a Luisiana antes de ir a Montana a anunciárselo a su familia. Estaba que no cabía en júbilo, su mis
aun era tan accesible que a veces me daba
os para pegarme a su costado hasta que por inercia recosté mi cabeza en su hombro —y que
illa e incorpor
rganismo, adquiriera libre albedrío. Mis manos se asieron a su cabello valiéndome de él pa
tenido en mi pecho, liberándolo
aba a su educación, pues al hablar de su madre resaltaba la actitud conservadora y llena de valore
se había ido meses después de que su hermana Esther, la menor de los tres, llegar
su padre—, quien de la noche a la mañana tuvo q
n, creo que el más afectado de todos fue Chase, al atesorar más recuerdos de ella que el p
r o buscar un poco más, así que sin mucho cavilarlo mi lengua hizo
reflejó en mi entrepierna a una velocidad vertiginosa, la misma velocidad con
isita que desde hacía un par d
dos, aguantando el est
erecho y suspiré. Qué bien se escuchaba eso —, compórtes
ué h
uá
o mis sentidos, pues no capté la voz del tipo vestido
do para mis adentros y
ni siquiera lo n
ojos en
tributos, pero su sentido
el hombre a cargo de hacernos llegar al rancho sanos y salvo
ra del vehículo para bajar el equipaje, dejando que el chico en cuestión fue
idió el hombre, cargando las val
nada —repuse en un volumen modulado,
o tampoco creo hab
do fila en los laterales por donde el auto no hubiese podido atravesar. A unos cuantos metros de distancia se podía vislumbrar a quien supuse era ot
ieron al doble ante
villoso.
ndo el andar para adm
diario u horas de galope por los alrededores. Su pelaje brillaba como un verdadero diamante negro
o dio como regalo de graduación al salir del instituto. En esa é
el ent
Dem
isto en ese tiempo, c
sperando saber la razón,
ártelo que su dueño —declaró, rozando
de hastío ante
n y, Demon es el pretexto p
uirle el ritmo visualmente al equino que n
mí hacia donde una hermosa construcción de dos plantas, fabricada con ma
en él, lo que me dejaba en claro que dentro se hallaba un puñado de madera seca ardiendo al calor de llamas abrasador
nmenso pórtico que llevaba a la estancia y junto a este, una rueda de
trasera del terreno, en donde seguramente estaban las caballerizas y los establos. Otros, arreaban al ganado montados en cabal
rum
r el cambio que en horas
Sin embargo me agradaba y confiaba en que, lejos de apreciarme fuera de órbita, me
e a frente a la fortaleza andante que compartía información genética con Shaun. En tener frente