ndo la cena. Enseguida me acordé de algo, decidí revisar mis ahorros que tengo de

mo teléfono que tuve me lo daño Abel, sumergiendo ese aparato en el agua

tificada con mi letra, moldeada en rojo. Cuando la abrí, cinta adhesiv

pensando en culpables adentro de mi propio hogar,

ije en voz

contra de mis manos, caminé con una mi

í a la cocina. Encontré a mi mamá, haci

iños como pimentón y ajo, concentrada apenas notando mi presencia. En pocos segundos, se voltea y me obser

pregunté, pero ella, si

é te pasa? —le seguía diciendo,

ando?—me respondió,

clamé acercándome más, pero esta vez tirando la

endido, soltando todo entre sus manos

lo iba a de

cosas. Prefiero que me digan las cosas decir como deben ser…—en ese m

an en ustedes mismos—agre

res que esta escena, Annabel—Meditó un momento—Además respóndeme si te lo pedía

4. Pero, sin embargo, hiciste lo que deseas ¿Por qué no se lo

as reglas en este caso te sirve el número 8 porque nosotros ta

con cuidado en una de las sillas. Ella solo quiere desafiarme porque nunca p

caso mi vida también es tuya!—di

y nos encontró a nosotras paradas de frente, pero no pudo descifrar

nuevo estado de mi cara, producto de la di

mi nuevo teléfono, para unas de sus emergencias de destino desconocido ¿Lo sabe

as. Mientras limpia un poco su rostro, se le n

ara qué lo necesitan?—le pregu

epan. Es mi problema perso

te? ¿Otros hijos?—le hablé fuerte, evitan

mi corazón y sería imposible de hacer

da te cuesta. Ni que las

entando calmar sus nervios, recibiendo unos masajes en sus hombros. Mi ma

dre, sin mencionar que tienes que obedecer

na el problema. Me cuesta mucho ped

tengo, además de cosas para guardar todo en mi bolso. A veces es necesario, pero quería tumbarme en el s

junto con una camisa de Linkin Park, a

estando no ser tomado en cuenta, que usen a las personas como un

opciones para quedarme en otro sit

as discusiones ni gritos. Ahí con sus carritos v

o pucheros, mostrando las muecas más bellas y tiernas del mundo entero. Evitando reírme por tener un pe

no te quiero perder a

er. Prometo visitarte pront

uieres hacer mis todas mis tareas, me acuesto temprano, te doy mi plato de comida

con mucho cariño y le susurr

en mi corazón. Daniel y yo seremo

scuchó la voz de mi papá, pero no le quedó ahí, sigo mi camino deseando perderme

mos hablar mejor y s

Todos en algún momento se preocupan, sin saber que lastim

nde de nuestra vida, lo mejor es estabilizar lejos d

, ojalá estés muerta—dije enojada

arma perfecta contra la vida de una per

reencia en tanto tiempo. Me adentré a lo desconocido, trazando un nue

tr

a

ac, ti

el aire, a la vez consecuentes

, tic, t

el dolor emocional de esta historia, el relo

uido, para crear un ambiente puro y teatral, en donde segun

”—se escuchó

to estar sumisa en sus pensamientos. Casi lo olvida y al fin había llegado

e esos exámenes que necesitaban. Mientras en los pasillos, me refl

n poder imaginarlo, ese sería su est

o y unas buenas facciones tanto físicas como corporales, sin olv

mandó a la entrada del hospital donde queda en la recepción para cancelar su cuenta

ero?—le dijo la recepcionista m

liente, pero a la vez jala los billetes de la señora, sin la atención de las demás personas. Y Anna los

cuenta—Se disculpa la paciente casi desesperada, y apenada—Es que estos exámenes me ti

evisaba los archivos por orden alfabético, sin antes ver las

ar su rutina. Y como Anna nunca fue una mujer con demasiada tolerancia y p

quien sea tu jefe—le dijo Anna enojaba y salió del

n que se preocupe por el futuro de sus hijos cuando ella muriese, y por todo lo que estaba pasando. Y tal ve

ero con todo mi corazón—decía esto mientras en su mente corrían recuerdos gratos

contrarse con su amado esposo y correr a los encuentros con su hija. Para aparentar estar f