go. Cada día con él se ha convertido en un nuevo martirio. Sol

antes de marcharse, me duele, me quema el escucharlas. Al parecer es mi destino tener el despr

n fue amiga de mi abuela cuando ella trabajo en la empresa. Est

con nosotras. La señora Mariana la tiene

retaria de Ferna

inútil. Esa tipa únicamente se dedica a enseñarle la

n de Diego y Mariana. Esa pobre mujer no tiene la mínima id

r muy bonito casars

aber Cielo, al parecer ellas están muy bien

egaña la señ

ngaña con todo lo que ten

o

Incluso en la propia oficina he escuchado gemidos y posteriormente sale alguna

minutos! —Gruñe Diego cuand

onsta de una hora según l

Belinda—Me advierte sin nin

ne opción tendrá que soportarme h

renuncies así evit

esidad. Siempre ha tenido todo sin tener que esforzarse, pe

? —Inquier

tido hablar d

entra en la oficina azotando la p

e no es verdad —Le

hablas —Él f

anoche con una tipa entrando a

ra en su novia— Mari amor no puedes creerle más a tu hermano qu

mo no permitiré que un mentiroso como tú e

rnando debería morderse la len

me lanza una mirada. Es increíble esta mujer porq

el licenciado Diego estuvo conmigo anoche.

ndo me lanza miradas asesinas y Diego me mira de una forma muy extraña, sin got

mentir Belinda —

quedamos hasta tarde trabajando en el nuevo pr

go completa mi frase—Luego

do con los empleados y mucho menos con Belinda, no l

e descubierto que Belinda es muy efi

on ella mi amor—Le suplica Marian

mbiar y nunca te engañaría—Él le da u

o se marcha, yo no contuve mi r

*

ninguna palabra. Soy consciente que si descubren mis mentiras serían capaces de corre

ñada, es lo menos que se merece después de las humillaciones a las que me ha so

icito verme antes de mi salida. Me percaté de que él está sentado en su lugar obser

rimera vez que formula

y él en esta misma empresa porque mi abuela no podía cuidarme y me traía consigo. Sin embargo, cuando cre

a? ¿Por qué mentiste?

gina —Le resp

ar muy reprimida sexualmente. Dime ¿Hac

cabeza —No quiero s

oy un prostituto? —

seguir siendo su secretaria, si usted m

le dirás la ve

entirosa si le digo a e

a ese imbécil!

. Pienso que le conviene mucho más tenerme a mí como su secretaria. La señora Mariana nunca me vería

ejecutiva y la señora Mariana formo un gran es

tienes razón—

presentable, pero le prometo que daré mi mayor

ázmelo saber. —Me ofrece, por primera

o es necesario. Solo reflexioné muy

e eficiente te quedarás B

ñor, p

de enemigo. Por supuesto, no lo tolero, pero lo necesito cerca. Sería incluso capaz de fingir que

an de la misma manera. Humillando a los demás, no estaría nada mal darle una lección p

su mano derecha y si

dría sa