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Historia

Capítulo 3 La persecución

Palabras:1627    |    Actualizado en: 10/04/2023

rpados, esperando sentir una pizca de suplicio y molestias producidas por la falta de sueño durmiendo en un incómodo colchón dentro

ta; una simple mentira de que alguien estaba en prisión cumpliendo con la sentencia. ¿Sería re

tivo; aunque ahora lo más significativo

re algún comunicado referente a la prisión, con respecto a S

de la prisión adquirió el hábito que durante todas las noches antes de acostarse, comprobar cada cerradura de ventanas y puer

bolsillo, para luego bajar por

o unos huevos revueltos. La señora Jones nota la pres

luda, dándole un beso en la m

ostezo—, supongo que ocho años en prisión s

cocinar, para envolver a H

ión —susurra, recostándose en su hombro—

tras toma algunas rebanadas de pan—, supongo que todaví

ía suelta un

jamás. ¿Entendido?—la señora Jones agita la espátula—. No sabes lo que me costó con

na —musit

as se sientan a desayunar. Para ella los huevos resultaron esplendidos, porque estar c

nes la mira

eces co

amente, es que… esto es ilógico. ¿Sabes? —acota, tomando un sorbo de j

ndo en eso? —inquiere,

ia la boca con

o la mirada—. Tengo mied

te—. Deja ese miedo en el pasado,

mina y saca su teléfono, teclea

ión—. Logré comunicarme con tus padres y ellos están felices de que regreses a tú hogar—le muest

ensaje que le envió su madre Rebecca, desde Espa

suspirando—. Estas si

la vida a tú manera, sin que nadie te pon

siente una punzada. Recordando lo que le

on él, había sido una larga espera y e

repentinamente decidida a ac

ue hacer —acota ella,

y la observa c

así? —pregunta e

elta una carcajada, le pide prestadas las llaves del au

rminos con él. Sabía que debía de tomar una sabia decisión, y lo que menos quería es destrozarle e

os de

ndo los maravillosos momentos que habían disfrutado hace ocho años atrás. Es extraño volver a ese lugar después de tanto tiempo, los mis

tá apenada, tal vez la señora Evans no quería verla ni pintura. El nerviosismo le invadía cada parte de su cuerpo. Luego, de un instant

—saluda ella

grises se tornen más brillantes—. Me alegra d

braza cál

se disculpa, colocando sus

to lo debí de hacer hace años atrás, no estos momentos—la toma por la cint

la—, sé que estabas esperando el momento indicado para realizar el co

por las manos,

cirte —le susurra—. Anoche tu

—exclama la chica,

estros sentimientos —especifica él, mirándola directo a lo

n consultármelo —le reprocha

He esperado ansiosamente mucho tiempo para estar a tu lado—se acerca a ella, tomando su ba

ueda por la m

surra ella, solloz

os una nueva vida, dejando atrás todo aquello que nos aqueja—especifica, imaginándose el es

la forma en que Kayden se expre

ca—, ya estoy harta de que siempre se las ingenien para arrebat

ntigo —reafirma él,

la mayoría de las chicas suspiraban, se fijaría en ella. Pero, su suerte fue la contraria, y en ese m

te —comenta la chica,

nuncia la voz de un hombre, parado en

lo acompañan, t

qué haces en mi casa? —espeta

—responde, acercándose a ellos—, a

nciendo el ceño—. Pero déjame decirte que no les ten

una carcajada, sa

ndolo con la mirada—. Por cierto, esa linda zorra que tienes a t

a ella! —se altera el rubio—. Re

, sin apartar la mirada de la chica—

e dispare a Hayley. La persona asiente con la cabeza, cumpliendo su orden.

lama, retorcié

stardo! —grita Kayden, asesi

un disparo en la frente, cau

mo tiempo que atiza varios disparos más—. Y tú

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