img Hechicero de sirenas.  /  Capítulo 8 8 | 12.31%
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Historia

Capítulo 8 8

Palabras:2668    |    Actualizado en: 17/04/2024

rganta al ver a mi hermano al otro lado de la mesa en la condición que se encontraba.

cadena oxidada que amenazaba con romperse. Y ya era usual, desde que murió Walter y mi abuelo, a mi alrededor

dije para que mi hermano s

dena está oxidada, Alexander deberíamos bajarla — añadió

la comida que con tanto esfuerzo logré preparar. Tal vez temía que mi combinación de es

brería — le dije como única respu

róximo a acabar, y es tu último año antes

a deuda con el Anidado —

ión ya estaba tomada, no me creía capaz de sentarme seis horas en un aula llena de personas ruidosas e

que vibró en la tierra hizo que se callara. La vibración fue tan fuerte que la cadena que soste

carcajada más desestresante de toda mi vida. Alexander, después de que se le pasara el susto, me acompañó un rato riendo, y ahí en ese momento, sólo con la luz del exterior que se cola

ormenta. A pesar del estruendoso ruido que producían las gotas de agua al chocar con

co que grita como niña as

y seguido por mi hermano subí hasta mi habitación, que daba a la cal

tinieblas. Todo parecía ahora normal, los gritos habían cesado. Caminé y me aso

l cielo. Me acerqué más y al calcular más o menos de donde provenía el incendio, un escalofrío recorrió m

eguntó Alex visi

nico que pude musitar a

a. Bajé las escaleras tan rápido que sentía que volaba. Podí

er por entre el techo de las casas los fogonazos que estas emitían, y al h

is huesos. Salí a la calle, estaba oscura y vacía. Solo se distingu

uvia me golpeaban con fuerza y se metían en mis ojos impidiéndome ver. La mitad del camino la pasé con los o

e alguien que se aproximaba a mí con la misma velocidad, me preparé para el impacto, fue fuerte, tanto que caí estrepitosamente en el piso golpe

sus dientes no compartían la misma hilera, pero tenía un bonito cabello rubio, y a pesar de sus aspecto un poco horroroso

con sus ojos, hasta que su expresión cambió, el miedo se desvaneció, miró alrededor

untó mi hermano que

— respondí dándole poca

pitó con fuerza al ver el cúmulo de personas que se asomaban por ella, tuve miedo, las

eía mientras, a paso largo, doblaba

umía poco a poco, sucumbiendo ante el implacable fuego, un fuego tan fuerte que ni la misma lluvia

tantos años y la esperanza del futuro poco

ncesante. El equipo de bomberos llegó tarde, como siempre. La librería s

ombros para que me secara un poco. Estábamos sent

o y había obligado a mi hermano a volver a casa después de que llegaran los bomberos ya que

rme sólo en esa casa llena de recuerdos y silencio?— miré de nue

Además, ¿qué pu

madre lo esperaba en el vientre. Fue el mejor amigo de mi padre y por eso soy su

r, para que hagan los estudios pertinentes y den con lo s

ras que algún día me había dicho el abuelo acudieron a mi mente: “Todo pasa por que tiene que pasar” y tenía razón..

tra vez, no pude respirar, la mirada de aquel hombre me ponía los vellos de punta, de la misma manera que cuando se detuvo frente a la librería el día anterior. Me observó de ar

e a que lo mirara a los ojos, y por su tono de voz me p

í un poco confundido. Jack

ces? — Me quedé un poco sorprendido por su ofrecimiento, pero tenía razón, la casa vieja tenía muchos recuerdos

ufórico y con una rara sonrisa —bu

todo listo para pasa

orme bostezo se apoder

saber de inmediato — Asentí y me puse de pie observando el

ije caminando hacia casa con

— — — — — — — — — — —

ío. Miré de soslayo el candelabro clavado en la mesa y reprimí una risa burlona, hasta entrar en mi

ntos. ¿por qué? Me preguntaba una y otra vez. ¿porque a mí y a mi hermano? No era capaz de encontrar

por el vapor del agua caliente y tuve que u

pero la voz me tembló. Levanté la cabeza y suspiré. Sa

veces, pero no hubo respuesta. Se suponía que debía estar estudiando. Com

ue venían del baño, era Alex hablando con alguien.

cer una pausa supuse que hablaba por el teléfono —si todo está saliendo

mirando a través de la ventana. Al verme se sorprendió y c

s ahí — preguntó

n quién hablabas? —miró la pantalla del m

a era la novia de Alex, un poco extraña, a mi parecer —cumple años en una semana — continuó —le estamos planeand

nté y él se limitó a encogerse de homb

bien con ella —dijo

presión se ensombreció y antes que pud

ó con la cara enterrada en mi pecho,

en su espalda y dibu

ahora que estamos solos? — lo sujeté por los

acer? — comen

como si estuviera cansado

dije y lo apret

nos trabajos extra para

o volverás por allí ¿Oíste? — no contestó, se qued

ien — respondió y yo

e trabajos? —

lgunos y manda

elia que iré a verla mañana, que disculpe la ta

ntenderá —no parec

—me despedí y salí del cuarto

ue tenía retenido en los pulmones. Había olvidado contarle sobre la p

o, pensativo. ¿Sería buena id

uerta, me recosté cruzando las

cama y observé toda mi habitación buscando alguna idea para hacer que me acompañara en ese plan suicida. Mi mirada se cruzó co

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