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Solo fue una venganza

Solo fue una venganza

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Todo lo que planee desde el principio se fue a la mierda, todo lo que hice, ahora esta arruinado y todo es por su culpa. Mi corazón no dejó de latir por él, no quería ser el malo de mi historia, pero no me quedo de otra. Philip Rogers un chico brillante y con una gran capacidad con una gran destreza mental, fue nombrado como administrador y contador del club estudiantil de su escuela. Pero no todo es tan bueno en su vida, ya que su falta de confianza lo ha hecho pensar que es feo (bueno la belleza es algo subjetiva) pero sencillamente no es agradable para la vista de todos y eso incluye a Raín Martín, el presidente del consejo, un chico que sencillamente le agarro mucha manía desde séptimo grado, volviendo su vida en un infierno. A tal punto que puso la vida de Phillip en un hilo. Cada acción tiene sus propias consecuencias y depende de lo que hayas hecho, la vida tratará de cobrarlo. —Raín… Tú provocaste esto, yo no era así, tu hermano tampoco, ¿Acaso no entiendes, que tú eres el causante de todos nuestros problemas?.

Capítulo 1 Nunca espere que las cosas fueran así.

—“No me eches la culpa… de algo que tú cometiste. Porque yo soy así, por tu culpa”

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—Philip. Ahora serás nombrado como administrador y contador del consejo estudiantil—trague saliva, sentí las miradas maliciosas de las personas y sobretodo la de él—.Espero que sobrevivas a eso—Raín Martín el actual presidente del consejo estudiantil, el ser más descarado y cínico de todos, su intensa mirada solo estaba posada en mi “Nunca me la vas a dejar fácil” Eso me da a entender que mi año escolar, no sería tan tranquilo como lo deseo

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Ser parte del consejo estudiantil, se volvió una carga para mi vida estudiantil porque no solo era responsable de llevar las cuentas, también de administrar todo y llevar un control de todos los club, algo que no debería de hacer yo, pero todo fue idea de Raín. Pero muy a pesar de eso, soy un cero a la izquierda, el presidente desde que entré me lo ha hecho saber en repetidas ocasiones, para él no soy nada, para nadie soy nada, tengo miedo de quedarme solo. Pero por lo menos agradezco tener los pocos amigos que tengo, agradezco ser muy inteligente y sí (tal vez no sea la persona más agradable para ver) cómo me dice el presidente, pero por lo menos me voy a esforzar para ser alguien importante y tal vez más adelante, pueda golpearlos a todos ellos.

Termine de revisar las cuentas de los clubs, ya estábamos sobre tiempo, los festivales vienen en camino; incluyendo eventos deportivos, eventos musicales, el baile escolar para los de último años, aparte de la conmemoración al antiguo presidente, él cual me preparo para mi cargo en el consejo-

—¡Ah! Mi cabeza va a explotar—terminé de preparar todo, me siente destruido físicamente y agotado mentalmente.

—Solo relájate. Recuerda que ya vienen las vacaciones y podrás descansar todo lo que quieras—Rosé me animó, y de verdad agradezco tenerla aquí, ya que sin ella, todo esto se me haría imposible.

—Lo sé, pero tengo que organizar el evento del último año, y solo tengo dos semanas para eso y las clases se acaban en un mes. Siento que voy a morir Rosé, yo no tengo porque hacer todo esto solo— ella arrimó su silla y la colocó al lado mío, su cara se ve tan abatida como la mía, así que suavemente tomó mi mano y la sostuvo por un momento, mientras me pongo todo rojo por el contacto físico repentino.

—Eres un caso perdido—ella agarró la pila de documentos que tengo que revisar. — Puedes irte, yo me encargare de esto por ti…

—Yo… yo… es mejor que yo lo haga—le dije muy apenado y con las mejillas coloradas.

—Solo vete. Además, el presidente siempre te da más trabajo a ti. Y por esa vez, me encargare de todo—Mis ojos se aguaron y le sonreí con mucha alegría.

Nunca me ha gustado que alguien haga mi trabajo por mí, pero al ver sí determinación y sentir como si la cabeza me fuera a estallar, pues es mejor dejarle todo a ella por esta vez.

—Confió en ti. Para la próxima te compro el almuerzo—ella me sonrió y sentí un cosquilleo en mi barriga.

—Cuenta con eso—Salí del salón dispuesto a irme a casa tranquilamente.

Rosé es una persona increíble, una gran amiga y es un ser humano asombroso, es la única ( bueno no la única) pero sí de las pocas personas que no me miran como si fuera una molestia o un adefesio y eso me gusta, me hace sentir apreciado y muy tranquilo.

Salí de la oficina, caminé por los pasillos mirando todas los carteles que habíamos puesto, más algunos anuncios. Todo está perfecto ( más de lo que esperaba) para cuando empiece las actividades. Baje las escaleras del segundo piso, mi corazón retumbo me quede paralizado por un momento al ver al presidente con su “mejor amigo” o mejor dicho el idiota que tiene como mascota. Los dos voltearon a verme y no entiendo porque la tierra no me trago en ese instante, los dos como si me hubiera olfateado dirigieron su mirada hacia mí “Oh dios” se me acercaron y mis alertas se encendieron y mi cabeza me comenzó a palpitar del dolor que comencé a sentir.

— ¿Has terminado con todo el papeleo que tienes que hacer? Porque necesito todo listo para mañana— empecé a jugar con mis manos y mi mirada cayó directamente al piso.

—Pues… yo hice una parte y Rosé…—en ese momento él con su dedo índice hizo una seña para que me callara.

—Yo te pedí que tú hicieras tu trabajo. Todos están haciendo el suyo y ¿tú simplemente no puedes cumplir con lo que te pedí? — comencé a temblar cual chiguagua, él me clavó su filosa mirada y pude leer la palabra “Muerte” en sus ojos.

“Me va a matar” fue lo primero que se me vino a la mente

—Si, si quiere puedo regresar, no tengo ningún problema en terminar todo eso—me di la vuelta para volver a la oficina, pero sentí su mano en mi hombro.

—No te dije que te fueras o ¿Sí? Porque si fue así no me di cuenta, ¿No es así, Allen? —Mi mandíbula se tensó, observé su mirada juguetona y pude intuir fácilmente, que no la iba a libar esta vez.

—No lo hiciste— sentí muchas ganas de vomitar y se intensificaron para darme un golpe en el estómago, me quedé sin aire y todo se puso peor al recibir una patada en el mismo sitio.

— ¿Viste lo que provocas? Si tan solo me escucharas por un momento, esto no estaría pasando—“Lo odio, lo odio, lo odio” me repetí una y otra vez, tirado en el suelo—Esto es para que aprendas Philip, que los fenómenos, gordos y feos como tú, solo están para servir.

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Llegué a casa después de recibir algunos golpes, esperé un momento en la puerta hasta que el dolor pasara y al sentirme algo mejor, entre a la casa, donde es uno de mis más grandes refugios. Subí las escaleras, y de verdad no tengo deseos de ver a nadie, necesito estar solo por un momento. Me siento como un gran idiota, me tengo rabia porque puedo elegir defenderme, pero mi miedo a que todo se ponga peor es tan grande, que no me deja actuar.

Entré a mi cuarto y fui directo al baño, me comencé a quitar la camisa para ver las nuevas marcas que me dejó él y su lacayo. Me dejo varios hematomas como de costumbre, a veces pienso que siente placer al golpearme ya que no es normal que las pocas veces que me pega, sean tan fuertes incluso más que sus comentarios venenosos, es tan oscuro, muy oscuro. Y sé que se estarán preguntando: ¿Cómo alguien como él puede ser el presidente? Eso es fácil de responder, porque desgraciadamente tiene buenas notas, es el número dos por debajo de mí en mi año, la única diferencia de que yo no sea presidente es la única razón que el es endemoniadamente popular, todos lo quieren y lo aman, es malditamente apuesto, pero eso no quita que es un desgraciado y a los chicos como yo los maltrata, pero siento que especialmente me odia solo a mí.

—Me vengaré de él

Me mire en el espejo y el hematoma se ve súper feo, me quite los lentes y me vi en el espejo, soy bajo (no tanto) pero si lo soy, tengo un poco de sobrepeso (no mucho) tengo algo de granos en la cara, uso lentes, mi cabello es un asco a pesar de ser de color cobrizo. No puede evitar reírme, porque soy tan diferente a mi familia, ya que ellos son hermosos (no estoy exagerando).

Mi madre es una ex modelo y dueña de varias tiendas de maquillaje y productos de belleza. Mi hermana es una modelo que ahora está haciendo una carrera en Londres, mi hermano es un gran pintor y ahora está en una universidad muy importante en París Francia. Mi padre es un ser muy bello, realmente es muy guapo, es dueño de una compañía de bienes y raíces es alguien muy importante y un buen trabajador.

En cambio yo, soy muy distinto desde que era muy pequeño, mi madre siempre me animó y me dijo que en cualquier momento iba a florecer, pero he perdido las esperanzas y me siento tan diferente, como si no pudiera encajar con nada, ¿No se han sentido así alguna vez? ¿Qué no pertenecen a nada? Porque yo si, es una sensación muy mala, porque a pesar de ser inteligente, de ser habilidoso, tener personas que te digan: “No puedes hacer” “Te vez asqueroso” “Deberías morir” me hace pensar si en algún momento de mi vida he hice algo para merecer todo estos problemas, porque si es así, trataré de ser mejor, de ser un poco mejor, para ver si el mundo me recompense con un poco de tranquilidad.

Suspire al ver lo caótico que se ha vuelto mi vida últimamente, ver que no puede (todavía) hacer nada al respecto.

—Me siento tan vulnerable—salí del baño y me acosté en la cama, me había bañado y cambiado de ropa—Todo ya pasara.

— ¿Qué pasará? — Grite muy fuerte, mi corazón estaba apunto de salirse por culpa de mi idiota hermana.

— ¡No hagas eso! ¡Casi me matas mujer!—ella comenzó a reírse como una desequilibrada, se lanzó en mi cama sin pedirme permiso y me empujo a un lado.

—No te moleste gordito.

—¡No me llames así! Sabes que no me gusta—me abrace a mi almohada y ella me abrazó a mí.

—Sabes que te lo digo de cariño. Nunca te diría algo así de despectivo—comenzó a acariciarme el cabello delicadamente.

Mariana siempre ha sido una chica dulce, simpática, alegre y sobretodo muy humana, a pesar de su imponente 1,78cm, sus ojos azules eléctricos muy expresivos y su cara de villana de telenovela. Es muy tranquila, por eso es que tiene una carrera muy exitosa de modelo.

—Philip ¿Te molestan en la escuela?-trague saliva “¿Por qué me pregunta eso?” mis manos me comenzaron a temblar y le di gracias a dios que ahora estoy abrazando algo y que le doy la espalda y no puede ver mi expresión.

Estoy muy mal, mi cuerpo está lastimado y todo es por su culpa…

—No sé de qué me hablas—me levanté de la cama dispuesto a salir de mi cuarto, pero ella me detuvo.

—Vi cuando te quitabas la camisa. Mire tus golpes. Philip...—me liberé de su agarre y abrí la puerta.

Antes de salir, volteé a verla muy a mi pesar. Sé que es mi hermana y por ende quiere lo mejor para mi, pero hasta yo sé que este es mi problema y lo tengo que resolver solo.

—No te metas en mis asunto y tampoco me espías. Te lo agradecería mucho.

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Después de la pequeña discusión con mi hermana, ella comenzó a presionar y atosigar con insistencia, hasta el punto que me sentí muy ahogado, incluso empezó a ir a recogerme, cosa que empeoró toda la situación con Allen.

Todo el mes fue un completo infierno, los golpes fueron cada vez más fuertes y al pasar las actividades y presentarse el final de año, fue como si me pusieron un enorme letrero que dice: ¡Es hora de golpear a Philip! Con letras grandes de neón y con una banda sonora atrás tipo lucha libre. No sé cuándo se acabará esto o cuando mi paciencia dure, como para por fin hacer algo, Raín y Allen, siento que los dos quieren acabar conmigo él y su pandilla siempre hacen esto; buscan personas para golpear, maltratarlos hasta que estas se van y no vuelven más, ellos lo único que son, son unos grandes matones, eso es todo. Espero que algún día llegue alguien que los ponga en cintura, todo este acoso.

Las clases terminaron y rápidamente recogí mis cosas, estoy estresado Raín no me la ha dejado fácil ésta semana me la mandó a sacar las últimas cuentas y las ganancias de este año, más todo lo que se recaudó en los festivales y entre otras cosas, para que él los revisará más tarde, “Él de verdad me odia” tengo ganas de llorar, pero eso no vale la pena y tampoco arregla los problemas, quiero que todo esto acabe para poder dormir.

— ¡Philip! —Alce mi cabeza para ver quién me llama.

—Hola, Rosé—le dije con una sonrisa muy amplia en el rostro, que solo ella y pocas personas logran sacarme.

—Los chicos y yo vamos a comer ¿Quieres venir? — Negué rápidamente.

—Tengo que hacer algunas cosas para Raín, ya sabes, lo mismo de siempre—me encogí de hombros, ella apretó los puños con fuerza y me miró muy molesta.

—Estoy cansada de que él te pisotee. Pero estoy más cansada de ver que tú te dejes. Te lo voy a decir porque somos amigos y te aprecio, pero él se está pasando contigo y, y puedo realmente te va a hacer mucho daño —Rosé se dio la vuelta y se fue. Dejándome completamente pasmado por su reacción.

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Estiré todo mi cuerpo y solté un bostezo. La cabeza me estaba doliendo a mares, pero por fin voy a descansar al terminar todas las cosas que Raín me pidió. En el transcurso de ese tiempo estuve pensando en lo que dijo Rosé, me encantaría refutar y decirle: “Mira estas equivocada” pero no puedo, porque es mentira, soy un mal ser humano y uno que se deja pisotear, pero ella tiene razón, esto se debe de terminar y yo me encargare de ponerle un paro a todo esto.

Raín llegó y de inmediato le entregue todas las cuentas que él me pidió que hiciera.

—Todo está mal—les juró que la cabeza me iba a explotar.

—Yo revise esto dos veces antes de entregarlo. Estoy seguro de que todo está muy bien y que no me equivoqué en nada—él puso una expresión que jamás había visto en toda mi vida. La piel se me erizo, pero eso no me iba a hacer retroceder.

— ¿Me estás contradiciendo?

—Para que decirle lo obvio… Puedes ser estúpido a veces—esto último lo susurre para mí, pero no hable lo suficientemente bajo, ya que él escuchó.

— ¿¡Q-qué!?... Tú no sabes con que te estás metiendo, adefesio—yo solté un pequeño bostece.

—Siempre lo mismo ¿Acaso no tiene un insulto diferente que me pueda decir? —no me espero lo que pasó a continuación, solo lo sentí. Una gran y fuerte cachetada me propinó un golpe muy fuerte.

Yo sin pensarlo dos veces, recogí mis cosas, realmente no podía seguir así. La paciencia se me había acabado, estoy al borde del límite, y necesito irme o algo peor puede pasar. Nunca se dejen, jamás en la vida permitan que alguien les haga menos, yo no lo haré más, estoy cansado de ver marcas en mi cuerpo. Llegó el momento en el que esto tiene que terminar, y no me importa si tengo que poner una denuncia en su contra.

Me dirigí al pasillo, necesito bajar las escaleras, necesito irme, necesito eso con todas mis fuerzas. De la nada, él apareció, me jalo muy fuerte y me dio otro golpe más.

— ¿A dónde crees que vas? — Su sonrisa se volvió algo sádica y los vellos de mi cuerpo se erizaron.

—Te odio—le dije desde lo más profundo de mi ser.

Pero para él eso no significó nada.

Yo corrí, iba a bajar las escaleras pero él me volvió a agarrar incluso con más fuerza.

—Aprenderás a no meterte conmigo más nunca—Sentí mucho miedo de lo que me podía hacer.

Su golpe fue esta vez más fuerte, yo me encontraba en las escaleras, sin querer me enrede con mis pies y todo fue cuesta abajo, miré su cara sorprendida. Él solo extendió su mano para tratar de ayudarme, cuando todo esto fue por su culpa, ya que terminé rodando por las escaleras, ¿Cómo me podría ayudar, si ya el daño está hecho? Rodé por las escaleras. Escuché como grito mi nombre.

Sentí un dolor fuerte en mi cabeza, en mi brazo, mis costillas y mi pierna. Como pude abrí los ojos y mire sus pies, observé con cuidado y había sangre, mucha sangre, trate de mirar hacia arriba y cuando lo hice, el estaña riendo “él se está burlando de mí” él se fue y me dejo tirado en el suelo, trate de alzar la mano, pero mi cuerpo está muy débil y todo se vuelve negro.

“Tu momento ya llegó Raín Martín”

Continuará…

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