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Secretos, mentiras, una traición, complicidad entre amigos pero sobre todo, una segunda oportunidad para el amor.
Iba caminando al departamento de Jack cuando escuché ruidos extraños, me acerqué a su habitación con pasos silenciosos. Podía escuchar claramente de qué se trataba.
Me tapé la boca con ambas manos para evitar hacer ruido con mis sollozos. Me quedé de piedra cuando escuché las voces que salían de su habitación.
- Deberías terminar con ella..... No soporto verla... alardear de su compromiso- su voz era de fastidio que salía entre jadeos.
- Ahora... No es el momento. Y sabes... Porqué lo hago.
- Promete que no me dejarás y que cuando sea prudente le pedirás el divorcio.
- Nena, eso no tienes que dudarlo. Eres la única que sabe hacerme sentir bien- me armo de valor y doy un golpe en la puerta y esta se abre dejándome ver a ese par.
- ¡Isabella! ¿Qué haces aquí?- su rostro palideció y el de ella asomaba una sonrisa de satisfacción.
- No te molestes en salir. Solo vengo a devolverte el anillo de compromiso- me saco el anillo y se lo aviento a la cara a su supuesta mejor amiga.
Él sale rápido de la cama y se coloca unos bóxers.
- No puedes romper el compromiso de esta manera.
- iAh! ¿cómo que no?- trata de agarrarme pero no se lo permito.
- Por favor, déjame explicar esto. Ella no es importante para mí, yo te amo a ti.
- iiJack!!- se queja la implicada.
- Tranquila, no voy a regresar con él. Puedes tomar mi lugar en la boda- me giro rápidamente y azoto la puerta detrás de mí. Camino a toda velocidad luego de escuchar la voz de ese imbécil.
Salí con el corazón en la mano. Mi prometido y su mejor amiga me estuvieron engañando desde quien sabe cuanto tiempo.
Llego a mi casa y subo corriendo las escaleras ignorando la voz de mi tía. Me encierro y a los minutos tengo al equipo completo en mi puerta.
- Hija, ¿qué sucede? ¿Por qué llegaste de esa manera? - Bella, sabes que puedes confiar en nosotros.
- Dime quien te hizo llorar y tendrá su merecido
- iCalla, jovencito! Nadie va a golpear a nadie-advierte bruscamente mi tía.
- Les agradezco que estén aquí pero quiero estar sola- respondo sorbiendo mi nariz.
- iPero como crees que voy a dejar a mi niña llorando de esa manera!
- Bien. Como sé que tarde o temprano se van a enterar...
- ¡Dios mío!- exclama mi tía llevando sus manos a su boca y poniéndose de pie- no me digas que estás embarazada. Debí cuidarte mejor. Pero eso es culpa de ese idiota que tienes por prometido. Tu tío es un alcahuete que dejó que se acercará a ti sin investigar sus antecedentes. Suficiente tengo con que te quieras casar con él. Debo pensar que hacer... ¡Nickolas! Vamos a partirle su...
- iMadrina! Deja que Isabella nos explique que es lo que pasa- se sienta mi amiga a mi lado acariciando mi brazo.
- Gracias, Ana. Si se trata de John pero no estoy embarazada- suspira con alivio mi tía dejándose caer en la silla de a lado y Nick relaja sus hombros-. Acabo de terminar con él.
- iSí! Al fin abriste los ojos mi niña.
- Tía, me estaba engañando con su mejor amiga- comienzo a llorar de nuevo.
- Lo sospechaba- murmura Ana
- Ya no importa. Ahora hay que cancelar el compromiso y regresar los regalos que ya han llegado- no puedo evitar llorar amargamente.
Estaba a una semana de casarme con ese idiota que se suponía era el amor de mi vida.
- Creo será mejor que me vaya un tiempo fuera de la ciudad.
- Tu tío no va a permitir que te alejes de nosotros.
- Cuando le explique las cosas, entenderá.
- Yo puedo ir con ella. Estamos en los finales y podemos presentarlos online sin problemas.
-Yo también quiero ir.
- Tú no vas a ningún lado- se cruza de brazos haciendo un puchero que causa una risa a las tres.
Mi primo Nick es mayor por dos años pero es un desastre. Le gusta la fiesta y entraba a clases desvelado. Aún no entiendo como pasó las materias y se graduó. Luego de convencer a mi tía, nos ayudó a convencer a mi tío quien aceptó, algo dudoso pero comprendió la situación. Solo quiero dejar esto en el olvido y concentrarme en mi carrera. Voy a ser la mejor diseñadora de modas o una abogada estupenda. Ambas opciones me gustan.
Aria, una mujer cuya vida perfecta como madre, esposa y exitosa doctora que construyó junto a su esposo Edric, cambia de repente cuando comienza a sospechar que él vive una relación extramatrimonial.
Después de reflexionar sobre su existencia como Samantha, se percató de su papel insignificante dentro de una historia, siendo simplemente un personaje destinado a dejar una marca trágica en la infancia del despiadado duque, Stephano Brown. Este desafortunado antagonista estaba destinado a perderlo todo antes de sumergirse por completo en la oscuridad, siendo afectado por su madre, padrastro y la guerra ¿Podrá una sirvienta de humilde posición alterar de alguna manera su destino cruel y el de Stephano?
Carla Rossi jamás imaginó que una simple decisión cambiaría su vida para siempre. A sus 17 años, ha crecido en las sombras de la incertidumbre, sin un padre y con una madre que oculta secretos. Trabaja duro para sobrevivir, su única rebeldía es un cigarro a escondidas y su única familia es Jaquelin, su mejor amiga. Pero todo cambia la noche en que, buscando un momento de soledad, encuentra a un hombre herido en un callejón. Ese hombre es Fabrizio Antonucci, el despiadado Don de la mafia italiana. Conocido por su brutalidad, temido por muchos, pero admirado por su poder, Fabrizio es un hombre al que nadie se atreve a desafiar. Sin embargo, Carla, con su inocencia y dulzura, despierta algo en él que ni siquiera comprende: un instinto de protección que no ha sentido por nadie desde la muerte de su madre. Arrastrada a un mundo de lujos, peligro y deseo prohibido, Carla intenta resistirse a la atracción que la consume. Fabrizio la quiere cerca, la desea con una intensidad arrolladora, pero también sabe que su cercanía la pone en riesgo. La diferencia de edad, su inexperiencia y el abismo entre sus mundos deberían ser razones suficientes para alejarse... pero ni él ni ella pueden escapar de lo inevitable. Entre amenazas, secretos familiares y un pasado que vuelve para destruirlos, Carla deberá decidir si huir de un amor que la aterra o rendirse al hombre que podría protegerla... o destruirla. **Un romance oscuro, ardiente y peligroso, donde el amor no es un cuento de hadas, sino una batalla entre el miedo y el deseo.** ---
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Elena, antes una heredera mimada, lo perdió todo de repente cuando la verdadera hija le tendió una trampa; su prometido la ridiculizó y sus padres adoptivos la echaron. Todos querían verla caer, pero ella desveló su verdadera identidad: heredera de una inmensa fortuna, famosa hacker, top diseñadora de joyas, autora secreta y doctora talentosa. Horrorizados por su glorioso regreso, sus padres adoptivos le exigieron la mitad de su nueva fortuna. Elena denunció su crueldad y se negó. Su ex le suplicó una segunda oportunidad, pero ella se burló: "¿Crees que te lo mereces?". Entonces, un poderoso magnate le propuso amablemente: "¿Puedes casarte conmigo?".
Durante diez años, Daniela colmó a su exesposo de un amor inquebrantable, solo para descubrir que no era más que un chiste para él. Humillada, pero decidida, se divorció de él. Tres meses después, Daniela regresó a lo grande. Ahora era la CEO oculta de una marca líder, una diseñadora codiciada y una rica magnate de la minería, y su éxito se reveló en su triunfal regreso. Toda la familia de su exesposo se abalanzó sobre ella, desesperada por implorar su perdón y suplicar otra oportunidad. Sin embargo, Daniela, ahora querida por el famoso Sr. Phillips, los miraba con gélido desdén y dijo: "Estoy fuera de su alcance".
Jennifer Bennett, la legítima heredera de los Bennett, luchó denodadamente por el reconocimiento de su familia, solo para verse eclipsada por una impostora. Enfrentada a falsas acusaciones, acoso y humillación pública, Jennifer acabó renunciando a ganarse su aprobación. Con la promesa de superar la injusticia, ella se convirtió en la pesadilla de quienes la agraviaban. Los esfuerzos de la familia Bennett por doblegarla no hicieron sino alimentar su éxito, llevándola a la altura con la que sus rivales solo podían soñar. Alguien le preguntó: "¿Te sientes defraudada por tus padres?". Con una sonrisa tranquila, Jennifer respondió: "No importa. Al final, el poder prevalece".
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".