Instalar APP HOT
Inicio / Romance / LOMBARDO.
LOMBARDO.

LOMBARDO.

5.0
4 Capítulo
23 Vistas
Leer ahora

Acerca de

Contenido

Cuando tienes personas que defender, las decisiones se vuelven fáciles ya que estas enfocado solo en esa misión. Volverme el protector de mi familia no es una tarea fácil, pero ver sonreír a mi madre, ver a mi padre tranquilo disfrutando de su vejez, a mi hermano enamorarse y a mi hermana ir a la universidad feliz en un ambiente seguro es la mejor de las recompensas. Me volví un hombre seguro con corazón de acero dispuesto a enfrentar lo que sea por quienes amo... ese soy yo. Jordano Lombardo... ¿El amor? Llego cuando menos lo esperada y difente a lo que creía, me hizo más fuerte...

Capítulo 1 Mala noche.

La habitación de hotel estaba impregnada de una atmósfera cargada de tensión y expectación. El hombre misterioso aguardaba en la penumbra, con una presencia que parecía magnetizar el espacio a su alrededor. Cuando la joven cruzó la puerta, su corazón latió con fuerza, anticipando un encuentro lleno de pasión y misterio. Sin embargo, al acercarse, notó que algo estaba mal. El hombre no correspondía a sus expectativas, su mirada fría y distante la hizo retroceder interiormente. Cada gesto suyo, cada contacto, le resultaba indiferente e incluso incómodo.

Cuando ella intentó acercarse más, buscando conexión, él la apartó bruscamente, dejando caer su chaqueta con desdén. En ese gesto, se desvaneció cualquier ilusión de intimidad, dejando a la joven con una sensación de vacío y desolación en aquella habitación de hotel, donde el deseo se convirtió en desencanto.

El hombre salió de la habitación, dejando atrás el aire denso de lo que pudo haber sido. En el lobby, se encontró con su asistente, cuya presencia no logró suavizar su semblante endurecido. Con una mirada gélida, casi acusatoria, le preguntó: "¿No había otra mujer?" La pregunta resonó en el espacio, cargada de decepción y desdén, revelando una frustración más profunda que trascendía el simple encuentro frustrado en la habitación de hotel.

El asistente, percibiendo la tensión palpable en el aire, se prepara para responder, pero el gesto del hombre lo detiene en seco. Con un simple movimiento de mano, le indica que no es necesario. "No importa", murmura el hombre con voz firme, su determinación apenas disimulando la frustración que lo embarga. Juntos abandonan el hotel con rapidez, dirigiéndose hacia una camioneta negra blindada que los espera en la oscuridad de la noche. Con una agilidad calculada, suben al vehículo, seguidos de cerca por un par de autos más. En un instante, los tres vehículos desaparecen en la distancia, fundiéndose con las luces de la autopista, llevando consigo secretos y emociones no resueltas.

Las camionetas avanzan por las calles flanqueadas por árboles imponentes, cuyas copas se entrelazan sobre las ostentosas casas que bordean la zona. El aire está impregnado del perfume de la naturaleza, una característica distintiva de este lugar privilegiado. Finalmente, los vehículos se detienen frente a una de las mansiones más impresionantes de la zona. El portón eléctrico se desliza con un suave zumbido, revelando un paisaje exquisitamente diseñado. Una fuente de agua natural adorna el frente de la propiedad, obligando a los visitantes a rodearla para llegar a la entrada principal de la casa. Una puerta gigante de madera maciza aguarda, imponente y majestuosa, anunciando la opulencia que aguarda en el interior. El portón se abre con un chirrido suave, invitando a adentrarse en el mundo de lujo y misterio que se esconde detrás de sus puertas.

La camioneta se detiene frente a la entrada principal, donde uno de los guardias se apresura a abrir la puerta. Con elegancia y seguridad, el hombre desciende del vehículo, el dueño de toda esa majestuosidad que se extiende ante él. Ajusta su chaqueta con un gesto rápido y decidido, antes de dirigirse hacia la entrada de la casa, su asistente siguiéndolo de cerca como una sombra leal. Juntos, cruzan el umbral de la puerta gigante de madera, adentrándose en el lujoso interior de la mansión, donde los secretos y las intrigas aguardan entre sus opulentas paredes.

Antes de que puedan intercambiar palabras, una figura femenina emerge de la penumbra, tomando al hombre y su asistente por sorpresa. "Llegué a pensar que no vendrías a dormir", murmura la chica con una sonrisa misteriosa en los labios. El hombre frunce el ceño, su gesto ahora aún más hosco. "¿Quién te dejó entrar?", pregunta con voz cortante, su tono revelando una mezcla de sorpresa y molestia por la inesperada presencia de la mujer en su hogar.

La mujer se acerca con confianza, tomando el brazo del hombre con coquetería mientras le pide ser invitada a cenar. Sin embargo, él se libera de su agarre con determinación. Dirigiéndose a su asistente, le ordena investigar quién permitió el acceso a la mujer y asegurarse de que reciba las consecuencias correspondientes. Luego, se vuelve hacia la chica con una mirada fría y directa. "Y tú... fuera de mi casa", declara con firmeza. "No quiero ser grosero, pero no tienes derecho a entrar cuando se te antoje. No deseo entablar negocios con tu familia, y no permitiré que tu padre te utilice. No busco una esposa ni alianzas", concluye, dejando claro que no está dispuesto a ceder ante las presiones externas.

El hombre dirige una última orden a su asistente, asegurándose de que la mujer abandone la propiedad. Después, los deja a ambos en la sala y se encamina hacia su oficina personal con determinación, dejando claro que no tolerará intrusiones no deseadas en su espacio privado.

Minutos después de haber dado la orden, la puerta de la oficina del hombre se abre ligeramente después de un discreto toque. Su asistente espera pacientemente hasta que recibe el permiso para entrar. Una vez dentro, el hombre mira inquisitivamente a su asistente, quien comprende de inmediato la pregunta no formulada.

"¿Te aseguraste de que saliera?", pregunta con un tono que subraya la importancia de la seguridad. El asistente asiente con seriedad, confirmando que la mujer ha sido escoltada fuera de la propiedad y que se han revisado los protocolos para evitar futuros incidentes. Esta confirmación parece traer un alivio momentáneo al semblante del hombre, reafirmando su necesidad de mantener un control estricto sobre su entorno privado.

Bien, puedes irte. No necesito nada más de ti." El asistente, consciente del ánimo tenso de su jefe, opta por ignorar la instrucción de retirarse y, con un gesto tranquilo, desabrocha el botón de su chaleco antes de sentarse frente a él. "Puedes dejar tu mal humor", comienza, con una voz calmada y un leve asomo de familiaridad que sugiere años de servicio leal. "Sé que ha sido una mala noche, y lamento mucho que la chica en el hotel no haya podido relajarte."

Haciendo una pausa para asegurarse de que tiene la atención completa de su jefe, añade, "Te recuerdo que mañana es el cumpleaños de tu madre. ¿No pensarás llegar con ese mal genio?" Con estas palabras, el asistente no solo muestra su preocupación por el bienestar emocional del hombre, sino también su interés en mantener la armonía familiar, recordándole sus responsabilidades personales más allá de las tensiones del momento.

Mientras el hombre se levanta y se dirige al minibar, la tensión en la sala parece suavizarse ligeramente. Sirve un par de tragos con movimientos metódicos, entregando uno a su asistente antes de tomar el suyo propio. Tras un sorbo reflexivo, finalmente rompe el silencio.

"Estoy bien, lo de mañana será rápido," dice con un tono que busca ser convincente pero que aún delata cierto cansancio subyacente. Su gesto de ofrecer un trago a su asistente no solo es un signo de aprecio, sino también un intento de normalizar la atmósfera después de la noche tumultuosa. Quizás en el fondo, espera encontrar en ese pequeño gesto compartido, una manera de reconectar con la normalidad antes del evento familiar inminente.

Seguir leyendo
img Ver más comentarios en la APP
Recién lanzado: Capítulo 4 Sala V.I.P   04-18 22:41
img
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY