/0/14287/coverbig.jpg?v=a4a81b381e6a7d7261283d19cbda9046)
"Huyo de las sombras que me atormentan, pero en lugar de encontrar paz, me sumerjo en una oscuridad aún más profunda. Un hombre misterioso irrumpe en mi vida, alguien que sabe más de mí de lo que debería. Siento una atracción peligrosa hacia él, mezclada con un miedo que me consume. A medida que secretos inconfesables salen a la luz, descubro que mi vida ha estado marcada por un destino que nunca imaginé. Ahora, entre la verdad y la traición, me pregunto: ¿es él mi salvación o mi perdición?"
"El celular sonó y rasgó el silencio de la mañana, pero fue la voz en el teléfono la que realmente me sacó del letargo."
-¿Señorita Ford? -dijo una voz grave, casi helada-.
-Sí, soy yo -dije, y aún el peso del sueño seguía en mis ojos.
La llamamos de parte del Tribunal de Justicia de Highland Park. La hipoteca de su casa ha sido cancelada-. Un sentimiento de alivio cargado de asombro se apoderó de mí; no podía creer lo que oía. "Tengo esperanzas", pensé dentro de mí.
-Alguien ha reclamado los derechos sobre su propiedad-. Mis sentimientos de esperanza se desmoronaron como la arena.
Mis manos, aún adormecidas, temblaron al sujetar el teléfono. No era un buen día para esto.
-¿Cómo...? -la incredulidad se asomó en mi voz- ¿Quién está reclamando la propiedad? No recuerdo tener más familiares.
-Lo siento, pero no puedo dar más detalles ahora mismo. Es urgente que se presente mañana en el Juzgado Central de Highland Park a las 9 a. m. Por favor, sea puntual. Gracias -la llamada se cortó, y dejé el teléfono caer sobre la mesa, sintiendo que mi mundo se tambaleaba.
-Esto no puede estar pasando -murmuré-, perpleja, cubriendo con mis manos el rostro.
Me senté en la cama, mi estómago era un nudo. La pesadilla de la noche anterior aún revoloteaba en mi mente. "La figura aterradora, con su bata mugrosa y el cabello desordenado. Eran solo ecos, pero se sentían tan cercanos. Descalza, recorrí la casa, notando cómo el aire frío me envolvía. A la derecha, la oscuridad de la noche aún se hacía presente en mi interior; a la izquierda, la luz del día me retaba a enfrentarlo todo."
Es duro mirarme en el espejo y ver cómo, con solo 25 años, cargo con un dolor que parece desproporcionado. Mi cabello rizado, una de las cosas que solía adorar y que mi madre siempre elogiaba, ahora parece un recordatorio de lo que se ha roto en mí. Vivir en una ciudad como Highland Park, con sus residentes elegantes y reconocidos, parece solo un eco lejano de lo que fue mi vida.
Extraño a mis padres con una intensidad que a veces me resulta insoportable. ¿Cómo pudieron dejarme? ¿Cómo pudo un simple accidente de autos arrebatarme todo? Las lágrimas caen por mi rostro al pensar en ellos. Y ahora, aquí estoy, la única heredera de los Ford, enfrentando la desolación de un legado arruinado. Las deudas han llevado al banco a tomar nuestra mansión, y yo me encuentro buscando distracción en un bar nocturno, haciendo un trabajo que no llena el vacío que siento. Aunque el trabajo es un alivio momentáneo, es solo un escape parcial de una vida dolorosa y de los sueños horribles que me han atormentado desde niña.
La noche se hace notable. Tomo las llaves de mi auto de la mesa de noche, me pongo mi bolso negro, termino de arreglar mi largo cabello castaño y rizado y lo hago una cola.
Bajo las enormes escaleras de la solitaria mansión Ford lo más rápido que puedo, tratando de llegar a mi pequeño auto, un Volkswagen que no era muy moderno pero me había acompañado estos últimos años en los que mi familia quebró y tuve que vender mi lujoso Mercedes. Las calles de mi misterioso pueblo en la noche lucían más sombrías de lo que ya eran; las grandes mansiones con enormes jardines le daban un tono algo elegante pero a la vez intrigante, como si ocultaran algo bajo su superficie.
El viaje al bar no tomó mucho tiempo. El enorme cartel con el nombre impreso "Highland" iluminaba la oscura calle.
Me adentré, abriéndome paso entre la apretada multitud que bailaba y cantaba como si no hubiera un mañana, y me dirigí a mi taquilla en la parte trasera para ponerme mi uniforme.
El bullicio de la estruendosa música hacía que tuviera que esforzarme por escuchar a los clientes. Algunos eran muy atentos y agradables, pero otros eran muy irrespetuosos, algo a lo que ya estaba acostumbrada. El DJ paró la música para tomar el micrófono; era un chico nuevo de figura atlética, de cabello castaño, su tatuaje extravagante en el brazo derecho y su arete en la oreja lo identificaban como roquero.
-Se llama Ryan -me dijo Ruth, empujándome suavemente al darse cuenta de que me había detenido a mirar al cantante.
-Puff -hice un gesto aburrido y ella sonrió. Ruth era mi compañera de trabajo por la que había desarrollado un gran afecto; al igual que a mí, la vida no le había dado muchas alegrías.
Mi jefe se acercó para pedirme que le apoyara en la zona VIP, y me dirigí hacia allá. Siempre me enviaba, ya que decía que, a pesar de ser hermosa, también era muy amable, algo que es muy cierto, ya que fui criada con una excelente educación, dado el estatus de mis padres, y, bueno, mi mezcla racial algo morena por parte de mi madre, que era mexicana, me ha favorecido mucho.
Me dirigí a la sala VIP; allí, el bullicio de la música era menos audible, algo que agradecí enormemente. Me acerqué al enorme y lujoso sillón para ofrecer mis servicios y lo que vi me dejó helada. Un hombre de presencia imponente y enigmática, de solo mirarlo podía sentir su imponente presencia; su cabello, tan negro como la noche, caía denso sobre sus hombros. Tenía un porte de un hombre de unos 30 años, pero que daba la impresión de tener muchos más. Vestía un traje negro que, aunque lujoso, parecía haber sido comprado en otra época; al juzgar por su aspecto, era muy rico. Estaba sentado frente a mí y a su lado, una hermosa mujer de cuello largo y cabello rojo que resaltaba en su piel extremadamente blanca. Ambos reían complacidamente.
Me acerqué a la mesa para realizar mi trabajo, un poco nerviosa por la apariencia de aquel sujeto pero con el valor que siempre me ha caracterizado.
-Buenas noches, espero que estén disfrutando la velada. ¿En qué puedo ayudarlos? ¿Desean tomar algo? -les pregunté con amabilidad y la mejor de mis sonrisas.
-Puede traer una botella de champán -me dijo la mujer pelirroja con un tono arrogante y apartó la mirada de mí como ignorando mis palabras.
Pero él me miró fijamente. Clavó su mirada intensa en mí. Sus ojos completamente negros y profundos reflejaban un poder y una intensidad que parecía sobrenatural. Yo lo miré también y un terror, y a la vez deseo, me atrapó. Pasaron unos segundos solamente, pero sentí que fue toda una eternidad. Finalmente, él me habló.
-Que sea un "Dom Pérignon" -su voz era tan imponente como su aspecto, lo que le añadía una sensualidad que jamás había visto. Hice una leve reverencia y fui por la bebida.
Los atendí el tiempo que estuvieron allí; no solicitaron más mi presencia, así que fue un descanso en el atareado trabajo. Cerca de las 2 o quizás 3 de la madrugada se levantaron para irse. Yo fui a limpiar la mesa mientras salían. La mujer pelirroja, de pie, era muy alta y hermosa, pero él, era enorme, de complexión robusta como sacado de una revista; su largo cabello lacio y denso caía sobre sus hombros, enmarcando su rostro alto y angular. La mujer tomó su brazo. Él pasó a mi lado y el borde de su mano rozó la mía.
Un terror recorrió mi cuerpo mezclado con una incertidumbre que no puedo explicar. Pero volví a mis labores; tenía demasiados problemas para pensar en ese hombre misterioso.
La madrugada pasó veloz, y la hora de irme a casa llegó más rápido aún. Tomé mis cosas del casillero, fui al baño a intentar arreglar mi cabello y apariencia marcada por la mala noche. El espejo reflejaba mi rostro cansado; una sombra oscura se asomaba bajo mis grandes ojos expresivos de color marrón claro.
-Toma -me dijo Ruth, extendiéndome una paleta de maquillaje, con una sonrisa compasiva de alguien que ha sufrido tanto como yo-. Eso disimulará un poco. -Le agradecí en silencio y la tomé.
El tráfico estuvo algo pesado, pero logré llegar unos minutos antes de la reunión.
Una chica que descubre que su novio la engaña con su cuñada y amiga después de su despedida de soltera, ella vuelve a casa destrozada y resulta que uno de los amigos de su padre invitado a la boda se encuentra presente. El cual la observa en el piso llorar por un tipo que a su parecer es una basura, así que interviene ¿te quedara llorando por el idiota o hará algo para salir de la situación? A lo que ella lo confronta, ¿quién eres tú, este no es tu asunto? Noah... si te calma me casare contigo y le daremos una lección a esos idiotas, imagínate llegar a su boda con otro novio, yo por mi parte disfrutaré una boda que no pague ¡ A mí parecer no hay mejor forma de casarse! El dice esas palabras dejando perplejos a los padres de ambos que se encuentran presentes y aunque el suyo no está nada contento y que trata de intervenir, pero él no se lo permite. Ella parece pensar que el hombre se ha vuelto loco, pero después acepta y así comienza esta aventura de engaños, romances, celos, traición, 0dio y Amor. Hanna se arriesga sin conocer en realidad quien es su futuro marido ¿Que pasara luego?
Charlee fue abandonada en la boda y se convirtió en el hazmerreír de todos. Intentó mantener la cabeza alta, pero acabó humillada cuando recibió un vídeo sexual de su prometido y su hermanastra. Devastada, pasó una noche salvaje con un atractivo desconocido. Se suponía que iba a ser cosa de una sola vez, pero él siguió apareciendo, ayudándola con proyectos y venganzas, todo mientras coqueteaba con ella constantemente. Charlee pronto se dio cuenta de que era agradable tenerlo cerca, hasta que su ex apareció de repente en su puerta, rogándole otra oportunidad. Su amante magnate le preguntó: "¿A quién vas a elegir? Piensa bien antes de contestar".
Yelena descubrió que no era la hija biológica de sus padres. Después de darse cuenta de que intentaban venderla por conseguir una inversión, la enviaron a su lugar de nacimiento. Allí descubrió que en realidad era la heredera de una familia opulenta. Su verdadera familia la colmó de amor y adoración. Ante la envidia de su supuesta hermana, Yelena superó todas las adversidades y se vengó, al tiempo que demostraba su talento. Pronto llamó la atención del soltero más codiciado de la ciudad. Él acorraló a Yelena y la inmovilizó contra la pared. "Es hora de revelar tu verdadera identidad, querida".
Tras dos años de matrimonio, Sadie por fin estaba embarazada, llena de esperanza y alegría. Pero su corazón rompió cuando Noah le pidió el divorcio. Durante un atentado fallido contra su vida, Sadie se encontró tendida en un charco de sangre, llamando desesperadamente a Noah para pedirle que la salvara a ella y al bebé. Pero sus llamadas quedaron sin respuesta. Destrozada por su traición, abandonó el país. Pasó el tiempo y Sadie estaba a punto de casarse por segunda vez. Noah apareció enloquecido y cayó de rodillas. "¿Cómo te atreves a casarte con otro después de haber dado a luz a mi hijo?".
Sawyer, el mayor traficante de armas del mundo, dejó a todos en shock al enamorarse de Maren, la chica insignificante que nadie respetaba. La gente se burlaba: "¿Por qué perseguir a una cara bonita inútil?". Pero cuando las élites más poderosas empezaron a rodearla, sus mandíbulas cayeron al suelo. "¿Ni siquiera están casados y ella ya está aprovechando su poder?", suponían. Los curiosos investigaron el pasado de Maren... solo para descubrir que era una genio científica, una médica de fama mundial y la heredera de un imperio mafioso. Más tarde, Sawyer publicó en redes: "Mi esposa me trata como al enemigo. ¿Algún consejo?".
Los rumores decían que Lucas se había casado con una mujer poco atractiva y sin antecedentes. En los tres años que estuvieron juntos, se mantuvo frío y distante con Belinda, que aguantó en silencio. Su amor por él la obligó a sacrificar su autoestima y sus sueños. Cuando el primer amor de Lucas reapareció, Belinda se dio cuenta de que su matrimonio era una farsa desde el principio, una estratagema para salvar la vida de otra mujer. Entonces firmó los papeles del divorcio y se marchó. Tres años después, Belinda regresó convertida en un prodigio de la cirugía y una maestra del piano. Perdido en el arrepentimiento, Lucas la persiguió bajo la lluvia y la abrazó con fuerza: "Eres mía, Belinda".