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¿Está mal anhelar los toques de un hombre que no es su prometido? A pesar de que está a días de casarse, Anna no puede dejar de pensar en su jefe y en lo que sería tenerlo entre sus piernas. Él se siente de la misma forma y tras un encuentro sexual intenso, le dice que nunca saldrá de su vida, si ella se casa, seguirán siendo amantes porque es adicto a su piel. Un corte en su labio, un mordisco entre sus piernas, Anna lleva muy bien el asunto de que sea un vampiro, durante los intercambios de sangre los orgasmos son increíbles. ¿Por qué renunciar a eso?