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Skyscraper © - Parte IV

Skyscraper © - Parte IV

5.0
18 Capítulo
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Parte IV del primer libro de la duología ''Skyplaces''. Skyscraper - Parte IV (Final) La ciudad de Nueva York: la Gran Manzana. Una ciudad donde los sueños y pesadillas se hacen realidad, pero esto puede variar. Valet Boone simplemente busca un sueño en la ciudad más poblada de Estados Unidos. Es por eso que dentro de esta ciudad su curiosidad hace un favor a su objetivo de ser una gran periodista. La incertidumbre y el misterio han sido aquellos títulos que siempre ha tratado de desmantelar cueste lo que cueste. Nathaniel Vaughan busca sobrevivir. Siendo uno de los mejores apostadores en la ciudad también es la pesadilla de muchos hombres que deciden jugar y piensan poder ganar. Siempre tiene un as bajo la manga y su astucia dentro del juego lo ha hecho vivir una vida de lujos dependiendo de sí mismo y de nadie más. Haciendo perder fortunas a hombres de poder, también oculta un misterio en su vida que alguien decidirá resolver. Sin olvidar lo guapo, encantador, apuesto y cierto peligro de por medio que puede llegar a poseer. La atracción que siente por Valet al momento de verla en aquel café aquella noche fría en 86th Street, no lo detiene hasta saber más de ella quizá hasta llegar al punto de ponerla en manos de alguien que puede destruirlo a él, metiéndola al mundo oscuro del que él vive. Y al ambos caer en un mutuo encanto, juntos tienen que enfrentar sus miedos, revelar sus secretos y ser fuertes para que el mundo de Nathaniel no termine con ellos. Todos los derechos reservados. ® Queda estrictamente prohibida cualquier copia o adaptación.

Capítulo 1 VALET

—Eres la chica del baño en LAVO —me dijo Jessica sonriendo a lo que reí un poco asintiendo.

—Esa misma —me encogí de hombros y después me recargué levemente en el cuerpo de Nate.

Era linda. Alta, rubia, ojos oscuros y su piel era tenuemente morena.

—Si no mal recuerdo tú eres Nathaniel, ¿no? —dijo Jessica esta vez mirando a Nate con una enorme sonrisa.

Nate se mantuvo quieto por unos segundos, mirándola serio. Fruncí el ceño por aquella expresión en sus ojos. La miraban sin siquiera disimular un poco el que no le interesaba en lo más mínimo su existencia. Le apreté el brazo en forma de que dijera algo, ¿por qué se comportaba de esa manera? Estaba siendo casi grosero.

—Sí —dijo finalmente Nate después de que le apreté la mano también—. Soy Nathaniel.

—Jessica —dijo la rubia estrechando la mano de Nate sin dejar de sonreír, parecía que el gesto de Nate no le había molestado ni incomodado en lo absoluto. Sentí un poco de lástima por ella—. Un gusto.

Nate solamente asintió después de apartar su mano de la suya. Miré a Thiago, me miraba casi preguntándome que rayos le pasaba a Nate para que se hubiese comportado de esa manera. Simplemente negué con la cabeza dándole como respuesta a que no tenía idea de su comportamiento.

—Bueno, podemos sentarnos y pedir algún postre, ¿no quieres algo en específico, Jessica? —dijo Olivia notando la tensión que se había formado.

—Tenía pensado pedir alguna tarta, pero no creo acabármela yo sola —dijo Jessica haciendo una mueca.

—Yo te ayudo —le dije sonriendo.

Esta me miró sorprendida por unos segundos después esbozando una sonrisa.

—¿De verdad? —preguntó y asentí.

—Amo las tartas de aquí, ¿verdad, Nate? —volví a sonreír mirando a Nathaniel que seguía con las facciones serias.

Solamente asintió mirando hacia otra parte.

—Deberás recomendarme cual pedir —dijo cuando comenzamos a sentarnos.

Nos sentamos. Thiago junto a Olivia quien lo tomaba del brazo y lo acariciaba, Nate y yo al frente de ellos, haciendo que Jessica se sentara del otro lado justo donde todo un lado de la mesa era para ella, siendo la cabecera. Agradecí quedar a su lado, así podía hablar con ella sobre el bebé que era algo que me emocionaba.

—Te recomiendo la de manzana, es deliciosa —casi rodee los ojos en forma de que su sabor era placentero.

Rió mirándome, después tomó el menú leyendo ahí las tartas. Asintió y después me miró.

—Entonces una de manzana será —sonrió después mordiéndose el labio.

Apenas la conocía y ya la estaba adorando.

Entre conversaciones en mi mente le di la razón a Thiago cuando dijo que era bastante agradable. Algo reservada pero cuando lo ameritaba ella hablaba o contestaba a mis preguntas, pues era la única que se atrevía a preguntarle por cosas. Nos habló de los primeros meses. Ya comenzaba a hacerse notoria la barriga. Incluso me atreví a preguntarle si podía tocarla pues dicen que es de buena suerte, ella amablemente aceptó.

—¿Has pensado en nombres? —dije volviendo a emocionarme.

Sonrió y asintió.

—Quedamos en un acuerdo junto a Thiago —miró a mi mejor amigo por unos segundos para después mirarme a mí—. Si es niña yo decidiré el nombre, si es niño él lo decidirá.

—¿Y ya tienen los nombres? —miré esta vez a mi mejor amigo apartando mi mano de la barriga de Jessica.

—Si es niño Andrew, como mi padre —dijo Thiago encogiéndose de hombros después dando un sorbo al café.

—¿Y si es niña? —pregunté mirando a Jessica.

Apretó los labios después sonriendo, vi como miró a Nate por unos segundos. Nate la miraba serio, sin ninguna expresión en el rostro. Después miró hacia otro lado dándole nada de importancia.

—Eliza —contestó Jessica volviendo a mirarme—, como mi madre.

—Es un hermoso nombre —dije casi suspirando—. ¿No se supone que ya se puede saber qué será?

—Quiero que sea sorpresa —interrumpió Thiago sonriendo de lado—. Olivia ya lo sabe.

Miré sorprendida a Olivia, esta sonreía emocionada mirándome.

—¿Tú lo sabes? —pregunté y esta asintió— ¿Cuándo se supone que lo sabré yo?

—Tenemos pensando hacer una pequeña reunión donde revelaremos el género —dijo Olivia acariciando el brazo de su novio.

—¿Y cuando piensan hacer eso? Yo no puedo esperar tanto —dije mirando a Thiago casi fulminándolo con la mirada—. Sabes que no puedo mantener una duda en mi cabeza por mucho tiempo o exploto.

—Eso es verdad —habló por primera vez Nate haciendo que todos lo miráramos—. Se vuelve loca.

—Exacto —dije dándole la razón a Nate volviendo a mirar a mi mejor amigo.

—La haremos pronto, Val. Tú tranquila —rió Thiago y le fulminé con la mirada—. Amor, no le vayas a decir nada a Valet. Quizá saliendo de aquí comience a sobornarte con algo con tal de que le digas —dijo mi mejor amigo mirando a su chica.

—Oye… —comencé a decirle casi queriendo golpearlo.

—Eso también es verdad, ten cuidado —escuché a Nate decir a mi lado después tomando un sorbo a su café.

—Oye, no estás ayudando —lo miré y este sonrió de lado.

—Yo igual estoy muriendo por saberlo —dijo de pronto Jessica dando un sorbo al jugo que había pedido—. Aunque tengo mis sospechas.

—¿Tú qué crees que sea? —pregunté mirándole con curiosidad.

—Niña —contestó con una sonrisa.

—Yo pienso que es niño —dijo Thiago con una mueca.

—Olivia, ¿tú qué piensas que es? —dije mirándola con una sonrisa inocente a lo que esta carcajeó.

—No lo sé —se mordió los labios y se encogió de hombros.

Thiago rió igual y pasó su brazo por alrededor de los hombros de Olivia.

—Bueno, debido a que nadie piensa decirme nada, iré por un pedazo de tarta para llevar —miré a mi mejor amigo con una ceja cuando este tenía una sonrisa divertida en su boca—. A veces te detesto —le dije y este comenzó a carcajear abrazando a Olivia quien sonreía divertida viendo la escena.

Miré a Nate quien me miraba atento, serio pero con las facciones relajadas a comparación de cómo estaba hace unos minutos.

—¿Quieres algo? —le pregunté.

—Te acompaño —dijo de inmediato levantándose.

Asentí y me giré sobre mis talones caminando hasta el mostrador, donde Jack esperaba detrás de la caja registradora.

—Hey, Jack. Quiero un pedazo de tarta de manzana para llevar por favor —dije sacando mi cartera, pero Nate se adelantó extendiendo un billete de veinte dólares hacia Jack.

—Ya mismo te lo doy, Val —dijo Jack riendo al ver lo que acababa de pasar.

Registró en la computadora y después le dio la feria a Nate. Yo fulminé con la mirada a mi chico.

—Se suponía que tomaríamos un café hoy al cual yo te iba invitar, así que —me abrazó por la cintura dejando un beso en mi mejilla.

—Pero ya compraste mi café.

—¿Y? ¿No te puedo comprar algo más? —dijo abrazándome.

—¿Qué te pasa? —pregunté confundida por su comportamiento.

—¿De qué hablas? —dijo sin dejar de abrazarme atrayéndome a él.

—Estás raro —le dije mirándole dudosa.

—No lo estoy, no sé de qué hablas.

—Fuiste algo grosero con Jessica —le dije y de inmediato sentí como se tensó.

¿Por qué lo hacía?

—¿Por qué dices eso? Apenas y le he dirigido la palabra.

—Exacto —dije mirándole con el ceño fruncido—. Cuando se presentó la miraste como si la detestaras.

—Vamos, Valet. Apenas y la conozco —dijo entre dientes.

—Apenas y has hablado —le dije esta vez y este gruñó comenzando a cansarse.

—Estar aquí no es algo que me apetece del todo —dijo apenas sin dejar de abrazarme.

—Porque no haces el intento de acoplarte en la conversación —volví a mirarle con el ceño fruncido totalmente confundida por su actitud.

Nathaniel podía ser serio y callado, pero nunca de la manera en que lo estaba siendo ahora. No era simplemente el hecho de que no hubiese hablado casi desde que llegamos, eran sus facciones, sus movimientos, sus miradas. Parecía no estar del todo cómodo. Por una parte lo entendía, solamente conocía a Thiago, pero yo tampoco conocía a Jessica y había mantenido conversaciones con ella en la hora que habíamos estado ahí.

—Quiero volver al apartamento —dijo de pronto dejando un beso en mi mejilla y otro en mi mandíbula.

—Ya casi nos vamos, pero no tienes que comportarte de esa manera. Deberías ser más amable con Jessica y dejar de mirarla como si fuese la peor persona del mundo —le regañé.

Soltó una carcajada amarga. Volví a mirarlo confundida.

—¿Quién ha dicho que la he mirado de esa manera? Apenas y la miré cuando se presentó.

—Te he estado viendo y veo como la miras. Parece que en cualquier momento vas a ladrarle —espeté negando.

Una sonrisa burlona y divertida apareció en su rostro. Subió su mano a mi mejilla y después mentón acariciando con sus dedos.

—Quizá lo haga, ¿quieres que lo haga? —alzó una de sus cejas.

—Bueno, pero ¿a ti qué te pasa? —me alejé de él empezando a molestarme.

—Sólo estoy bromeando, preciosa —comenzó a reír volviendo a acercarse a mí tomando mi rostro entre sus manos.

—No parece que estés bromeando. Deberías ser amable con ella, está pasando por algo difícil para una chica de su edad —comencé a decir y este empezó a reír—. ¿De qué te estás riendo, Nathaniel?

—Ni siquiera sabes cuantos años tiene —dijo negando mientras sonreía y miraba hacia otro lado.

—¿Y tú sí? —dije a lo que este me miró.

Se mantuvo serio por unos segundos apretando los labios.

—La conoces —dije casi dándome cuenta del por qué de su comportamiento.

—Claro que no —dijo frunciendo el ceño.

—¿Es una de esas chicas con las que te acostaste? —pregunté sin siquiera pensar.

Me miró confundido.

—¿Por qué piensas que me he acostado con miles de chicas? —me preguntó con el ceño fruncido.

—No sé, ¿con cuantas te has acostado? —pregunté.

Empezó a reír sin ganas mirando hacia otro lado mientras daba un paso hacia atrás casi sin poder creer las palabras que salían de mi boca. Bueno sí, quizá estaba de más aquella pregunta considerando que no tenía nada que ver en ese tema.

—¿De verdad me crees ese tipo de hombre que se follaba todo lo que se moviera? —me miró confundido y ofendido mientras se cruzaba de hombros.

—Nunca dije eso.

—Escúchate, Valet —dijo de inmediato—. No es la primera vez que insinúas que piensas que soy esa clase de chico, y si lo era, ¿qué?

—Entonces ¿estás aceptando que lo eras? —le contradije.

—Estamos suponiendo, Valet. ¿Si lo hubiese sido qué? ¿Cambiaría algo entre nosotros? ¿Qué tiene que ver las personas con las que he estado a nosotros? —me dijo con las mismas facciones confundidas y enojadas en su rostro.

Me quedé callada. No sabía que decir. Quizá si había pasado esa raya una vez más. No debía de importarme las chicas con las que Nate hubiese estado antes. Nate nunca me había dado razones para ponerme celosa. No merecía que pensara de él de esa manera. Pero, su actitud en ese momento me confundía haciéndome pensar que probablemente conocía a Jessica, pero de hacerlo, ¿por qué fingir que no se conocían? O quizá exageraba y me decía la verdad, no la conocía y todas eran solamente ideas locas en mi cabeza.

—Voy al baño —dijo cuando notó que no dije nada más—. Espero terminen pronto para poder largarnos de aquí —soltó aquello último después dándose la vuelta para ir hasta el pasillo que daba al baño.

Bien, Valet. Felicidades. Arruinaste el día.

—Hey, Val —escuché a Jack llamarme del otro lado del mostrador—. Aquí esta tu tarta, te lo puse en una bolsa.

Jack me extendió la bolsa y la tomé dedicándole una sonrisa.

—Gracias, Jack —dije después dándome la vuelta y apretando los labios.

Cuando caminé de nuevo hasta donde estábamos sentados, vi solamente a Thiago y Olivia quienes conversaban en la mesa mientras ella soltaba leves risitas y negaciones. Se veían perfectos juntos y por un momento me sentí feliz de que Olivia estuviese ahí apoyando a Thiago cuando cualquier otra chica lo hubiese botado de inmediato.

Cuando llegué a la mesa me percaté de algo más.

—Hey, ¿a dónde fue Jessica? —dije preocupada pensando en que posiblemente ya se había ido.

—Fue al baño, el embarazo la hace ir muy seguido —dijo Thiago haciendo una leve mueca.

Sin tener una razón alguna me puse tensa el saber que estaba en el mismo lugar que Nate. ¿Por qué? Jessica me había parecido linda y agradable minutos antes de la leve discusión que habíamos tenido Nathaniel y yo en el mostrador. Pero ahora con las ideas y conclusiones que pasaban por mi cabeza, me ponía nerviosa el pensar en que quizá yo tenía razón y no estaba enloqueciendo.

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