/0/4179/coverbig.jpg?v=11126d4b8684af0f22ad87977608a396)
Jennifer Smith era la hija del Alfa. Su familia fue destruida por traidores que venían de dentro de su manada. Su madre murió de una enfermedad; su padre fue asesinado por el Beta; y su manada fue conquistada. Sola y encarcelada, Jennifer escapó para recurrir a la manada de Dark River, donde finalmente fue esclavizada. Aunque fue constantemente abusada e insultada, nunca se rindió ni admitió la derrota. Su pareja resultó ser Anthony Jones, el príncipe licántropo del reino de Osman. El reino de Osman gobernaba sobre todas las manadas. Pero el noble príncipe parecía tener su propio secreto. El gran poder de Jennifer atrajo al príncipe y la llevaron rápidamente al campo de entrenamiento real, donde su destino cambió para siempre. Hambrienta de venganza contra aquellos que destruyeron a su familia, Jennifer se concentró con todo el corazón en el entrenamiento. ¿El príncipe Anthony rechazaría a Jennifer por su humilde identidad? ¿Qué les pasaría en el campo de entrenamiento? ¿Qué elegiría ella entre el amor y el odio? ¿Y cuál era el secreto del príncipe?
PDV Jennifer:
"¡Jennifer, zorra! ¿Dónde está mi collar de perlas?", gritó Barbara desde fuera de mi habitación.
Me sorprendí tanto al escuchar su voz, que guardé el collar de perlas en la caja de madera a toda prisa, y luego la escondí debajo de la almohada.
Apenas me había levantado de la cama cuando abrieron la puerta de una patada. Ella entró a toda prisa junto a un grupo de hombres lobo, seguida por Luna Debra, cuyo rostro estaba cubierto con una gruesa capa de maquillaje, que desafortunadamente, no podía ocultar las arrugas que tenía en las esquinas de los ojos.
Estas dos mujeres siempre se vestían de manera extravagante, como si quisieran hacer alarde de todas las joyas que poseían en un solo atuendo.
"Luna Debra, señorita Barbara, ¿qué puedo hacer por ustedes?", pregunté cortésmente, saludándolas como de costumbre con una sonrisa amistosa en el rostro.
"Jennifer, ¿dónde está el collar de perlas que suelo usar?", gruñó la más joven de las dos mujeres, a la vez que agarraba mi cuello y me miraba con furia. "¡Zorra! Siempre has sido una ladronzuela. Tú eres quien limpia mi habitación. ¿Dónde pusiste mi collar de perlas favorito? Lo he buscado por todos lados y no lo encuentro. Tú lo robaste, ¿verdad?".
"Señorita Barbara, no he sacado nada de su habitación. No puede acusarme sin pruebas", respondí pacientemente en un tono que no era ni humilde ni agresivo.
"¡Zorra desvergonzada! ¿Cómo te atreves a hablarme así? ¿Quieres pruebas? ¡Pues vamos a encontrarlas ahora mismo!", espetó la malvada mujer y me empujó hacia atrás. Luego, se volvió hacia los hombres lobo que la acompañaban y les ordenó que registraran mi habitación.
Mi pequeño y viejo cuarto de pronto estaba patas arriba. Arrojaron al suelo la vieja colcha que estaba encima de la cama, y luego patearon la pequeña mesa de madera y el taburete de forma estrepitosa. Lo que era peor, tuve que ver a Barbara caminar sobre mi edredón con sus caros zapatos de tacón alto sin poder hacer nada para impedirlo. Incluso recogió la tetera medio vacía que se había caído al suelo y vertió toda el agua sobre este. Era como si estuviera aprovechando la oportunidad para desahogar toda su ira.
Traté de mantener mi rostro inexpresivo mientras observaba cómo los rufianes convertían mi alcoba en un desastre, pero el resentimiento se apoderó de mi corazón y se reflejó en mis ojos.
"¿Cómo te atreves a mirarme de esa manera? ¡Ya verás lo que te pasará cuando encuentre el collar!", gritó ella, clavando sus talones aún más fuerte en mi edredón.
Apreté los puños para reprimir la ira y la ignoré por completo; sin embargo, al pasar unos segundos, vi que los hombres lobo continuaban arrojando todas mis pertenencias al suelo y no pude mantenerme callada por más tiempo. "¡Deténganse! No he robado nada. ¿Por qué están haciendo esto?", grité.
"¿Por qué? Pues la respuesta es muy sencilla. ¡Soy la hija del Beta, mientras que tú solo eres una esclava, un pedazo de basura que dejaron abandonada!", se burló de mí.
"No es noble en absoluto. Es solo una huérfana que fue adoptada por la Luna", respondí con fiereza.
Antes de que los padres de Barbara murieran, eran amigos cercanos de Luna Debra. Esa era la razón por la que la pareja del Alfa la había acogido, pero en términos de linaje, yo era mucho más noble que ella. Realmente yo no sabía qué había hecho para ofenderla. Desde el principio, yo siempre le había desagradado y me causó problemas tanto en público como en privado.
En ese momento, una loba volcó mi almohada y la pequeña caja de madera cayó al suelo.
"¡No!", exclamé y corrí al instante para tomarla antes que ellos, pero justo cuando estaba a punto de hacerlo, la protegida de la Luna de la manada me pisó el dorso de la mano. Su talón se clavó en mi piel hasta que la sangre comenzó a brotar. No pude menos que hacer una mueca por el dolor agudo que sentí en ese momento.
"Zorra, ¿cuál es la prisa? ¿Por qué te importa tanto esta caja destartalada? Debes estar escondiendo algo en ella", se burló Barbara.
Una loba recogió el pequeño cofre y se lo entregó. Cuando la malévola mujer lo abrió, descubrió el collar de perlas que estaba dentro.
Intenté levantarme, pero ella clavó su talón más fuerte en el dorso de mi mano y me inmovilizó.
Tenía miedo de lastimarme aún más si me levantaba abruptamente. El dolor físico era demasiado intenso para soportarlo, pero no se podía comparar con la profunda pena que sentía en mi corazón.
"¡Luna Debra, mira!", gritó la chica, quien tomó la valiosa joya y la agitó triunfalmente frente a la pareja del Alfa. "¡Te dije que esa zorra me había robado el collar! Ella simplemente se negó a admitirlo. ¿Cómo puede una esclava como ella tener una prenda tan cara?", espetó, mirándome con desdén.
Al observar el collar, Luna Debra frunció el ceño y asintió con la cabeza.
"Le ofrecimos un techo para vivir, ¡pero ella nos robó! ¿Cómo se atreve? Debe ser castigada severamente", continuó Barbara, tratando de que su protectora se enfadara aún más.
"¡Ese collar es mío! Señorita Barbara, mírelo con atención. Este no es igual al suyo", discutí, mordiéndome el labio inferior.
"Aunque no me pertenezca, tampoco puede ser tuyo y como perdiste el que estaba en mi habitación, tomaré este como compensación". La cruel chica apretó el collar que tenía en la mano, me dio una patada en el pecho y luego tiró la caja de madera al suelo.
"¡Luna Debra, por favor, haga algo! Barbara no está siendo razonable", supliqué, volviéndome hacia la mujer loba más importante de la manada, quien era mi último rayo de esperanza.
Sin embargo, esta lanzó una mirada de desprecio. "Si perdiste el collar de Barbara, ¿no deberías compensarla? Deberías sentirte agradecida de que ella no te haga responder por esto", dijo burlonamente.
Apreté los dientes con ira. Sabía que no había nada que pudiera hacer contra estas dos perversas mujeres, así que no tuve más remedio que tragarme el insulto y la humillación. Solo de pensar que la desalmada joven me estaba arrebatando el collar que me había dejado mi difunta madre, casi perdí el control. Realmente deseaba poder destrozar los rostros de ellas y darles de su propia medicina.
"Luna Debra, vámonos. La habitación de esta perra está tan sucia que no es digna de tu presencia". La petulante joven tomó a Luna Debra del brazo y se marchó con un aire de arrogancia, escoltada por los hombres lobo.
"Zorra, no tendrás comida durante todo el día de mañana. Eso es lo que te mereces por fastidiarme", agregó antes de irse.
El día siguiente era mi decimoctavo cumpleaños, pero resultó que me iba a morir de hambre todo el día. El odio hirvió en mi corazón mientras miraba cómo mis enemigas se alejaban. '¡Un día, les haré pagar por todo lo que me han hecho!'. Me juré a mí misma en ese instante.
Durante un largo rato, me senté en el suelo con las rodillas pegadas al pecho, balanceándome hacia adelante y hacia atrás en la oscura y desordenada habitación. Una fría brisa entraba de vez en cuando a través de la ventana rota, lo que me hacía temblar de pies a cabeza. Aún no había llegado el invierno, pero ya se sentía un clima gélido. Apretando mi viejo delantal alrededor de mi cuerpo, finalmente me puse de pie, caminé hacia la puerta y al cerrarla, la madera astillada crujió.
Luego, me di la vuelta, recogí la caja de madera que estaba en el suelo y limpié el polvo con mi delantal. Las lágrimas finalmente corrieron por mis mejillas.
Ese collar de perlas me lo había dejado mi madre, quien había muerto hacía años. Siempre que la echaba de menos, lo miraba y recordaba los tiempos que pasaba con ella.
De hecho, no nací para ser esclava. Mi padre, Lewis Smith, y mi madre, Doris Smith, eran el Alfa y la Luna de la manada del Arcoíris. También tenía un hermano mayor, Jerome Smith. Mi familia siempre me protegió, así que mi infancia fue muy feliz.
Pero cuando tenía siete años, mi madre murió, luego de una repentina enfermedad. Se decía que las cosas malas nunca venían solas. Poco tiempo después, Beta Arthur y algunos otros traidores se rebelaron contra mi padre y lo mataron. Mi hermano mayor me sacó de la manada para mantenerme a salvo, pero los dos nos perdimos durante nuestra fuga.
Después de vagar por mi cuenta por un tiempo, me uní a la manada del Río Oscuro. Por supuesto, no me atreví a revelarles mi verdadera identidad. A partir de entonces, me encargué de lavar la ropa y cocinar todos los días, convirtiéndome en una esclava de esta manada.
Más tarde, escuché que Beta Arthur había llegado a ser el Alfa de la manada del Arcoíris. ¿Cómo podría un traidor convertirse en Alfa? ¡Era ridículo!
Cargué en silencio con todos los males y desgracias que había sufrido en mi corazón, incluida la traición de Beta Arthur, la injusta muerte de mi padre, la desaparición de mi hermano y la forma en que fui insultada y maltratada a diario en la manada del Río Oscuro. Mi mayor deseo era volverme cada vez más fuerte para un día poder saborear mi venganza.
¿Qué harías si tuvieras que ser herida sin saber el motivo? — Angélica, eres una perra. ¡No vas a ir a ninguna parte! —Los ojos del hombre brillaron y la agarró. La vida era perfecta para Angélica. Ella era tranquila y nunca hizo la vida imposible a nadie. Toda su vida dio un vuelco cuando conoció a un encantador demonio llamado César una noche. Unas horas después, su padre murió sin despedirse. Después de que ella se mudara a una nueva ciudad y fuera a una nueva escuela, tuvo un nuevo comienzo. Pensó que finalmente estaba libre de su agresor, pero estaba equivocada. El diablo la siguió y la volvió a atrapar. A pesar de las inquietantes pesadillas de esa horrible noche, se convenció a sí misma perdonarlo. Sin embargo, este continuó maltratándola y finalmente decidió cortar todos los lazos con él antes de dejarla ir. Sin embargo, se arrepintió. Con un destello vicioso, él preguntó: — Angélica, ¿de verdad crees que puedes escapar de mí? ¡Te atraparé aunque te vayas hasta los confines de la tierra!
¿Qué pasa cuando haces un trato sexual con el jefe de tu padre? ¿Y qué pasaría si terminas jodidamente enamorada del jefe de tu papá y adicta a él? Para salir de la quiebra, Liana Parker de 19 años en medio del desespero recurre a proponerle un trato sexual al jefe de su padre en secreto, quien es mucho mayor que ella. La joven promete entregarle su virginidad y todo lo que él deseara de ella a cambio de sacar a su familia de la ruina. Era un convenido muy tentador y jugoso para Giovanni Carter, ya que hace muchos años que no se topaba con una mujer virgen. El solo pensar en desvirgar a esa chica de pronunciadas caderas en todos los sentidos posibles le alteraba los sentidos y hasta algo más... Nacido para los negocios acepta el trato de la rubia sin pensarlo mucho, pero ese mismo día decide probar que tan inocente ella era, y cuando logra abrir las piernas de Liana e introducir la lengua en el interior de su coño, prueba la dulzura de su cuerpo, de manera instantánea Giovanni se obsesiona de ella. No te pierdas de leer esta historia erótica en donde un CEO maduro e insaciable se obsesiona de una joven 20 años menor que él, ¿Cómo llevara la situación al ver que ella aprende muy rápido el arte de follar?
Brit Su, una chica con un gran objetivo en su vida: conocer a sus padres biológicos y la razón por la cual la abandonaron. Ella es trabajadora, soñadora y su pasión es ayudar a los demás, se embarca en un viaje a Shanghai su tierra natal para realizar unos proyectos En el transcurso de su viaje se encuentra con Daniel Ye, un joven CEO que ve la vida en blanco y negro, el cual no cree en el amor, pero en cuanto ve a Brit queda en un estado complicado que ni él sabe si es atraccion o amor. ella lo hará ver la vida de otra manera y colores. Lo de más lo tendréis que descubrir.....
Ethan siempre consideró a Nyla una mentirosa, mientras que ella lo veía a él distante e insensible. Nyla había acariciado la idea de que Ethan la quería, pero se sintió fríamente rechazada cuando se dio cuenta de que su lugar en el corazón de él era insignificante. Como ya no podía soportar su frialdad, dio un paso atrás, solo para que él cambiara inesperadamente de actitud. Ella le desafió: "Si confías tan poco en mí, ¿por qué me tienes cerca?". Ethan, que antes se había comportado con orgullo, ahora estaba ante ella y le suplicó desesperado: "Nyla, he cometido errores. Por favor, no te alejes de mí".
Clarissa Chapman, un día, al entregar preservativos a una habitación de hotel, descubrió que su cliente era su... ¿prometido? ¡Atrapó a su prometido y media hermana en la cama! ¡Solo entonces Clarissa se dio cuenta de que su novio de seis años la había engañado! ¿Qué es más ridículo? Su padre dijo que era porque ella no era atractiva y su hermana lo merecía más. Dejó a su prometido idiota, ¡se encontró con su Sr. Correcto en una aventura de una noche! Espera... ¿por qué este hombre se veía exactamente parecido al CEO multimillonario - Anderson Jordan en la televisión? Anderson era de muchas cosas, guapo, considerado y leal. Nunca imaginó que un apuesto como Anderson se enamoraría de ella, hasta ese día... Su familia de pesadilla la encontró, tratando de arrastrarla al pasado miserable... otra vez...
Cheryl, una huérfana ordinaria, logró casarse con el hombre más poderoso de la ciudad. Era perfecto en todos los sentidos, excepto en una cosa: no le gustaba ella. Tres años después de su matrimonio, finalmente quedó embarazada, en el mismo día en que su esposo le entregó los papeles de divorcio. Parecía que se había enamorado de otra mujer, y por alguna razón que ella desconocía, él creía que ella también se había encaprichado de otro hombre. Justo cuando ella pensaba que su relación estaba llegando a su fin, él no quería que se fuera. La mujer ya estaba dispuesta a renunciar, pero él le confesó su amor. ¿Qué iba a hacer Cheryl en esta maraña del amor y del odio, mientras estaba embarazada?
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".