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Una hermosa, pero muy sensible joven se enamora de Leonardo, un universitario extremadamente promiscuo y dominante, además de ser hijo de un multimillonario que maneja empresas en diferentes países y qué, pensaba que nunca se enamoraría, que tenía todos sus sentimientos bajo control, pero una niña se colará en su sistema y lo volverá loco física y psicológicamente, Camila dudará de hacerle caso a su corazón nuevamente, luego de ya haberse decepcionado de Leonardo.
Camila Sáez.
Nos encontrábamos en nuestra graduación, el solo mencionarlo me causa nervios, hace solo algunos años era algo que se veía muy lejanos, sabía que algún día pasaría, pero no tan pronto y menos con las calificaciones con las que lo hice. Mis amigas y yo estábamos devastadas pensando que nunca más nos íbamos a encontrar nuevamente y eso era lo más probable, todas tomaríamos distintos caminos, en distintas universidades y con tanto tiempo que nos tomaría adaptarnos sería verdaderamente difícil mantener el mismo contacto que ahora tenemos.
Claramente, las que tenían más afinidad se pusieron de acuerdo para irse a estudiar juntas o por lo menos en la misma ciudad, y eso me parecía muy bien, pero yo tenía claro donde quería seguir mis especializaciones y, además, lo que tenía que esforzarme para lograr obtener la mentada beca que necesitaba para terminar todos mis estudios.
Si pudiera hacer todas las cosas que quisiera, lo haría, pero me toca esforzarme para lograr lo que quiera en la vida y poder ayudar a mis padres para tratar de devolverles todo lo que me han dado con tanto esfuerzo.
Mis padres estaban tristes, pero seguramente también se encontraban orgullosos de lo que había logrado o, al menos, eso esperaba pues, la responsabilidad de sacar a mi familia adelante era grande, y muchas veces me abrumaba demasiado, siento que todos veían en mi a la persona que podría ayudarles, mis padres están enfermos y trabajan como pueden, día a día, me a tocado ir con ellos y no es nada fácil o bonito, sobre todo en verano, con el sol pegando en la frente y en todo el cuerpo.
Por otra parte, siempre contaría con la ayuda de Adrián, mi mejor amigo, pero, especialmente hoy se encontraba más anormal que la mayoría de las veces, digo... desde hace algunos meses se ha comportado de una manera distinta conmigo, hay días que es más distantes y otros en los que se pone empalagoso y no tenía idea de por qué.
Él también quería optar a la misma beca que yo, pero nuestras carreras y facultades serían completamente distintas, por lo que estudiaríamos en la misma institución, pero sería muy poco lo que estaríamos juntos.
Nos encontrábamos en la asamblea, la típica donde todos terminaríamos llorándonos y despidiéndonos para que luego cada uno tome su lado, algunos recordando esta etapa, mientras que otros solo se dedicarían a olvidarla y descubrir cosas mejores.
_ Camila Sáez, pase al frente, por favor. – mencionó la profesora encargada de organizar toda la ceremonia que terminaría con esta hermosa etapa que me había tocado vivir y que también había compartido todos estos años junto a nosotros, por lo que nos había visto crecer.
Seguí el camino que anteriormente había quedado estipulado y ya una vez arriba del escenario donde se encontraban otros de mis compañeros a los que habían llamado previamente, incluyendo a Adrián, quien me miraba de una manera extraña, lo miré tratando de entender que era lo que pensaba, pero era imposible, ni que leyera la mente de las personas, así que sólo traté de no incomodarme con su mirada.
Mi teléfono comenzó a vibrar, seguramente se trataba de mi novio, Julián, que a estas horas se supone que debe estar trabajando y que, aunque suene muy extraño, no debería estar hablándome mucho... lo que digo es que, desde algunos meses nuestra relación no es la misma, no hablamos más que algunas cosas, aparte de decirnos los buenos días o buenas noches, es una relación que se ha apagado mucho y no es para menos, solo nos hemos visto una vez, nadie más que mis amigas y Adrián saben de su existencia, en fin, creo que esta relación, si es que se puede llamar de esa manera, llegará a su fin muy pronto.
Levanté la mirada y pude ver a mis padres, ellos, aunque son poco expresivos, tenían sus ojos llenos con lágrimas, los conocía, estaban contentos por mis logros y por ocupar siempre los primeros puestos, amaba a mis padres, así como ellos seguramente también me amaban, la mayoría de las veces, a su manera.
La ceremonia terminó luego de una hora, más o menos y después de la foto grupal, donde aparecíamos mis amigos y yo, fue el turno de que subieran los padres junto a nosotros, así que esperé mi turno, bajé y llegué a mi lugar, junto a mis padres, hasta que nos llamaron para subir nuevamente al escenario. Traté de revisar el móvil, pero no pude, tenía inspectores en cada uno de mis costados y no quería que alguno de mis últimos recuerdos aquí fuera un regaño, además sería visto como una horrible falta de respeto en una ceremonia tan importante.
Cuando el show concluyó por fin, me fui directamente al baño de la escuela y me cambié de ropa porque odiaba mi uniforme, sentía que no me quedaba bien, o al menos, eso pensaba yo, pero mis amigas e incluso Adrián, siempre trataban de que me viera bonita frente al espejo. Me despedí momentáneamente de mis padres y los dejé comprando las cosas que llevarían a casa, les avisé que me iría un momento con Adrián y con mis amigas a celebrar, de alguna manera, que me imagino se nos ocurriría, nuestra licenciatura.
Llegamos a la plaza principal de la ciudad en la que estudiaba, que no era muy grande, nos tomamos algunas fotos y luego conversamos de lo que sería de nosotras, en algunos minutos llegó Adrián, quien tuvo que acompañar rápidamente a su madre a la casa, se apareció con algunos de sus amigos, que en ocasiones también formaban parte de nuestro grupo, pero en lo personal, no me metía mucho con ellos, digamos que no congeniábamos mucho.
_ Camila, ¿Podemos hablar? – mencionó mi amigo corriéndose a un lado para que lo siguiera, dudé algunos segundos en hacerle caso, pero terminé accediendo.
_ Claro. – respondí mientras sonreía al resto de personas que nos estaban viendo, lo seguí hasta una esquina de la plaza, lo suficientemente alejada para que los demás no pudieran escucharnos.
_ Has hablado con tu... bueno, con ese novio tuyo. – preguntó él, aunque el tono que usó al final de la oración era un poco cargado con rabia, no entendía por qué se estaba expresando de esa manera.
_ No, bueno... en la mañana nos dimos los buenos días, cómo cada mañana. Ya lo sabes. – mencioné sonriendo de mala gana, supongo que en el fondo lo seguía queriendo, aunque fuera un poquito, pero ante los ojos de la sociedad, él y yo no éramos absolutamente nadie, porque no podíamos ser algo más que conocidos al solo vernos una vez.
_ Deberías terminar definitivamente con él. – mencionó Adrián sin ningún amparo. Enarqué una ceja por su comentario, esperando que se retractara o que quisiera explicarme porque lo había ducho, pero no fue así, él sabía perfectamente lo que estaba diciendo. – Estoy seguro de que hay muchos otros que se morirían por estar contigo. – agregó sonriendo y bajando su cabeza, como dudando en decir lo que seguía de esa oración. – En especial yo. – terminó de decir. Di un paso atrás producto de la sorpresa, no podía con toda esa información.
_ Adrián, tú y yo solo somos amigos... - comenté nerviosa, no me esperaba para nada esta información y más encima me llega de esta manera, de verdad me hubiera esperado cualquier cosa, excepto esto, es que no me cabía en la cabeza cómo había pasado o cuando empezó a sentirlo. – Nun-nunca me dijiste nada. – agregué con el mismo nerviosismo de hace algunos segundos.
_ No sabía cómo, pensé que ni siquiera me veías como a alguien que no fuera tu amigo. – mencionó y, efectivamente, no podía verlo de otra manera que no fuera esa, él era mi amigo, no podía considerarlo como hombre, si es que ese era el concepto que podía utilizar. – Y creo que ahora es esa la manera en la que me estás viendo, y no cómo el hombre que podría hacerte feliz, Camila, conozco todos tus miedos, tus comidas favoritas, por dios, sé que no soportas el aroma de la cerveza, aunque te mueres de ganas de probar un trago de alcohol. – mencionó, pero no tenía idea de cómo reaccionar a sus palabras.
De pronto vibró el teléfono, me hubiera atrevido a decir que fue la campana que me salvó de esta batalla, no tenía idea de quien se trataba porque, por lo general, a estas horas, Julián seguía muy ocupado. Decidí revisar el teléfono de todos modos, aunque me tocara dejar viendo monos a Adrián, pero me estaba sintiendo muy incómoda con toda esta situación.
Era un mensaje de un tal Leonardo, no tenía idea de quién se trataba, nunca lo había escuchado o hablado con él antes, además que en la sección de amigos comunes tampoco había ninguno, pero de todas formas decidí responderle, tenía curiosidad.
"Hola" – decía su mensaje y sentí que algo se calaba por mis huesos, solo esperaba que no fuera un resfriado.
Eva Davies vive atrapada en un matrimonio sin amor por tres años, sin embargo, no puede dejar ir al que ha sido el amor de su vida. Su vida se volvió monótona, aburrida y triste, demasiado triste. Su esposo, Adán, jamás la valoró, es cruel y está enamorado de la hermana mayor de Eva, Victoria. Cuando la tristeza ensombrece el destino de Eva, decide que jamás volverá a dejar que la traten en menos, conoce a Nikolaus Hoffman quien la ayuda con su proceso de negocio y a volver a encontrar el rumbo de su vida. Está vez lejos de las personas que consideró familia alguna vez y escondiendo un secreto que pudo haber cambiado el destino de toda su vida. ¿Podrá Eva volver a enamorarse luego de los maltratos de su ex esposo? ¿Podrá darle una oportunidad al hombre que está dispuesto a darlo todo por ella?
Greco Morelli, un hombre reservado con una mirada fría y desinteresada, un pasado oscuro y dueño de una empresa multinacional de minería, traicionado por las personas que en algún momento amó y en las cuales confió, se aventura a dejar su país tratando de cumplir una vieja promesa, vengar la muerte de su madre. Alexandra, una adorable chica, hija de unos padres conservadores, y con dolor en su corazón debido a una traición de su ex prometido, pasada de tragos amanece en la cama de un desconocido con el cual aparentemente había tenido relaciones. La lujuria y deseo comienza a florecer entre ambos. Los planes de Greco siguen adelante y es que encontró la oportunidad en aquella chica para completar su venganza, después de todo, era la promesa que no solo había hecho a su padre, sino también a su madre. Más pronto que tarde se da cuenta que todo lo que su madre alguna vez le enseñó se ve reflejado en la chica, poniéndolo en jaque consigo mismo, ¿Qué terminará haciendo? El amor es una fuerza poderosa, pero ¿Es capaz de extinguir la llama de la venganza en un oscuro corazón que se alimentó años de ella? Greco tendrá que decidir si perder el único anhelo esperanzador en su vida valía dejar ir todo aquello que aguantó por años, o al contrario, puede extinguirla él mismo y cumplir con su promesa.
¿Qué pasaría si una tarde encuentras al amor de tu vida paseando por la playa? Un amor a primera vista, ¿Te atreverías a hablarle? Khale Mickelson no lo hizo, vio a aquella hermosa joven caminar por la playa, sus pies tocaban el mar y es que esa tarde se quedó en aquel lugar hasta que la chica se fue, deseando con todas sus fuerzas no perder la cordura. ¿De dónde provenía aquella chica? ¿Cuál sería su nombre? ¿Por qué estaría aquí? Después de todo, era evidente que no era de aquella ciudad, todos se conocían. Por otro lado, Cleare Jones tuvo que abandonar todo lo que amaba por los trabajos de sus padres, se tendrá que inscribir en un instituto de personas diferentes... todo en aquel tétrico lugar era diferente a lo que había estado acostumbrada desde siempre. ¿Podrá el amor en ellos? Khale es hijo de uno de los vampiros más reconocidos de su especie, en él recae el poder y legado de su padre una vez muera, a pesar de que en este mundo cada adolescente puede realizar una vida normal, siempre que no se descubra sobre su especie, Khale intenta mantenerse lejos de cada uno de sus compañeros, es un chico solitario que se ve obligado a contraer nupcias con una chica que conoció casualmente en la playa y qué no había dejado de acecharlo durante la escuela. Cleare es una chica obstinada y amante de la fotografía que piensa que todo su alrededor es completamente normal, cuando su familia se muda a una ciudad distinta, en la que al anochecer ningún alma revuela por la oscuridad se siente llamada a investigar el comportamiento de los ciudadanos. Llega a una escuela de personas diferentes, la tensión en el ambiente es demasiada, pero algo capta su atención apenas llega, la mirada de un chico, la misma mirada, los mismos ojos que la atormentaban en sus sueños, cosa que la dejaba aún más consternada. De pronto, también le dan la sorpresiva noticia de que un acuerdo matrimonial se hizo apenas su nacimiento, ¿Quién será aquel chico? Se pregunta, y se sorprende cuando descubre que es el mismo a quien se había decidido investigar. La distancia e indiferencia entre ellos es notoria, pero algo los unirá, el destino, el lazo rojo, eterno, con el que nacemos y nos liga de alguna manera a una persona hasta el día de nuestras muertes.
Rebecca Klein y William Smith se conocen por aquellas casualidades de la vida que ni nosotros mismos podremos entender, ella pensaba que su destino se había cruzado con el de William porque así estaba escrito en él, no era una mera casualidad, pues desde que cruzaron miradas una sensación electrizante comenzó a recorrer todo su cuerpo. Rebecca o, cómo le gustaba que la llamasen, Becca era la típica niña buena, tímida, no le gustaba llamar la atención, no iba a fiestas, entre otras. En cambio, William, a pesar de su corta edad, había recorrido aquellas calles del placer y había estado viviendo su vida al máximo y sin limitación alguna, aunque de alguna forma constantemente se encontraba buscando aprobación en sus compañeros de parrandas y en sus compañeras de cama. Él se enamora de Rebecca, y al menos eso pensaba, al igual que la hermosa Becca queda perdidamente enamorada de aquel chico tan misterioso y lleno de esas cualidades a las que un día ella aspiraba a poseer, privada de una vida llena de experiencias nuevas debido a sus padres sobreprotectores y a la manera en que ella misma ponía una barrera que la mantenía alejada de todas esas cosas que eran sinónimo de William. Ambos formalizan una relación poco convencional que poco a poco los lleva al fracaso, tienen que poner ambos de su parte y dejarse llevar por lo que sienten y no por lo que los demás dicen para poder salvar su amor, ambos deben crecer para poder dejar de necesitar la validación de su entorno y poder vivir a fuerza ese amor que tanto desean.
Nikolay Petrov, heredero de una cuantiosa suma billonaria y del negocio familiar, hijo único, obstinado, entrenado desde pequeño solo para una cosa, matar a quien se ponga en su camino. Nadie se mete con los Petrov, son la dinastía más poderosa de toda Rusia, pero por algunos conflictos y malas alianzas tendrá que abandonar su país natal y buscar refugio en algún lugar de España, ¿Quién lo diría? Probablemente su padre lo vería como una mancha en el legado familiar y no ayudaría a solucionar los problemas que lo veían envuelto. Ivonne Wilson, una pobre muchacha huérfana que quedó a manos de su tía cuando sus dos padres fallecieron, en distintas circunstancias, algunas sospechosas. Tendrá que sobrellevar una vida que nunca le correspondió y que tampoco pidió, su tía querrá apoderarse de todo lo que alguna vez perteneció a su sobrina y a su madre, da orden para asesinarla, Ivonne entre un vaivén de sucesos se escapa y va a parar a la casa que pertenecía a su novio, pero que ahora, casualmente, pertenece a Nikolay Petrov, el mayor mafioso de Rusia. Él le ofrece refugio a cambio de algunos favores que podrían ayudarle a salir de su desastre, pero qué, comenzaría todo este juego en el que el fiel destino nos mete y qué la cruel vida nos destruye.
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
La historia sigue a Maya Stone, una chica de 19 años, cuya vida tranquila en el hotel de sus padres da un giro inesperado cuando su amiga la involucra en un plan para confesarle sus sentimientos a Ares Bailey, un CEO importante, el cual se hospeda en ese hotel. Aunque Maya inicialmente se muestra escéptica, ya que Ares es un hombre mucho mayor a ellas, siendo una chica que jamás a experimentado los deseos carnales y mucho menos el amor, de pronto todo eso surge cuando ambos se conocen. Ares cae ante la belleza de Maya y aunque sabe que su diferencia de edades podría ser un gran problema, está dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario para estar con ella y sumergirla al mundo de la Dominación. A medida que su relación se intensifica, ambos se dan cuenta de que están destinados a pesar de los obstáculos que enfrentan.
Clarissa Chapman, un día, al entregar preservativos a una habitación de hotel, descubrió que su cliente era su... ¿prometido? ¡Atrapó a su prometido y media hermana en la cama! ¡Solo entonces Clarissa se dio cuenta de que su novio de seis años la había engañado! ¿Qué es más ridículo? Su padre dijo que era porque ella no era atractiva y su hermana lo merecía más. Dejó a su prometido idiota, ¡se encontró con su Sr. Correcto en una aventura de una noche! Espera... ¿por qué este hombre se veía exactamente parecido al CEO multimillonario - Anderson Jordan en la televisión? Anderson era de muchas cosas, guapo, considerado y leal. Nunca imaginó que un apuesto como Anderson se enamoraría de ella, hasta ese día... Su familia de pesadilla la encontró, tratando de arrastrarla al pasado miserable... otra vez...
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Henrik, un joven paranoico de una familia rica, creía que las mujeres eran oportunistas y materialistas. Y por eso que consideraba a Noreen una mujer frívola que lo desdeñaba por su discapacidad. Para vengarse de la muchacha, se disfrazó de mecánico de automóviles y se casó con ella. Al principio, se puso la máscara de un esposo amoroso que se preocupaba por su esposa, pero en realidad, no sentía nada por ella. Todo era una estratagema para que ella cayera en su trampa. Sin embargo, una cosa llevó a la otra y el plan de Henrik lentamente se salió de su control. No fue hasta que finalizó el divorcio que se dio cuenta de lo tonto que había sido. Comprendió que Noreen no era como otras mujeres en absoluto y que estaba locamente enamorado de ella. Hizo todo lo posible para recuperarla. Pero Noreen frunció el ceño y se burló: "Señor Sanchez, debes haberme confundido con otra persona. Nunca me casé contigo. Mi exmarido era solo mecánico de autos, y tú eres el hombre de negocios más rico del país. No creo que comparten ningún parecido entre ustedes dos. Por favor, te agradecería que dejaras de molestarme". Devanándose los sesos para encontrar la forma de reconquistarla, Henrik soltó: "Para ti, puedo volver a ser ese mecánico de autos. Estoy dispuesto a renunciar a todo lo que tengo para reparar los daños. Por favor, regresa a mí, cariño". Eso dejó a Noreen totalmente soeprendida. ¿Qué le estaba pasando a ese hombre arrogante?
"No va a funcionar entre nosotros, Terence". "No me importa, Carla. Te quiero a ti sólo a ti". Nunca sabrían lo que podría suceder si él no se topara con ella o si ella no hubiera decidido acogerlo esa noche. A partir de esa mágica noche, todo había cambiado. Todo parecía diferente de la noche a la mañana. Carla estaba lista para enfrentar lo desconocido en el momento en que decidió tomar la mano de Terence. Pese a los siete mil millones de personas en el mundo, ellos lograron encontrarse el uno al otro penetrando en sus respectivas vidas. Incluso cuando todos le decían que Terence se había ido, ella no podía creer ni una sola palabra, porque Terence era un hombre de palabra y él se lo había prometido para siempre. La gente solían decir que algún día conocerías a alguien al que estarías dispuesto a dedicarle tu vida. Carla sabía que eso era verdad, porque así era cómo amaba a Terence. La Chica de Mi Vida es una novela extraordinaria que te hará reír y llorar, donde descubrirás que, a veces, el amor no está lejos de cada uno de nosotros.