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 DESTINO CAMBIADO

DESTINO CAMBIADO

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1ra temporada Un amor que les parecía prohibido. Enamorado y retenido por el falso vínculo de sangre. ¿Cómo ocultar el amor que sientes por tu propio hermano? Escapar parecía la mejor solución, pero el amor seguiría existiendo.

Capítulo 1 NARRACIÓN DE SAULO LOMBARD

CAPITULO 1

N ARRACIÓN DE SAULO LOMBARD

Mi día es intenso hoy. Parece que todas las mamás de la ciudad lo descubrieron.

tener a sus hijos hoy.

Salgo de otra entrega y me dirijo al vestuario. En el camino puedo escuchar el

tormenta que golpea afuera. Mi reloj ya marca la medianoche, fn de mi

deber. Entro en el vestuario y empiezo a cambiarme. Quiero mi cama pronto.

La puerta del vestuario se abre y me sorprende la cara de Mercedes.

- ¿Que pasó?

- Mujer embarazada, accidente de coche.

- Esta tormenta de mierda.

Respir o hondo y me vuelvo a poner la ropa.

- ¿Dónde está Fátima?

- Aún no llegó.

- Nunca llega a tiempo al cambio de turno.

Salgo corriendo del vestuario y me dirijo a la puerta de emergencia, espero al

ambulancia.

En segundos se detiene y luego se retira la camilla.

.

- Gestación de gemelos, 35 semanas. El auto perdió el control y chocó contra un

árbol.

Los paramédicos dicen empujando la camilla.

- Dolor intenso y corte en la cabeza.

- ¡Por favor! Ayuda a mi esposa.

Un hombre desesperado me mira asustado.

- Traté de controlar el auto.

- ¿Cuál es tu nombre?

- Mauricio Silva.

- Señor Silva, haré todo por su esposa e hijos.

- ¡Gracias!

Cuando entramos en el pasillo comienza otro grito.

- Mercedes, quiero que la lleves a la sala de partos y verifques

rotura de bolsa.

Or deno agilizar el servicio, mientras veo lo que sucede.

- ¡Correcto!

- Veré que pasa y me iré a empezar los exámenes.

- ¡Usted puede, Dr. Lombard!

Camino de regreso a la entrada del hospital y veo un auto estacionado donde

era la ambulancia.

- Alguien que me ayude.

Un hombre se acuesta con otra mujer embarazada y hoy realmente no es mi día. Atrapó

una silla de ruedas y acomodar a la mujer mientras otra enfermera no

llega.

- ¿Qué paso?

- Se cayó por las escaleras.

- ¿Cuantas semanas?

- 37 semanas. Ella está embarazada de gemelos.

Antes de empezar a hacer preguntas, aparece Fátima.

- Déjalo conmigo.

- ¿Está seguro?

- Sí, soy el médico que acompaña a la Sra. Ribeiro.

- Estoy con otra embarazada, cualquier cosa me llama.

- ¡Correcto!

Corr o a la sala de emergencia y en el camino puedo ver al Sr. Silva

desesperado. Me ve correr y no dice nada, solo llora. yo entro

habitación y puedo escuchar los gritos de dolor de la Sra. Silva.

- ¿Cómo estamos aquí, Mercedes?

- Vamos a tener que hacer una cesárea Dr. Lombard. su latido es

balanceándose y parece que al impactar se golpeó el vientre. ya nos encargamos

herida en la cabeza y la medicó.

Respir acion profunda.

- Vamos a prepararlo entonces.

************

Con el paciente debidamente anestesiado, comienza el parto. con la ayuda de

un pediatra y una enfermera, empiezo el retiro del primer bebé. Así

que lo jalo, ya empieza su fuerte llanto.

- Es un niño...

Digo entregándole el bebé al pediatra que ya corre a examinarlo.

- ¿Él está bien?

La madre pregunta llorando.

- Aparentemente todo bien.

T u llanto aumenta.

- Mi Caique... .

No puedo sacar al otro bebé. Miro a Mercedes que ya entiende mi

pánico.

Ella se aleja y se dirige al pediatra. En segundos aparece a mi lado.

- ¿Qué paso?

- Cuerda...

Empezamos un trabajo juntos para no colgar al bebé que está por todos lados

arrollado. Tan pronto como sale el segundo bebé, no lo escuchamos llorar y está

completamente morado. Es una niña.

El pediatra la envuelve en un paño y se va con ella.

- ¿Qué sucedió?

La paciente grita cuando ve correr al pediatra.

- Es una niña hermosa, que necesita cuidados.

- ¿Ella esta viva? ¿Estará bien?

No sé qué responder.

- Está en buenas manos, Sra. Silva.

T ermino la sutura y arreglamos al paciente. Me acerco a ella que parece

impactada por todo y aterrorizada por sus hijos.

- Vamos a llevarla al posparto y pronto estará en la sala.

- ¿Quiero ver a mis hijos?

- Cuando estés bien, el pediatra vendrá a hablar contigo y te dirá

como estan.

Y o sostengo tu mano.

- Hará cualquier cosa por tus bebés.

Ella sonríe y luego es tomada. Salgo de la habitación ya arrancándome la ropa. Veo al Sr.

Silva y el Sr. Ribeiro sentados en la sala de espera. El señor Silva se levanta y

Mira.

- Un niño y una niña.

Empieza a llorar.

- ¿Cómo están ellos?

- Están bajo el cuidado del pediatra. El niño no tuvo ningún problema,

pero la niña se asfxiaba con la cuerda.

- ¿Ella está bien?

- Aún no sé.

- La culpa es mia. Yo estaba conduciendo ese coche...

- Sr. Silva, el cordón del cuello no tiene nada que ver con el accidente. quizas el

El accidente impidió algo peor si el embarazo continuaba.

- ¡Gracias!

- No necesitas agradecer.

Ahor a es mi momento de irme.

************

Entr o en el vestuario y escucho la discusión.

- ¿Cómo puedes hacer eso Fátima?

- Cállate Torres.

- ¿Te das cuenta del dolor que le va a causar a una familia con esto?

- ¿Qué querías? Que ella fue demandada por esa familia rica, propietaria del

¿Toda la ciudad se cagó por matar a su hija?

- Y por eso cambias a una niña sana de una familia pobre por una

¿muerto?

- Será mejor que se encarguen de uno solo.

Me dirijo a la esquina, sobresaltado por lo que escuché.

- ¿Qué hiciste?

El pediatra que estaba conmigo en la sala de partos me mira asustado.

- Nada.

F átima dice mirándolo.

- Dime que la chica cambiada no es la que acabo de luchar para mantener con vida.

Sus ojos caen al suelo.

- ¿Cambiaste a la chica Silva por la chica Ribeiro?

- Lombard hizo lo correcto.

- ¿Cosa correcta Fátima?

Grito avanzando hacia ella.

- Hay un hombre por ahí lleno de culpa, muriendo por abrazar a su hijita.

- Tendrá al niño para abrazar.

La agarro del brazo con fuerza.

- Ambos son sus hijos.

- No seré demandado por perder un hijo.

- Si eres un médico de mierda, es tu problema, pero esta familia

No puedes sufrir por tu culpa.

La solté, sintiendo la ira crecer en mi pecho.

- ¡Ya está hecho! La niña ahora es una Ribeiro. tendrás un hermoso futuro

parte delantera.

- ¡Tu eres loca!

Señalo mi dedo en su rostro.

- Si no dices la verdad, lo haré yo.

F átima ahora me mira con fereza.

- Nadie va a decir nada.

- Yo voy...

Cuando me doy la vuelta para salir y deshacer la mierda, siento un golpe en la cabeza

y todo se apaga.

***********************

16 AÑOS DESPUÉS

N ARRACIÓN FERNANDO RIBEIRO

Escucho golpes en la puerta.

- ¡Entra en!

La puerta se abre y Clara aparece hermosa. Ella lleva un vestido rojo y su

el pelo castaño largo está suelto. Sonreí cuando me vi frente al espejo.

- ¿Quieres ayuda?

Cierr a la puerta y ven hacia mí. Párate frente a mí y pon el

mano en mi camisa.

Cierro los ojos y respiro su dulce aroma. Amo mucho su olor. En

Realmente amo todo sobre ella y eso es raro. Sé que somos hermanos y está mal,

pero mi cuerpo no lo entiende. Clara empieza a cerrar los botones de mi

camisa.

- Cumplimos 16. ¿Tu lo crees?

Su sonrisa es encantadora, pero no tanto como sus ojos azules. Ella es tan

Perfecto.

Mir o el reloj y empiezo a reír.

- En realidad cumplo 16 años, tú aún no has nacido.

Cierr a el último botón y pasa su mano por mi pecho, que me quema.

- Te encanta ser el mayor.

- Sí... Es señal de que estoy a cargo de ti.

P one los ojos en blanco y no puede reírse.

- ¡Cierra los ojos!

Pr egunta y yo levanto una ceja, preguntándome por qué.

- Ciérralo pronto, Fernando.

Cierro los ojos y la siento tomar mi mano. Ponle algo.

- Abrelo...

T an pronto como abro los ojos, veo una cadena con la letra C.

- Para nunca olvidarme.

Abr o una gran sonrisa.

- Olvida cómo he sido perseguido desde mi nacimiento.

- ¡Grueso!

Se lleva la mano al cuello y tira de la cadena que lleva puesta del interior del vestido.

- Siempre estarás conmigo también.

Alise la letra F en su cadena con su dedo. Yo miro el reloj.

- Creo que ahora puedo felicitarte. nacido ofcialmente.

Nos abrazamos y me quedo con la cara en su cuello, disfrutando de su

cuerpo en el mío.

- ¡Yo te amo!

Susurr a y me libera de su abrazo.

- Ahora es mi turno de dar el regalo.

- Me encantan los regalos que me das.

- Yo se. Cierra los ojos.

Clar a cierra los ojos y respira hondo. Me acerco, juntando nuestros cuerpos.

Tu respiración se acelera.

Sostengo tu rostro entre mis manos. Deslizo mi nariz sobre la de ella entonces

sella nuestros labios. Tu boca es cálida, tus labios son suaves. No me

rechazado lo que es bueno, ya que somos hermanos. Pon tu mano en mi pecho y

agarra mi camisa, tirando de mí para continuar. Tu boca se abre y

Deslizo mi lengua dentro de ella, buscando su lengua. claro yo

entrega sin dudarlo y empezamos el mejor beso de mi vida. Nuestra

los labios encajan perfectamente. Dejo de besarla sintiendo la desesperación de

más.

- ¿Porque hizo eso?

Susurr a con su frente presionada contra la mía.

- ¡Porque te amo y te deseo!

- Soy tu hermana, ya lo hemos hablado. No confundas tu amor con

hermano.

- Te quiero como hombre y sé que está mal, pero no puedo

al control.

Abr e los ojos y me mira.

- Dime que no sientes nada cuando estás cerca de mí y nunca más te tocaré.

Sus ojos se llenan de lágrimas.

- Lo que sentimos el uno por el otro no es amor fraternal.

- Es si...

Acer co mis labios a su cuello. Solo lo paso a la ligera en tu

piel sensible que se estremece y ella gime.

- Tu cuerpo no reconoce a los míos como hermanos.

Sigo besando su cuello hasta sus labios. Te beso de nuevo para sentir

tu gusto y tu calor.

- ¡Para!

Me empuja aparte.

- Esto está mal.

- No para mí.

Dirígete a la puerta.

- ¡Claro!

Agarr a la manija de la puerta y puedo oírte llorar.

- Me voy a Londres en 30 días.

- ¿Qué?

- Ya hablé con nuestros padres. Voy a estudiar en Londres.

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