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Mi nombre es Liz, llevo tres años pasando de internado en internado. Todo ello porque mis padres perdieron la vida en un accidente y a mis tíos simplemente no les intereso. Está vez me mandan al internado Agnes Sampson para señoritas. Pronto descubriré que las cosas no son como parecen. La magia existe y lo que más me asusta es que también lo hacen seres sobrenaturales
En la Hall del nuevo colegio hay una estatua de una mujer, con un cartel justo a un lado.
Agnes Sampson era una comadrona y curandera en el área de North Berwick de Inglaterra a finales de la tarde 1500s. Ella junto con otras 70 personas en el área fueron acusadas de asistir a un aquelarre de brujas en la noche de Halloween y de conspirar para matar al rey lanzando un hechizo en su barco, que regresaba con su novia de Dinamarca. El viaje del rey había sido acosado por tormentas feroces, y él creía que las fuerzas oscuras habían conspirado para levantar a la Madre Naturaleza contra él. Los acusados fueron torturados e interrogados por el propio rey. Agnes defendió resueltamente su inocencia, sin embargo, la brida de la bruja, un dispositivo de tortura que sostenía la cabeza a través de cuatro dientes en la boca y estaba encadenada a la pared, demostró más de lo que podía soportar. Agnes finalmente confesó haber molestado a la nave del rey y fue asesinada por estrangulamiento y quema.
Es lo primero que leo en la entrada de mi nuevo internado, estoy tan cansada de vagar de uno a otro.
Ya fue bastante difícil perder a mis padres en el aquel accidente y para colmo mis tíos a los que no conozco no dejan de mandarme de uno a otro.
Solo un año más me repito en mi mente, un año más y seré libre. Me mudarse a un pueblo pequeño y con la herencia que me dejaron mis padres abriré una pequeña herboristería.
No se porque pero desde pequeña me ha gustado hacer "pociones" como les digo yo.
Últimamente no dejo de tener pesadillas aunque siempre se repite la misma.
Hay unas mujeres atadas sobre unos palos y una pira de fuego sobre sus pies. Siento el dolor en mi carne, sus gritos atraviesan mis oídos. Despierto siempre envuelta en sudor.
Sigo parada aquí, esperando a que alguien me diga dónde debo ir. Tengo mi maleta junto a mi. No traigo nada más porque no hay más que traer.
Las clases empiezan hoy y yo ni siquiera estoy instalada. Un grupo de chicas pasan a mi lado me miran como un bicho raro.
Bueno quizás lo sea, tampoco es que me importe demasiado.
- Señorita Mary Lizbeth Hamilton, acompañeme por favor.
En serio mi nombre completo. Si porque este es mi nombre.
La sigo y entramos en un pequeño despacho, decorado de forma un poco obstentosa.
Coge unos papeles y comienza a leerlo, mientras tanto yo tomo asiento.
- Vamos a ver, veo que nació en Escocia y antes vivía en Inverness, ha pasado por tres internados en los últimos tres años. Sus notas son aceptables aunque siempre se puede seguir mejorando...
Yo asiento, la verdad es que no tengo nada que decir.
- No me he presentado adecuadamente mi nombre es Ingrid Cook, soy la directora de este colegio.
Debes de saber que el internado Agnes Sampson es uno de los más prestigiosos de toda Europa, no es sencillo conseguir plaza aquí. Así que sientete orgullosa de estar aquí.
Me ha dado dos uniformes, en serio como odio las faldas y esos zapatos se ven horribles. Me ha dado los horarios, las clases y mi número y llave de mi habitación. También me ha dicho que es compartida.
Puff!! Espero que mis compañeras puedan ser agradables, solo me faltaba que fueran unas víboras.
Paso a la habitación veo tres camas, tres pequeños armarios y tres pequeñas mesas cada una al lado de cada cama.
Las dos primeras están ocupadas por el lío que tienen encima, asi que solo queda una debajo de la ventana estaba debe de ser la mía.
La puerta se abre y pasa una chica rubia de ojos azules, en serio no puede ser real parece una modelo, detrás de ella aparece una morena de pelo largo y liso.
En serio no pueden ser reales son tan guapas. Y en cambio yo pelirroja pequitas salpicadas por mi cara, ojos verdes y mi cuerpo hasta que las ví a ellas creía que no estaba mal.
- Hola bienvenida mi nombre es Madisson y ella es Cris. Dice la rubia sonriéndome.
- Gracias, yo soy Liz, digo mientras les devuelvo una sonrisa.
Bueno parece que no empieza mal, ojalá y todo siga así.
- Que clases tienes? Pregunta Madisson curiosa.
Ni siquiera las he mirado. Le enseño el papel que me dió la directora.
- Ella lo mira detenidamente, compartirnos cuatro clases. Eso está muy bien.
- Que tipo de ser eres? Pregunta Cris la morena
Cómo que tipo de ser soy!! Que pregunta es esa.
- Pues soy un ser humano, que otra cosa podría ser. Digo sonriéndole.
Tengo que ser simpática, no quiero que me vuelva a pasar lo que en mi último colegio. Nadie me hablaba y realmente me sentía sola.
Veo como le da un codazo la rubia a la morena. La otra la mira confundida.
- Cuántos años tienes Liz? pregunta Madisson.
- cumplo diecisiete en tres días. Respondo firmemente.
- Es por eso, entonces hasta que no cumpla los diecisiete no serán manifestados sus dones. Dice Cris de nuevo.
Yo las miro confundida, que dones? Que se tiene que manifestar?
- No le hagas caso, aveces solo dice tonterías. Dice Madison comenzando a reír.
Me dicen que me ponga el uniforme y coja mis libros tengo una clase en quince minutos.
Bajo con ellas por las escaleras, la morena se despide y toma otro camino.
Yo sigo a Madisson al interior de una clase, me acomodo a su lado en la última fila. En todos estos años he aprendido que aveces lo mejor es pasar desapercibida.
Un profesor con pelo canoso y lentes redondas entra en la clase. La verdad es que me resulta gracioso, anda de una forma muy peculiar.
- Otro año volvernos a vernos señoritas, este año tenemos el placer de contar con nosotros a la señorita Mary Lizbeth Hamilton, cuya madre figura en el cuadro de honor de esta academia.
Todas me miran fijamente, a tomar viento el pasar desapercibida!! Yo simplemente les dedicó una sonrisa finjida.
- Abran los libros por la página 26.
"Historia de lo sobrenatural"
Vaya temas raros vamos a dar aquí. Paso la siguiente hora escuchando atentamente al profesor, nunca una clase me resultó tan interesante.
Aunque sea un poco fantástica me ha resultado una clase entretenida.
Nos dirigimos a clase de química, está no creo que me guste tanto.
Cuando la termino estoy emocionada, no se ha parecido en nada a las clases de química a las que estaba acostumbrada. Hemos echo un montón de mezclas y parecían pociones. Creo que está va a ser mi clase preferida.
- Hora de comer, dice Madisson emocionada.
Pasamos al comedor, y muchas chicas están sentadas comiendo o charlando.
La comida no parece estar mal, nos sentamos en una de las mesas que están vacías, al poco llega Cris acompañada de otras dos chicas.
- Esther, Karen les presento a Liz es su primer año aquí. Dice Cris.
Y el último digo para mi.
- Encantada. Digo amablemente.
- Que suerte tener a una madre como la tuya, debe de enseñarte un montón de cosas. Dice una de las chicas ahora no estoy segura de su era Karen o quizás Esther.
- Bueno si ella era maravillosa, la echo mucho de menos. Digo mientras mis ojos se llenan de agua.
- Todas los echamos de menos pero dentro de poco los podrás volver a ver. Dice Madisson cariñosa.
- No, no creo que los vuelva a ver. Mis padres murieron hace tres años en un accidente.
Para que voy a mentir, quiero hacer las cosas bien, prefiero ser sincera.
Veo como a todas les ha cambiado la cara.
Paso la comida en silencio, solo una voz me saca de mi ensoñacion.
- Vamos Liz, llegaremos tarde a clase de gimnasia. Además allí podremos ver a los chicos. Dice Madisson son dejar de sonreír.
En serio no parece real, cuerpo de modelo, guapísima y siempre feliz.
Espera ha dicho chicos, como que chicos si este es un internado solo de chicas. Más tarde se lo preguntaré ahora está demasiado ocupada, aplicando rimel en sus pestañas.
Mi vida siempre ha sido normal, demasiado normal se podría decir. Siempre ha sido igual, sola en el colegio, sola en instituto y sola en casa. Desconozco la razón pero nadie nunca se ha acercado a mi. Así que el día que mi madre me dijo que nos mudaríamos a un pequeño pueblo en Alaska no dije nada. No dejaba a nadie atrás ni a nada. No podía imaginar lo mucho que mi vida cambiaría pocos meses después. Yo el alma gemela del Rey de los hombres lobo. sí solo con decirlo suena broma.
Lord William Cárdigan tiene la obligación de casar a sus tres hijas, ha concertado los matrimonios desde su niñez y aunque ellas lo desconocen no es algo a lo que puedan objetar. Ser mujer en esta época no es la mejor de las opciones, Solo sirves para servir, obedecer y criar a tus hijos. Olvídate de pensar y sobre todo de conocer el amor. Con suerte si te toca un buen marido puedas a crear una amistad.
Después de tantos años simplemente dejé de buscarla. Pero aquel día lluvioso un pequeño bulto chocó contra mí. Ella poseía un aroma exquisito, estaba claro, ella era mi mate. Cuando quise mirarla vi que estaba muy mal herida. Y si esto ya era malo lo peor de todo es que ella era humana.
Serenety Moore vive una vida tranquila junto a su abuela hace casi diez años sus padres murieron en el ataque de la manada. Desde entonces vive a las afueras con su abuela. Su vida es tranquila no se relaciona con nadie de su raza, ella estudia y trabaja en un pequeño pueblo habitado por humanos. Pero como no todo puede ser tranquilidad, ni felicidad un día reciben una notificación de la manada, se celebrará un censo y tienen que acudir, no es una invitación más bien es una obligación. Allí descubrirá quien es su mate y no se tratará de uno cualquiera sino de Caleb Lewis, el Alfa más aterrador de toda América. Ella se negará y lo intentará rechazar. Por nada del mundo quiere que su vida cambie y menos al lado de un ser sanguinario y cruel. O al menos eso es lo que ella cree.
Italia 1807 El papa Pío VII tiene un nuevo capricho casar al hijo díscolo de los duques de Milán, con una señorita de intachable virtud. Cuál es su sorpresa al conocer a Francesca hija de su mayor proveedor de vino, ella es la indicada, católica, bella y obediente. El trato es claro o accedé a casar a su hija con el futuro Duque o se quedará sin trabajo. La cosa es simple. Que opinara el joven Alesso Sforza de su pronto matrimonio, nadie nunca ha desobedecido una orden papal. Se atreverá el a desafiar a la mano de Dios en la Tierra. Se avecina tormenta: • Un matrimonio impuesto • Nueva vida • Miedo, desconfianza, celos, traiciones y sobre todo mucho amor.
Alessandra siempre ha cuidado de su familia aunque por su edad no le pertenecierá hacerlo, cuidar de dos hermanas menores y un padre enfermo es lo que le ha tocado vivir. Acaba de cumplir diecinueve años ella tiene ganas de vivir y de volar alto, pero sabe que ese es un sueño que quizás nunca pueda alcanzar. Un día al regresar del mercado, su padre le comunica que la ha prometido, con el dinero que le han ofrecido podrán vivir mejor. Ella no se puede negar sus hermanas tendrán una vida mejor. Su mundo ha cambiado en apenas dos días se marchara de casa y su mundo no volverá a ser igual. Quién será su prometido? Y por qué ella es la elegida? Solo sabe que su futuro esposo es un duque y ella una simple plebeya.
Hace tres años, Avery quedó maltratada y sola por el hombre que más amaba, Dylan, pero ella completó valientemente la ceremonia de la boda mientras estaba embarazada. Tres años después, aunque estaban casados, con el tiempo se distanciaron. Avery se centró en su carrera y ya no creía tontamente en el amor. Pero su transformación instantáneamente hizo que Dylan entrara en pánico... ¿Y cuál es el secreto de hace 11 años que Avery siempre se ha mostrado reacia a revelar? *** "Fue a un bufete de abogados, se reunió con un abogado..." ¿Un abogado? ¿Avery está demandando a alguien? ¿OMS? ¿Existe algún litigio reciente contra la empresa? De repente, Dylan se rió entre dientes con frialdad: "¿A quién podría demandar? Soy el director ejecutivo de esta empresa. ¿Cómo es que ese asunto no me llega a mí primero?" La asistente tragó nerviosamente y habló en voz baja: "Señor, no hay ningún litigio contra la empresa. Se reunió con... un abogado de divorcios".
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Amar y ser amada es lo que toda mujer sueña. Sin embargo, lo único que Debbie quería era el divorcio. Llevaba tres años casada con Carlos, un joven multimillonario a quien ni siquiera había visto la cara. Cuando por fin decidió poner fin a su irónico matrimonio e ir en busca de la felicidad verdadera, apareció su supuesto marido y le pidió que lo intentaran de nuevo. A partir de entonces, Carlos se sentía increíblemente atraído por el espíritu libre y salvaje de Debbie y se enamoró de ella. Él comenzaba a mimarla. Poco a poco, lo que había entre ellos se iba a convirtiéndose en una atracción irrefrenable. Esto es una extraordinaria historia de amor donde descubrirá que, a veces, el amor no está muy lejos de cada uno de nosotros.
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