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La protección de la luna.

La protección de la luna.

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La luna, venerada desde su creación ha sido un gran enigma para muchos. Provee y también.. Quita. Largas e interesantes historias la que contaría, sin duda, quizás si está de buen humor, hable de sus seres favoritos. -¡Él es un ser de la luna! -¿Un ser de..? -No, él no es un ser de la luna.. Es la luna misma. -Y una muy enojada. ..... -Tú.. Eres quién chocó conmigo el otro día. -¿Es así? -Si. .. ¿Me estás siguiendo? -.. Pero que huma.. .. Joven con autoestima tan alta. ¿Crees que necesito seguir a alguien?

Capítulo 1 Primera parte.

La luna, venerada desde su creación ha sido un gran enigma para muchos.

Música. Tambores suenan en manos de una mujer, la cual danza en torno a una fogata. Cubierta en sudor canta a la luz de la luna, con su contoneante falda larga hasta sus tobillos. Alhajas en sus manos, frente, tobillos y cintura suenan al compás de sus calculados movimientos. Con una sonrisa en su boca deja caer en el fuego sus lágrimas de anhelo, a pesar de ser medianoche, su baile es igual de enérgico que al inicio de este al atardecer.

Dika, esta mujer con 20 años de edad se encuentra humillada por su pueblo ya que está soltera. En su cultura ella debió desposarse desde los 12 años, de tardarse a los 15 años; por esto se le considera una deshonra. Ella es descendiente de la matriarca de un pueblo nómada sinti, criada para ser una líder fuerte, desde niña añora su boda.

Sin nada que perder, al cruzarse con otro grupo nómada habló con los ancianos de esta, los cuales le dieron consejos para ser una dama casadera. Hasta que una noche mientras caminaba por un sendero en el bosque vio una hermosa criatura.

Sobre una piedra en el río, se encontraba lo que parecía un hombre, una hermosa cara fina con cejas delgadas, una nariz perfilada, rasgos finos; una altura de 1.82 cm, cabello pelirrojo hasta su hombros con una flejo que casi cubre sus atrayentes ojos miel con matices naranja; 1 pluma larga color verde esmeralda sobresale de cada lado de su cabeza, estas 2 plumas asemejan grandes cuernos haciendo de su delgado y musculoso cuerpo aún más imponente; su piel sin una sola marca resplandece a la luz de la luna; una gran cola llena de escamas sobre sale de la parte trasera de su blanca toga.

Dika corrió hacia un árbol asustada y maravillada, su pueblo cuenta muchas leyendas, más le es difícil creer en algo que no ve.

Con un suave movimiento de su cabeza, la criatura dirigió su vista hacia Dika. Con una sonrisa le habló de manera dulce.

?- Humana, no deberías estar aquí. Es casi el cambio de estaciones, la luna casi está llena y las criaturas empiezan a sentir la fuerza de la presencia de los dioses.

Con un ligero temblor, la mujer salió de su escondite, sin duda era una mujer bella. Dika tiene el cabello negro, ondulado hasta la cintura, piel morena y ojos cafés, de 1.70 cm. de altura.

D- Mis disculpas, por favor perdóneme.

Quitándose su collar del cuello, se lo ofreció a la criatura mientras se arrodillaba en el suelo. Se decía entre los humanos que siempre que ves a una criatura mítica debes darle una ofrenda, o lo pagarás con tu vida. El collar de Dika le fue entregado por su abuela, se dice es un collar antiguo de la época de los dioses de antaño.

Entrecerrando los ojos, la criatura con una expresión desconfiada se acercó a la mujer, mientras gruñía suavemente sus plumas brillaron y su cola se prendió en llamas.

?- ¿Qué buscas? Habla humana. ¿Qué añora tu corazón? Yo, Adom. Sirviente de los dioses te daré el honor de mi conocimiento a cambio de tu ofrenda.

Asombrada, Dika levantó su mirada, una gota de sudor bajaba por su frente ante su nerviosismo. Ver a la criatura a distancia era una cosa, pero tenerla de frente le causaba un fuego en su interior.

D- Oh, hermoso ser. No soy digna, más agradezco a los dioses que han escrito este encuentro en mi destino. Lo único por lo que mi alma clama en este momento es una pareja, ya soy mayor y soy un peso para mi gente.

A- Ustedes humanos son tan apresurados, pobres criaturas con tan corto tiempo de vida.

D- Está usted en lo cierto, somos insignificantes. Ruego me disculpe por mi atrevimiento.

Tomando el collar en sus manos, Adom palpó las gemas, el peso del metal precioso y observó a Dika.

A- Escucha bien humana, harás todo tal cual lo diga. ¡Ningún otro humano debe saber esto! Ni siquiera tu futura pareja. Esto es lo que harás. ….

Así, la criatura y Dika hablaron toda esa noche.

Dika había esperado mucho por ese día. Mientras todos se ocultan, ella baila en la noche de cambio de estaciones. Algunas hadas y faunos la observan entre las sombras, atraídos hacia la magia. Dika empieza a llorar aún más desesperada, creyendo en su corazón las palabras de la criatura. Su sonrisa se esfuma a las 3 de la madrugada, sus pies le duelen, se encuentra exhausta y agobiada. Sintiendo como agua empieza a caer baja el ritmo de su baile, su pecho se llena de aire con ímpetu por el extenuante ejercicio. En ese instante todo se detiene. Las gotas de lluvia flotan en su lugar, el viento sopla errático y las criaturas del bosque hacen una reverencia.

Una voz resuena tétrica en el ambiente, grave e imponente.

?- Humana, has invocado a mi hermano, el dios de la luna, más he sido enviado en su nombre. ¡Da gracias e inclínate ante el mayor de los dioses! Soy aquel al que llaman Apolo, Thor, Ra, Shiva.

La mujer se arrodilla rápidamente en el piso, colocando su frente contra la tierra mientras tiembla. Un hombre hermoso y terrorífico se muestra ante ella.

Luego de unos momentos de regocijarse en la reverencia de la humana, el dios habla nuevamente.

A- Habla. ¿Qué es aquello tan importante para convocar la antigua magia? Mi hermano no quiere a los humanos en esta vida, pero me ha enviado, no me hagas perder mi tiempo.

D- Oh, gran dios. ¡Deseo un marido! Soy la siguiente matriarca de mi pueblo, aunque mi tiempo como dama casadera ha pasado, es mi anhelo poder ser útil para mi pueblo.

Con una mirada molesta, Apolo observa a la mujer. Dejando salir un suspiro, peina su largo cabello blanco intentando calmarse.

A- ¡¡Para eso ..!! … Bien, escucha. Espera aquí, si no vuelvo antes del amanecer, vete.

D- ¡Gracias! ¡Oh gran dios, muchas gracias!

En un parpadeo, el hombre desaparece. La lluvia cae sobre Dika, la cual espera al dios de rodillas.

2 horas después, Dika teme por su destino, el amanecer está cerca y el dios no ha vuelto. Con sus piernas entumecidas lágrimas llenan sus ojos.

A- Humana, ten esto.

Asombrada, la mujer levanta la cabeza con lágrimas cayendo por sus mejillas. Apolo le da un pequeño frasco con un líquido blanco resplandeciente con ligeros brillos azules.

A- Éste es el trato que te ofrece Atenea. Te dará una pareja, a cambio, tú tendrás el honor de tener a su primogénito. El cual debe ser también tu primogénito. Bebe esto humana, tu destino está sellado.

Titubeando, Dika bebe todo el líquido del frasco. Con una sonrisa burlona Apolo desaparece con los rayos del amanecer.

1 año ha pasado desde entonces, Dika ya no es pretendida por nadie, antes tenía pretendientes pasajeros, pero ahora los hombres la ven y la ignoran. Al principio le pareció extraño, pero recordando el trato con Atenea, deja sus malos pensamientos de lado.

Otros 6 meses han pasado.

Dika despertó esta mañana de mala gana, con un bostezo se estira en su cama. Caminando por el bosque de manera distraída se dirige al río más cercano, cambian de locación constantemente, pero está confiada firmemente en que los dioses la encontrarán nuevamente y le entregarán a su pareja. Mientras toma un baño en el río, la mujer escucha un rugido. Asustada nada hacia la orilla, mudándose de prisa. A los minutos escucha como ramas se quiebran ante los pasos de un ser vivo. Escondiéndose tras unos arbustos, Dika se asoma por entre las ramas.

?- ¿Quién anda ahí?

Escuchando tal voz masculina, Dika sale de su escondite, ansiosa de ver al dueño de tal voz. Un hombre de piel tipo VI, oscura, con un lunar cerca de su ojos color aceituna. Su pelo negro corto rizado tiene un par de hojas de árbol. Su cuerpo fornido y altura de 1. 90 hacen a Dika levantar su vista a pesar de la distancia. Aquel calé de rasgos toscos y poco atractivos los cuales le dan cierta masculinidad a ojos de Dika, se muestra frío ante la mujer la cual se acerca confiada a este contoneando sus caderas. Las alhajas tintinean malhumorando al hombre, el cual observa a la mujer como si esta le estorbara. Soltando el animal que arrastra por el piso, el hombre saca un pañuelo y seca su sudor.

D- Cazador, ese animal. ¿Qué te ha hecho?

?- ..

Ignorándola, el hombre la ve de manera indiferente.

D- Mi casa está cerca, si gustas venir, eres bienvenido.

Pasando al lado del cazador Dika sigue su camino, deseando que este la siga. El hombre, a regañadientes, camina a unos metros de Dika. Entrando con los zapatos sucios en cuanto llegan a la casa de esta, se sienta confiadamente en el sillón, acomodando el animal entre sus piernas, lo abre, destripándolo en el lugar.

Un par de horas después aparece la madre de Dika, mareandose ante el olor del animal en cuanto entra a la casa, observa con recelo al hombre.

-¿Quién eres?

?- ¿Quién es usted?

-Soy la matriarca.

?- …

Sirviendo el almuerzo, Dika se asoma por la puerta.

D- Madre, pasa, la comida está servida. Joven cazador, pase por favor.

-...

?- No iré, tu matriarca no me quiere aquí.

D- ¡Madre! Debes ser cortés con las visitas.

-Me voy.

La madre de Dika había hablado con esta ya un par de veces, Dika había cambiado ligeramente y ahora le gusta pasar más tiempo en los lugares, un lujo que ellos no se pueden dar.

?- Así está mejor.

Acomodándose en la mesa, el hombre comienza a comer de manera desordenada.

2 semanas después, ambos se desposan. La madre de Dika se opuso de muchas maneras, pero Dika insistía en que ambos se aman. La mujer se había enamorado de aquel tosco hombre, el cual la trata de manera indiferente. Durante la noche de bodas, Sullivan, el ahora marido de Dika, tomó sin cuidado alguno a la virgen mujer, la cual se revolcó en su lugar rasguñandole mientras lloraba para que se detuviera.

La mujer sangró durante 2 días, en los cuáles su marido siguió poseyendola, empezando a sentirse enferma a las 3 semanas. Mareos, fiebre, vómitos y dolor de abdomen agobiaban a la mujer; una curandera de su pueblo la atendió una tarde en que la mujer cayó desmayada. Alarmados, buscaron a Sullivan para que fuera con ella, pero este les ignoró dirigiéndose sólo una frase mientras se iba.

S- Es mi mujer, déjenla, se le pasará.

Molestos regresaron con la matriarca. Dika se encontraba embarazada, más su estado era algo delicado debido a la hemorragia que sufrió en su noche de bodas. Su madre se acercó a ella con una expresión seria.

-Dika, nos iremos en 1 mes.

D- Yo.. Se lo diré a Sullivan.

-No. Vienes con nosotros, o te quedas con él. ¿Cuál eliges?

D- Madre, lo amo.

-Que así sea.

Con el entrecejo arrugado y un tono molesto, la madre de Dika no le volvió a dirigir la palabra, sin embargo cuida de Dika el siguiente mes.

Sullivan se mostró molesto todo el embarazo de Dika, durante el parto se va a una taberna.

Durante la madrugada Dika siente contracciones, aguanta todo el día el dolor, más no es hasta reventar fuente que le dice a Sullivan que vaya por un médico. El hombre la mira indiferente, observando su abultado abdomen arruga el entrecejo y sale hacia la taberna mientras azota la puerta de la casa de Dika.

Sudor baja por la frente y cuerpo de Dika, la partera toma su mano, revisandole cada 10 min ya que sus contracciones son sumamente frecuentes.

-Niña. ¿Dónde está tu marido? Necesito agua caliente.

D- Él no vendrá, por favor vaya usted, ya no puedo más.

-¡Dios!

Apresurandose la partera va por lo que necesitaba. Dejando a Dika en la cama apretando las sábanas con sus manos.

Dika intenta respirar lentamente, más el dolor aumenta en cada contracción, haciéndole rechinar sus dientes. Cuando la patera regresa a su lado, la cabeza del bebé se asoma por el canal de parto.

-¡Niña!

Tomando suavemente la cabeza y cuello del bebé la mujer le da una orden a Dika.

-¡Puja! Lo más fuerte que puedas.

Tomando aire, Dika puja por última vez en esa noche, escuchando un suave sollozo limpia el sudor de su frente mientras intenta controlar su respiración. Con una sonrisa cierra sus ojos momentáneamente, dirigiendo su mirada hacia los pies de la cama. Observando a su primogénito su sonrisa se borra de su rostro por un momento.

Tomando al recién nacido le observa, de piel y cabello blanco, el niño se remueve entre las mantas mientras llora. Faltan 30 minutos para el amanecer y Dika, en contra de las protestas de la partera, sale con el bebé en brazos, dejando que la luz de la luna lo cubra. Como resultado, el pequeño bebé cesa su llanto.

Al amanecer Sullivan vuelve, al ver al niño toma sus herramientas y se va de caza.

3 semanas después mientras Dika pasea con el bebé por la ciudad, se mete a un callejón.

D- Gran dios Apolo. ¿Es usted?

Viendo sombras apresura su paso, mientras risas burlonas suenan a su alrededor.

Esa noche, mientras Dika cocina la cena, Sullivan entra en la casa con su mal humor brotando por cada uno de sus poros. Pocas veces este le dirigía la palabra a Dika, así que ella no esperó palabra de él esa noche.

D- Bienvenido, la cena cas… ¡!

Interrumpiéndola, se acerca a ella con un gran cuchillo. Su rostro no muestra más que ira.

S- ¡¿De quién es el bastardo?! ¡Tú, maldita mujer! ¡¿Cómo te atreves a engañarme?! ¡Seguro es de payo! ¡¿Cómo te atreves a deshonrarme?!

Horrorizada, la mujer intenta tranquilizar al hombre, temiendo por el hijo del dios.

D- ¡¿De qué hablas?! ¡Yo jamás te ….!

Antes de que la mujer pueda dejar de hablar, Sullivan le incrusta el cuchillo en el estómago. Dika cae al piso, desangrándose lentamente mientras Sullivan la observa.

Tomando al bebé en brazos, Sullivan sale al bosque.

En cuanto el esposo de Dika salió de la habitación, un joven de ojos rasgados azul capri y tonos azul acero entra, acuclillandose observa a la mujer en el piso, la cual le observa en silencio.

?- Inmolar un hijo para no estar sola, nunca es buena idea~.

Risueño el hermoso joven observa como la cena que Dika preparaba poco a poco comienza a prender fuego a la casa.

Sullivan se dirigió a lo más profundo del bosque, encontrando un claro escucha a los lobos aullar, con temor por su propia vida deja rápidamente al pequeño niño en el monte, corriendo de vuelta a la taberna del pueblo.

Luego de eso Sullivan vivió tranquilamente en el pueblo, encontró otra mujer la cual le amó con el corazón y le dio 2 hijos, pero este al igual que con Dika nunca amó a la mujer, murió de viejo tranquilamente en su cama mientras su familia le cuidaba.

Aysel, así fue nombrado el niño. Segundos después de que Sullivan le dejara en el monte, una brisa sopla suavemente entre los árboles trayendo consigo flores de robinia pseudoacacia. Tomándole en brazos un hombre con ojos rojos carmesí le observa detenidamente, acunandole entre sus brazos.

Así fue llevado al olimpo, criado entre dioses a pesar de estar al cuidado de su padre Loki, Aysel creció en soledad. Al tener 1/8 parte humana, creció como un niño normal, dejando de cambiar a los 25 años. A la edad de 15 años se le empezó a permitir pequeñas visitas a lo que los dioses llaman "mundo terrenal".

A sus 30 años de edad, Aysel pasea tranquilamente entre sus montañas favoritas, viendo un pequeño niño de una familia rica acercarse al río de manera peligrosa. Segundos después el niño cae por la orilla, siendo llevado rápidamente por la corriente. Aysel, al igual que su madre, puede empatizar con los demás, sintiendo el remolino de emociones del pequeño niño como suyas, no puede más que correr y ayudarle. Sumergiéndose con rapidez en el agua, toma de la cintura al pequeño sacándole a la orilla. En cuanto toca la cara del niño, los recuerdos de este fluyeron a él inevitablemente, ya que se distrajo al rescatar al pequeño y por ello perdió levemente el control de su habilidad.

Altramuz, de tan sólo 8 años de edad vivía rodeado de lujos y al igual que Aysel su alma se encontraba rodeada de soledad. Su familia le proporcionaba todo para sus estudios, sin embargo Altramuz no tenía nadie en el mundo que se preocupara por él. ¿Cuántas veces tuvo que escuchar a las sirvientas susurrar por los corredores de la casa cuán afortunadas serían si el pequeño niño les prestara atención? Ya que así lograrían un ascenso. ¿Cuántos hijos de los sirvientes le fueron presentados? Para así ganar su favor.

Lágrimas corren por las mejillas de Aysel, mientras le dedica una hermosa sonrisa a Altramuz. El niño se sorprende al ver a su salvador llorar, más se alegra de corazón por la sonrisa tan cálida que le es ofrecida, devolviendo la sonrisa de manera encantadora.

Esa sonrisa hace que Aysel tome una decisión. Proteger a Altramuz por lo que le resta de vida.

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