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Polos opuestos

Polos opuestos

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Max Evans es el típico chico malo del que te enamoras y terminas en terapia con el psicólogo por el resto de tu vida , un iman para las chicas, pero no para Melek, ella es una joven gordita de 21 años que asiste a la universidad de Harvard, en la especialidad de Artes, talentosa se dedica a retratar dibujos realistas con lápiz, allí conocerá a su primer amor, un bibliotecario sin embargo, ella no contaba con que el hermano de este fuera el nadador y sexy chico malo que tanto detesta desde el primer instante que lo vió, el cual se entera de su amor no correspondido y decide ayudarla. Aunque nada es gratis, ¿Que hará para lograr su objetivo? con quien además tendrá una colorida amistad. ¿Solo tendrán una amistad o nacerán sentimientos románticos entre los dos?

Capítulo 1 Harvard

Conocen a esa chica con la que van a la escuela y le dicen la Gordis, Porky, ballena, Fiona y un sin fin de apodos, pues esa soy yo.

Tengo 20 años con sobrepeso y mido 1.56 metros si soy bajita lo sé, aunque desde niña mi peso ha sido una preocupación para mí familia, he sabido sobrellevarlo con la pubertad, debo admitir que usar ropa holgada el doble de tu tamaño toda la secundaria no ha ayudado a mi autoestima.

Ahora solo espero terminar mi etapa de preparatoria e iniciar una nueva vida universitaria.

-¿Creen que mi vida no es difícil?

Nunca he tenido una cita romántica o besado a un chico sin mencionar que sigo siendo la única virgen del salón y no por decisión propia créanme.

Tal vez mi aspecto sea el culpable, usar camisetas blancas y jeans de los 90 no resalta mi figura, además uso brackets y lentes, una completa nerd gorda.

Vivo en Boston, en una casa suburbana, mis padres son cariñosos y tienen un matrimonio feliz de hace 20 años, soy hija única así que ya se imaginarán lo sobreprotector que pueden ser.

Mi padre es turco, su nombre es Kiral tekin, es bien parecido, lástima que no herede su belleza, solo sus ojos verdes y cabellera rubia, tiene un negocio propio de Mecánica.

Y es mi consejero en la vida, somos una familia muy unida.

Estoy en casa disfrutando de mis vacaciones de verano esperando por la carta de aceptación de la universidad de Harvard, llene mi carta de solicitud junto a mi amiga Caroline Johnson, nos conocemos desde la primaria y hemos sido inseparables, ella fue aceptada en la universidad y yo aún estoy en espera.

Ambas estamos en mi habitación cuando mi madre entra por la puerta sin previo aviso emocionada.

- ¡Ya llegó la carta! Mel. -

-De verdad mamá. -

Bajé deprisa las escaleras hasta llegar al comedor donde está todo el correo, mi corazón está latiendo fuerte de los nervios, Caroline abre la carta por mí y yo tomo una bocanada de aire exhalando lentamente.

Comencé a leer su contenido.

-¡Por favor Dios! Espero haber sido aceptada. -

Caroline no se aguanta las ansias y se acerca a mi lado para leerlo conmigo, mi mamá está nerviosa casi se come sus uñas de la desesperación.

- ¡Y bien qué dice la carta! me están matando de la duda chicas. -

- Señora Mackenzie, Mel... ella...fue.-

Caroline se cubre la boca con la mano.

- Fue... ¿Que? hablen ya.-

- Señorita Melek tekin Mackenzie la universidad de Harvard le notifica que su beca ha sido aprobada. ¡Me aceptaron! -

- Gritando y saltando de felicidad.

Mi madre suelta un grito de emoción y felicidad abrazándome con fuerza que siento que me romperá las costillas.

-¡Oh por Dios! qué gran noticia, tu padre tiene que saber esto. -

Toma su móvil y está llamando a mi papá.

Esa noche mi padre regresó temprano del trabajo y salimos a cenar a un restaurante a celebrar, solo tenía una semana para mudarme a Cambridge.

Pero en definitiva serán nuevas experiencias, nuevo año, nueva ciudad, nuevas personas, nueva yo.

Esa semana pasé volando, mi padre me acompaña a Cambridge, algo vergonzoso para mí gusto pero lo entiendo somos muy unidos, mañana será el primer día de orientación y hoy estoy aquí para mudarme a mi dormitorio.

Mi papá me ayuda a bajar las maletas del auto, cuando veo a Caroline también, ella se acerca a nosotros.

- Hola señor Kiral, ¿No creí que lo vería aquí? -

- estoy ayudando a Mel con la mudanza.-

- Bueno, desde aquí creo que puedo hacerlo sola papá. -

Mi papá me abraza fuerte ya despidiéndose de mí, puedo sentir las miradas a mí alrededor.

- Me llamas todos los días está bien, me harás mucha falta cariño. -

- Lo prometo papá, te quiero mucho cuídate. -

- Yo también, eres mi niña. -

Mi padre sube al auto y se va, Caroline me acompaña ayudándome a cargar las cajas.

- ¿Cuál es tu cuarto? déjame ver el papel. -

- Creo que es el 17B. -

- Eso es genial, mi cuarto es el 2B estamos algo cerca aunque mi compañera de cuarto es algo rara sabes. -

-¿Cómo así? -

- Ya la conocerás. -

Llegó al cuarto, pero para mí sorpresa no tengo compañera de cuarto, al parecer estaré yo sola, me parece mejor. Estoy terminando de desempacar y arreglar mi ropa cuando entra Caroline a mi habitación con su nueva compañera de cuarto.

Es una chica con corte varonil y maquillaje aesthetic con piercing en la nariz y tatuajes en la clavícula, es bastante guapa su estilo de vestir son unas faldas cuadriculadas y top negro de hombros abiertos, con medias negras y botas.

- Hola mucho gusto soy Izy. - Extendiendo su mano.

- Hola, soy Melek. -

-¿Qué nombre es ese? -

-Es de origen turco, significa Ángel, pero puedes llamarme Mel. -

- Me parece bien, entonces chicas ¿A dónde iremos? - esbozando una sonrisa.

- Si bueno, pensé... que sería bueno salir, conocer un poco la ciudad.- exclama Caroline.

- Bueno, no lo sé, quería prepararme para mañana. -

- Mañana es la orientación que preparación necesitas, disfrutemos de la nueva ciudad o vas ocultarte como ratón de biblioteca... Vamos... -Caroline me está haciendo pucheros.

- Está bien, déjame cambiarme. -

Abro mi armario e Izy ve mi vestuario.

Me pongo una camiseta blanca y unos jeans azules con tenis, mis lentes y una trenza de lado.

- Eres anticuada y esa camiseta parecen sábanas, no tienes algo más ajustado. -

- La verdad es que no, toda mi ropa es holgada. -

- Necesitas un cambio de imagen urgente. -

- No soy una adolescente, obsesionada con su imagen. -

- Bueno vámonos, ¡apresúrense! -exclama Caroline.

Estamos en una pizzería, el lugar es agradable y comenzamos a conversar sobre nosotras para conocernos mejor.

Izy también estudiara Artes como yo, me sorprendió bastante.

-¿Por qué estudias Artes Izy? -

- Mi madre tiene un local de tatuajes yo quería seguir el negocio familiar, pero obtuve está beca así que no puedo desperdiciar está oportunidad.-

Caroline interrumpe...

- Yo estoy en animación digital y diseñar los mejores videojuegos. -

En eso suena el teléfono de Caroline ella se aleja para contestar, debe ser su novio quien llama.

Caroline es bonita y de buen corazón, su novio está en Boston es el mariscal de campo de nuestra antigua escuela, ella está muy enamorada de él y hacen una hermosa pareja el atlético y ella viste ropa a la moda, su cabello es lacio con una figura delgada y estilizada, sus ojos son marrones con una nariz respingada, si me definiera matemáticamente en puntuaciones yo sería como un cinco y Caroline un ocho.

- ¿Tú tienes novio Mel? -pregunta Izy curiosa.

Sacándome de mis pensamientos.

- No, no tengo y tú. -

- Si, él trabaja en la administración de la universidad. -

- Ya regresé las chicas que hablaban sin mí.

Caroline interrumpe. -

- Sobre chicos.- espeta Izy.

-De verdad, pero Mel no ha...teni.-

- le tapó la boca a Caroline.

- chicas ya es tarde regresamos, al dormitorio. - Respondo incomoda.

- Que aguafiestas eres.- Réplica Caroline.

Estamos regresando a las habitaciones, caminando por el pabellón cuando un grupo de chicos, tatuados con chamarras de cuero aparecen son cuatro tipos en total, me sentí algo intimidada así que baje la mirada, cuando se alejaron lo suficiente.

- ¿Vieron eso? - pregunta Caroline.

- ¿Qué cosa? - pregunta Izy.

- Ese chico malo, que está hecho un papasito, el del tatuaje en el cuello díganme qué no fui la única.

- Lo siento Caroline, pero prefiero evitar contacto visual con ese tipo de delincuentes. - digo indignada mientras ella me sonríe.

- ¡Bromeas, ni lo viste! está como quiere. - mordiéndose el labio inferior. -

Izy y yo nos reímos de Caroline. Burlándonos de lo pervertida que es.

Esta noche termina y sale un nuevo día, mi primer día en la universidad espero nuevas aventuras, amistades y experiencias.

La orientación fue agradable además de que quedé en todas las clases con Izy así que no me sentiré sola.

Ese día decido pasar por la biblioteca del campus, no puedo explicar el sentimiento que tuve en el momento que entre por la puerta y mis ojos se direccionaron hacia él, fue amor a primera vista, el bibliotecario del lugar , mejor dicho Noah, como su gafete lo dicta, es el hombre más guapo que han visto nunca mis ojos, mi preciado y dulce primer amor, su cabello castaño, ojos azules con nariz respingada y mandíbula cuadrada, su camisa azul marino hasta marca sus pectorales no cabe duda de que se ejercita y Dios esos labios rosados .

Me derrito solo de verlo, suspiró como una tonta.

- Disculpe señorita, se va a llevar ese libro.-

Muevo mi cabeza, como saliendo del trance en el que me ha dejado este monumento de hombre.

-Lo siento, estaba distraída, si me llevaré este.-

Me dedicó una sonrisa que me debilita el alma, me siento en las nubes.

-¿esto es el amor?-

Podría observar todo el día si es posible, creo que ya encontré mi lugar favorito de todo el campus.

Me entrega el libro y debo irme para mí próxima clase, no puedo llegar tarde.

Finalice mi última clase, muy aburrida sobre historia del arte y sus introducciones, decido dirigirme al campo de la universidad no hay nadie aquí a esta hora, me subo a las gradas de los espectadores.

Abro mi mochila y saco mi cuaderno de bosquejos no puedo sacarme el rostro de Noah de la mente, ese joven tan hermoso que cautivo mi corazón, estoy dibujando con mucho cuidado me falta poco para terminar mi dibujo realista en lápiz, lo firmo en el pie de página Melek en cursivas pero un viento algo fuerte me bota la hoja de mi preciado dibujo y cae por los espacios huecos de las gradas.

Bajo la gradas y lo rodeo por detrás cuando me acerco puedo ver a un chico de piel clara con los pantalones negros rotos abajo, y con su culo al descubierto sosteniendo la pierna de una chica están gimiendo de placer sus caderas chocan fuerte !ESTAN TENIENDO SEXO¡.La chica lo disfruta, es la primera vez que veo algo similar y estoy a unos cuantos metros de los dos pero está imagen me perturba.

El chico voltea a verme, su mirada es tan sexy y su rostro es tan erótico, en cada embestida a la chica mi entrepierna palpita, que me está pasando no puede ser normal soy una pervertida o que, él tiene muchos tatuajes en el brazo y su cuello, me distraigo viéndolos cuando él me dice.

- ¿Te gusta lo que ves? -

Con respiración acelerada y jadeante.

Salgo huyendo porque la vergüenza me apodera, mi cara está roja como un tomate, siento arder mi rostro.

Voy hacia los baños y me lave la cara, será el clima pero siento mucho calor, respiró hondo y trató de calmar estás emociones fuertes en mi primer día y ya me quieren sacar el corazón por la boca en dos ocasiones, primero el bibliotecario ahora este depravado.

Me tranquilizó de poco a poco, cuando mi ritmo cardíaco se normaliza decido salir del baño.

Pero me sobresalto al ver al chico tatuado en el borde de la pared del baño está esperándome.

- ¿Pero qué haces? quieres matarme de un susto. -

Me observa escaneando de pies a cabeza, sus ojos son azules y su rostro es realmente atractivo, tiene un aura realmente magnetizante.

- ¿Qué me ves tanto? Te gustó. - le digo molesta.

Se echó a reír en carcajadas como si hubiera dicho un chiste muy gracioso.

- ¡En tus sueños! A mí no me gustan las gordas. -

- ¿Y quién pidió tu opinión sobre mi físico? - -Respondo con una mueca de desagrado.

- Mira... gordita pervertida, Sé que disfrutaste del show. -

- ¡Asco fue lo que me dio! Ver tu culo al aire.- Volteando mis ojos en blanco.

Veo que le ofendió mi respuesta, porque su ceño está fruncido y acaba de chasquear la lengua.

Tampoco pienso quedarme a averiguarlo, así que me alejo unos pasos cuando él me toma de la muñeca y me detiene.

- ¡Suéltame! atrevido. - gritó molesta.

- Vale, no te pongas dramática tampoco.

Soltando su agarre.-

Grandísimo idiota murmuro en mis adentros, lo veo fijamente y por un instante me pasó por la mente la escena de el con esa chica y la expresión tan erótica que hacía mientras la hacía suya, mi rostro se enrojece sin percatarme.

Dios debo estar loca al pensar en eso y encima de haberme gustado, él está sacando un papel de su mochila y yo sufriendo una mala jugada con mi imaginación lujuriosa.

Aunque debo admitir que es bastante atractivo, tiene ojos azules intensos , el cabello es castaño oscuro bastante lacio, sus cejas pobladas y gruesas combinadas con unas pestañas largas y rizadas, su rostro parece de revista además tiene aretes negros en la oreja y lleva tatuado el dorso de las manos y quién sabe que otros lugares más.

- ¿Esto es tuyo?-

Cuando veo es mi dibujo, creí que no lo recuperaría.

- Devuélveme, es mío. - extendiendo mi mano para tomarlo.

- ¿Tu nombre artístico es Melek? Debo admitir que eres muy buena, el bibliotecario se ve sublime aquí. -

- Mi nombre es Melek, ahora devuélveme mi dibujo. -

Intentó quitárselo de las manos, pero es en vano, este tipo debe medir 1.80 metros y con mi estatura es una total burla.

- Lastima que seas enana y no puedas alcanzarme. -

No es un ser humano con el que se pueda razonar y mi nivel de tolerancia ha sobrepasado su límite, lo pateó con fuerza y por error le doy en las bolas, bueno quería lastimar sus pantorrillas pero creo que no medí mi fuerza.

Suelta un quejido agudo de dolor mientras se agacha sosteniendo su entrepierna, su cara está soportando el dolor cuando grita.

- Maldita. -

- Para que veas que no se necesita estatura para darte un golpe en las bolas. -

Me echo a correr arrebatándole el dibujo de las manos y me doy a la fuga antes de que se recupere, sin darme cuenta estoy ya en mi dormitorio, creo que corrí más que en las carreras olímpicas.

Llegó a mi habitación y me encierro, la vida universitaria jamás pensé que sería tan emocionante y divertida, es mi primer día y ya he visto de todo.

Tomo una ducha antes de dormir y pido una pizza a domicilio, no debería comer comida chatarra lo sé, pero este día lo amerita.

Tengo el cabello húmedo goteando, mi cabello es rizado y rubio si lo dejo suelto se me crean ondas en las puntas y la raíz es lacio, lo tengo bastante largo hasta mis glúteos, me pongo una camiseta holgada color gris, sin sostén y ropa interior de algodón por debajo.

Estoy leyendo un libro mientras espero que venga mi pizza, escucho que me tocan la puerta, brinco de la cama apresuradamente.

Cuando abro mi puerta es el mismísimo Diablo en persona.

Cómo se enteró cuál es mi habitación y peor aún que hace enfrente de mi puerta.

- ¿Qué demonios haces en mi habitación? quieres otro golpe. - Le digo molesta.

- Cálmate, gordis solo vine a hablar. -

Apretándome una mejilla y sonriendo divertido.

- ¡Déjame! Baboso.- lo veo frunciendo el ceño.

- Siempre eres tan violenta.-

- Qué quieres. - cruzo mis brazos y mis senos se marcan en mi camiseta.

Su mirada penetrante está llevando su atención hacia mis senos y muslos.

- Si te me quedas viendo nada más, cerraré la puerta.-

- Espera, vine porque quiero que me ayudes con una clase de diseño digital, veo que tú tienes talento podrías ayudarme con mis bosquejos.-

- Olvídalo, no puedo hacerlo.- Niego con la cabeza.

- ¿Por qué no? - pregunta confundido.

- No somos cercanos, ni siquiera sé cómo te llamas y como es que averiguaste cuál era mi habitación.-

Nos interrumpe el repartidor.

- pizza de pepperoni con especial de carne y queso, son 8 dólares. - dice el repartidor.

Me doy la vuelta y busco el dinero, pago por la pizza y el repartidor se retira, dejó la caja en mi mesa de estudio.

Cuando me volteé, estaban las chicas en la puerta con cara de desconcertadas, sobre todo Caroline.

Me sentí incómoda de repente.

- No vas a presentar a tu amigo nuevo. - exclama Caroline.

-Y cómo hacerlo si es un desconocido para mí, estaba a punto de decirle que se vaya y ustedes aparecieron.-

-Soy Max Evans, mucho gusto chicas, creo que me retiró.-

Entra y toma una rebanada de pizza.

- ¿Pero qué haces?-

- Es justo Melek, no he cenado buscándote así que lo tomaré como disculpa por golpear las bolas.-

Las chicas se burlan divertidas, él se va mientras le da un mordisco a mi pizza.

- Ese era el papasote tatuado del que les hablé ayer. - dice Caroline.

- Bueno y de que lo conoces. - pregunta Izy.

No les contaré que lo vi haciendo delicioso, solo pensarlo me desestabiliza esa imagen.

- Me vio, haciendo un retrato realista con lápiz así que me ha pedido ayuda con sus diseños digitales al parecer es muy mal dibujante.-

-¿Y le vas a ayudar?- pregunta Caroline.

- No, claro que no.-

Las chicas comen conmigo y después se van a dormir.

Me acuesto a dormir y pienso en mi primer amor que conocí, el chico de la biblioteca.

Aunque mis ojos se van cerrando por sí solos.

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