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Cásate conmigo... De nuevo

Cásate conmigo... De nuevo

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30 Capítulo
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El la odiaba por el pasado, la creía culpable de algo que ella no hizo. El tiempo se encargaría de enseñarle cuan equivocado estaba... Quizá aún había tiempo de arreglarlo todo. Pero cada acto hecho tenía consecuencias y no iba a ser tan fácil con él creía....

Capítulo 1 "Yo no tengo nada que festejar"

En una habitación de la casa una pareja terminaba su acto amoroso.

El hombre, la trataba con dureza, no le importaba lo que ella sintiera, era solo su propio desahogo, a él ella no le importaba era un solo trozo de carne con el cual saciar sus más bajas pasiones.

Soltó a la mujer hasta que se canso de ella, la hizo a un lado después de que ya no la necesitó.

Zared Hansen miro a la mujer que ya hacia en la cama desnuda, cubierta con las sábanas, blancas, su mirada era de repulsión, no podía ni siquiera verla solo era para su satisfacción.

"Zared... Te amo yo.."

"Ximena Guillén, eres tan sucia. ¡Yo nunca volveré a amarte en mi vida!"

Zared empujó sin piedad a Ximena, se vistió y se preparó para irse. Su acción era limpia y ordenada. Parecia que quedarse un segundo más era una especie de sufrimiento para él.

El aire estaba lleno de una atmósfera erosiva después de hacer el amor con la mujer.

Ximena se levantó con dificultad y le gritó a la figura del hombre: "Zared Hansen, ¿qué estás diciendo?"

"¿Que estoy diciendo? Eres lo suficientemente barata" Zared hizo una pequeña pausa, se dio la vuelta y miró a Ximena. Solo habia odio en sus ojos.

"Zared, nunca te he traicionado". Gritó Ximena. Zared la miró ferozmente, con una expresión desdeñosa en su rostro y una mueca en sus labios. "Hace cinco años, ¿no lo recuerdas? ¡Me engañaste, con otro!" Ximena simplemente lo miró.

"Aún así me dices que no me has traicionado. ¿Qué hay de tu himen? No eras virgen cuando te entregaste a mi!" Era como una Bestia enfurecida. Sus ojos oscuros brillaron con una luz fría y tenue. Parecía que desgarraría a la mujercita frente a él en pedazos en cualquier momento. Una vez él, dijo amarla como a su vida propia, lo traicionó, el renunció a todo, solo para estar con ella. ¡Y ella es una perra desvergonzada! Cuando él le entregó su dignidad para hacer un futuro, ella estaba en los brazos de un rico hombre de negocios y no dudó en entregarle su primera vez. Al pensar en esto, la ira de Zared se elevó en su corazón. La miró fijamente y dijo: "¡Ximena, eres tan repugnante!" Esa visión apuñaló profundamente los ojos de Ximena, incluso su corazón también siguió la punzada de dolor.

Durante cinco años, Zared le había gritado esas palabras cada vez que quería desahogarse, recordándole esos recuerdos insoportables todo el tiempo.

Su odio por ella, la habia lastimado profundamente, durante estos cinco años el la veía como una mujer sucia e infiel, con el tiempo más y más tenía arraigado, ese sentimiento.

Hace cinco años, eran la pareja de oro a los ojos de toda la ciudad,una pareja estable la cuál se amaba, se respetaba, pero un día todo cambio.

Cinco años más tarde, en su odio y tortura, ella se humilló hasta el polvo, pero no calmo su odio hacia ella, el la trataba con frialdad, arrogancia y crueldad, cada que quería la humillaba para él ella no era nadie, para ella él era todo lo que amaba.

Ximena arrastró su cuerpo cansado para sentarse de la cama, se levantó despacio, se lavó en el baño, se cambió la ropa por limpia y bajó las escaleras. Zared estaba abajo era extraño que no se fuera de inmediato, sino que se sentó en el sofá de la sala de estar, mirando la computadora.

Ximena se sentó junto a Zared y dijo en voz baja: "Zared, ¿volverás a cenar por la noche?"

Tan pronto como salieron sus palabras, el aire estaba tan tranquilo que Ximena podía escuchar los latidos de su corazón.

Después de un largo silencio, la voz fría de Zared se escuchó: "¿Qué calificaciones tienes para dejarme volver?"

Ni siquiera la miró. Sus ojos se quedaron en la computadora.

Ximena sintió un estallido de dolor desgarrador en su corazón. Ella frunció la boca y dijo, "hoy nosotros... Festejamos cinco años de matrimonio."

"Yo no tengo nada que festejar"

Después de esas palabras no dijeron más, las palabras que quería decir Ximena quedaron el el aire, Zared cerró la computadora, se levantó y se fue.

Dejando a Ximena sola, soplaba un viento fresco. Sintió que su cuerpo estaba lleno de agujeros, frío sin rastro de temperatura, quedo sola en aquella casa fría, la que solo la veía a ella, una mujer que amaba así marido pero no era correspondida, Ximena simplemente se quedó ahí sentada mirando por una ventana.

Sonó un áspero timbre de teléfono móvil. Ximena reaccionó ante su ausencia, tomó el teléfono al azar y presionó el botón de respuesta.

"Ximena, estoy en la compañía en este momento. ¿Quieres ser perezosa? Si no quieres hacerlo, puedes irte en cualquier momento".

La voz violenta de Zared vino del otro lado del teléfono El corazón de Ximena se estancó y susurró: "Estaré allí pronto".

Cuando colgó el teléfono, miró el reloj de la pared. Eran poco más de las ocho en punto, y era una hora antes del trabajo, se levantó, tomo su bolsa y camino hacia la puerta, cerró la puerta y camino hacia la parada del autobús.

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