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El cuarto mes

El cuarto mes

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¿Y si resulta que quitarnos la vida es lo mejor que podemos hacer? ¿Por qué están tan enfocados en la vida y muy pocos estudian la muerte? ¿Por qué nuestra hipocresía? Celebrar mientras la gente sufre… eso nos hace las peores personas. ¿Podemos ser diferentes o acaso el amor nos hace a todos iguales? Y si Dios es real, ¿Por qué me castiga haciéndome escribir esto? Novela filosófica donde el “nacido muerto” explica cómo es que terminó enamorándose de muertas y odiando a los vivos.

Capítulo 1 1 DE ENERO

“Aquel que quiso ser eterno

Y se le quedó hasta el día de su entierro

Murió solo, siendo un niño tierno

Todo por culpa de un ‘Te quiero…’”

EL NACIDO MUERTO

1 DE ENERO

“El sentido de la vida ha sido la muerte misma

La filosofía está muerta, se les dieron a las preguntas respuestas…”

¿Qué tal si quitarnos la vida es lo mejor que podemos hacer? Nos han hecho creer que el suicidio es algo malo, cuando no necesariamente tiene que ser así; si afirmo que el suicidio es perjudicial, entonces estoy diciendo que la muerte es algo vil, y si digo que la muerte es algo vil, estaré diciendo que conozco lo que hay después de la muerte, cuando esto no es así; sería creerme sabio sin serlo, nadie sabe que hay después de la muerte, y el que lo sabe, no puede venir a decírnoslo. Un viaje de ida pero no volver.

Mi mejor frase será el epitafio de mi tumba, pero antes de que yo muera, antes de que algo muera, debo conocerme, esta debe conocerse, ya que la muerte solo es posible: si antes de ella hay vida, de no haberla, entonces la muerte no podría existir.

¿Quién soy? He aquí la pregunta filosófica que más problemas me ha dado, ya que, por mucho que lo pienso y lo intento: aun no sé que soy, no sé quién soy. Tal vez soy un filósofo, pero autoproclamarme así, sería un insulto a los verdaderos filósofos, al final; sólo me he pasado repitiendo sus pensamientos, diciéndolos solo con otras palabras, casi podría decir que soy un plagio.

“¿Qué seré? Un poeta, escritor, filósofo, otro nihilista y/o taciturno

De sentimientos oportunos con un libro inmundo”

Los términos poeta y escritor también serían un insulto. Del poeta se le presume su capacidad de expresar el amor, pero, ¿Cómo ser capaz de plasmar el amor sin tener a nadie a quien amar? ¿O acaso seré un eterno enamorado?

Del escritor se le atribuye la habilidad de crear, de hacer historias, incluso se puede decir que los escritores son los auténticos: Uomo universale, ya que ellos son filósofos y poetas, son capaces de dominar muchas ciencias, incluyendo a la madre de estas, la filosofía. No lo dominan por simple erudición o porque amen a estas ciencias, lo dominan debido a que es su obligación, les es necesario, ellos hacen historias, y para hacer una, es necesario dominar varios campos. Si hablan del amor, han de saber amar, si hablan de ciencia ficción, deberán poder imaginar, sabrán filosofar, necesitan conocer bastante; sino, sus historias serían simplemente incoherencias tras cada palabra.

No soy un escritor, no domino la poesía, ya que no amo, y no domino la filosofía, porque le he dado a las preguntas respuestas, el filósofo busca aun una respuesta, indaga en ella; a pesar de que esta se halla en frente, él la sigue buscando, sin embargo, yo deje de buscar las respuestas, el filósofo aun busca mientras que yo ya las he encontrado…

“…Dios no existe, no somos nada, no vamos a ningún lado,

La razón de vivir es esperar a ser enterrado”

Ahora me encuentro caminando en estas calles desoladas, intentando poner en práctica la enseñanza de los Peripatéticos, camino filosofando, aun a pesar de no ser filósofo, quisiera que alguien me recuerde por una frase épica, quiero mínimo escribir en toda mi vida el epitafio de mi tumba.

Es primero de enero, no hay nadie en las calles, no entiendo el porqué. Los adultos han de seguir de fiesta o durmiendo, sintiéndose felices por tener este día libre para festejar, ¡pero qué insensatos!, no se dan cuenta que sólo somos pájaros en una jaula; solo que esta es muy grande, tan grande que nunca en nuestra vida seremos capaces de llegar a ver las barreras de metal, ¿Cómo lo sé? Aprendí a hablar con los pájaros, deseando que así pudiera aprender a volar… aunque nunca lo logré.

Tal vez sólo seremos libres el día que fallezcamos, el día en que al fin el alma pueda escapar de este cuerpo mortal, ya que al ser este inmaterial, podrá pasar a través de esas barras de metal; debido a que el alma no es materia, no debería tener problemas para cruzarlas, pero, aún hay un problema, uno aún mayor, y es que el alma… no existe. Por ende, nunca seremos libres.

Mientras camino, me topo con botellas de cristal y cigarrillos, incluso otras drogas de índole ilegales.

Los adultos gastan esos papeles de valor dados por el humano en productos nocivos para su salud, papeles que con mis 18 años aun no entiendo. Al final, es solo papel de color, perfecto para que yo haga origami.

No hallo la lógica de consumo en esos productos nocivos, ya que no parece que te hagan sentir bien, y si lo hacen; es momentáneo, a largo plazo este será maligno, será como todo amor, algo bello; pero como todo dependiente, una adicción.

No entiendo el consumo de estos, trabajan 8 horas diarias en algo que detestan, llegan a su casa a sentarse en el sillón, tomarse una de estas bebidas alcohólicas estando frente al televisor, asegurando que se lo han ganado. Siento pena por ellos, al final, solo se ganaron eso, nunca podrían ganarse la felicidad; hay casos de gente ganándose la lotería, pero no conozco casos de gente ganándose la felicidad. No parece que esta se pueda ganar, o realmente es muy difícil.

Llevo 18 años deseando algo de suerte, esperando encontrarla en el suelo, pero observando las ventas altas de estos productos nocivos para la salud, incluso consumidos por gente de edades avanzadas, me hace pensar que realmente: esta felicidad no es que nadie se la haya ganado o topado por suerte, nunca ha pasado ni pasará, debido a que es muy probable que no sea real.

Se atribuye la felicidad a la perfección, pero la perfección no es más que una simple ilusión de la mente, solo existe en el gusto y en la imaginación, pero no en la razón. Lo más exacto que hay en este mundo son las matemáticas, pero por desgracia, no son cabales, no son perfectas; ni mucho menos absolutas, no al menos cuando hablamos de la realidad, ya que en el papel tendremos preciosos números perfectos, pero bien estas en la realidad cambian un poco y, de ser exactas en la realidad… entonces no nos referimos a la realidad… y esto no lo digo yo, lo dice el que es considerado el mejor físico del mundo, Einstein… no hay nada en este mundo exacto… y seguramente nunca lo habrá. Bueno, tal vez miento, debido a que la perfección si puede existir: pero esta solo es posible en la imaginación, en el gusto, más nunca en la razón. En la fe es sencillamente imposible, porque sería decir que Dios es perfecto, pero este no existe; solo es real en la mente de las personas, como la tranquilidad para el esquizofrénico. Para él, hay más diversión en el infierno, en el abismo… en el abismo en el que escribo… somos lo mismo.

Veo una botella de cristal, de esas que generan adicción, siendo legal y una de las más consumidas en estas fechas; no solo es una, son varias, pero se hallan más lejos de mí, me son inaccesibles, pero una de estas toca mi pie, haciendo sonar el cristal con el asfalto, creo que ya sé que uso se le puede dar a una de estas, me atrevo a decir su único uso real.

Tomo del cuello y arrojo la botella a una pared cercana, se rompe la botella en varios pedazos, a lado de unos juegos para niños. No me enteré que había llegado a un parque, estaba tan perdido y sumergido en mis pensamientos que olvidé por completo por donde caminaba, aunque no tengo de que preocuparme; es un parque cercano de donde vivo, aunque eso ahora da igual, después de lo que voy hacer, el saber dónde queda mi casa será lo menos importante.

“Venga, vamos hacerlo, pongámosle fin a todo esto

Si el final de ningún lado es la muerte, ¿Para qué seguir en el juego?

No tiene sentido darle razón a este universo

Siendo y será tan desconocido como estos versos”

Recién me doy cuenta de que detrás de mí hay una banca de madera, tomo un pedazo de los cristales de vidrio que cayeron al suelo. Al tomarlo, puedo sentir el frío; pero no del cristal, si no el frío que trae la brisa, esa brisa que aumenta el miedo que tengo en estos momentos, de saber que mañana ya no voy a despertar, pero creo que es lo mejor y lo correcto, al final, pude llegar a la conclusión de que: la vida, más que absurda, es que simplemente no tiene sentido; al final, soy una persona más de este mundo, dejar de existir no implicaría que el universo deje de hacerlo, mientras haya un sólo ser vivo, el universo seguirá siendo consciente de sí mismo, mi partida es ínfima delante de los siete mil millones de seres humanos que habitan este planeta. A diario nace gente, mientras que otras mueren, yo solo seré un número más, un dato, una simple estadística… no es muy diferente de lo que somos ahora.

Al tomar ese pedazo de cristal con mi mano derecha esta se corta y veo salir las primeras gotas de sangre, estas cubren el cristal y terminan manchando mi mano y el suelo, se siente tibia, pero al poco tiempo se pone fría, debido al tiempo que hace en estas fechas. Una gota mancha mi pantalón, pero no presto mucho caso, que después de esto no tendré que lavar mi ropa.

“He llegado al final de mi vida, final de la pesadilla

Se acabará el dolor, pero también las sonrisas…”

Acerco lentamente el cristal a las venas de mi muñeca izquierda, siento como mi respiración se agita, el corazón aumenta su frecuencia; mañana verán en las noticias el encabezado de: “Adolescente es hallado muerto en la calle”.

Aquí vamos…

—Disculpa…

Justo en el momento en que el pedazo de cristal de la botella toco mi muñeca, pude oír la voz una mujer, una voz suave, melodiosa, bastante tranquila; muy diferente a mi tono de voz opaca, con poca fuerza y tono grave. Su tono era alegre, a pesar de haberme hablado muy bajo.

Al voltearme, pude ver muy cerca de mí a una hermosa mujer, podría decir que tiene una edad muy similar a la mía, aunque en estos momentos parezco de una edad más avanzada de lo que soy en realidad. Mi cabello es lacio y largo, pero sin sentido, simplemente tiene partes más largas que otras. No me he quitado la barba y esta no es uniforme, al igual que mi cabello, esta está más larga en algunas zonas más que en otras. Mi cuerpo es flaco y débil; no tiene nada de especial más que mi piel, pálida, por lo escaso que salgo de casa, siendo en el parque el mayor tiempo que he estado bajo el sol, al final de cuentas, son las 9 de la mañana; mi vestimenta es un asco, sin peinarme, mi sudadera no es más que una de color blanco, mi pantalón es uno de mezclilla azul y uso tenis negros. Nada de lo que tengo puesto tiene coherencia.

Ella es completamente lo contrario, es simplemente hermosa, con una coleta de caballo, tiene un suéter blanco, parece muy delgado, me pregunto si no tendrá frío. Su pantalón es uno de mezclilla negro con tenis grisáceos, combinando con la liga y diadema que sostienen su cabello negro, lacio y corto. Sus rasgos no son occidentales, aunque es de piel blanca. Muy seguramente se acercó a esta zona al escuchar el rompimiento de la botella de cristal.

—¿Qué sucede? —tras haberme recuperado de la impresión, paso a preguntarle para saber por qué me ha hablado.

—¿La vida tiene sentido?, ¿Cuál es el sentido de la vida?

“¿La vida tiene sentido?, ¿Cuál es el sentido de la vida?” Tras escuchar que me haga esas preguntas me quedé estupefacto, ¿Quién anda preguntando este tipo de preguntas a desconocidos en la calle?

—Hay dos opciones, o bien la vida no tiene sentido o estamos formulando mal la pregunta, también está que la vida tenga sentido; pero, si me estás haciendo la pregunta, eso implica que esa respuesta está descartada; ya que, de tenerla, no me preguntarías. En dado caso, lo más probable es que la vida directamente no tenga sentido, siendo absurda, incluso imposible que la tenga, parece ser que la vida no es más que un acto de azar, de no serlo, implicaría ser la excepción al resto; ergo, ser únicos, lo cual no es el caso, al menos científicamente hablando, aunque para algunas religiones nos vean como los seres elegidos por Dios. En conclusión, suponiendo que la pregunta no esté mal formulada, es imposible que la vida tenga sentido.

—¿Es imposible o aún no sabemos el cómo, por qué y para qué? ¬-—ella me contesta con otra pregunta.

Considero que su razonamiento es ilógico, su pregunta iría más a preguntas de cómo hacer algo. El sentido de la vida debería ser algo con lo que nacemos, si tomo en cuenta su pregunta, sería decir: que el sentido de la vida tendría que ser creado o, peor, saber cómo crearla. En dado caso, el crear el sentido de la vida es igual a decir que la vida no tiene sentido; y al no tenerla, habremos de crearla, para darnos una razón para vivir, debido a que sabemos que no tiene sentido.

Tras verme un largo rato callado, decide hacerme otra pregunta.

—¿No acaso la filosofía es la encargada de encontrar respuestas a estas preguntas? Sí creo en lo que dices entonces estarías diciendo que la filosofía está muerta.

En ese momento decido verla a los ojos, soltar el pedazo de cristal y levantarme.

—Disculpa, pero ahora me toca a mí hacer las preguntas. ¿Qué es, para empezar, la filosofía? —le pregunto mientras la veo directamente a los ojos.

Me observa durante un rato a los ojos, sin emociones. Parece estar asombrada de algo, debido a que tiene sus labios rojizos entreabiertos. Al no obtener respuesta, decido hablar.

—La filosofía es…

“Una carretera de miles de caminos que van, de ningún lado a la nada

Buscando definir lo indeterminado usando finitas palabras…”

Odio esta parte de la filosofía, queriendo saberlo todo, conocer todo lo que es perceptible, a pesar de que lo conocible es infinito e ilimitado, y aún peor; queriendo transmitirlo en una forma de comunicación finita y limitada. Definir infinito con finito, definir lo indeterminado con lo determinado —tras mi respuesta, ella pasa de tener una cara de impresión leve a mostrarme una sonrisa. He de decir que se ve muy bella.

Apartando la mirada para no verla directamente, continuó con mi explicación.

—No entiendo la manía de los filósofos y los científicos queriendo saber y definir la vida: para que haya vida, tiene que haber muerte. ¿Cuánta gente preocupada investigando sobre la muerte conoces? ¿Cuántos filósofos y científicos conoces que estén escribiendo e investigando sobre la muerte…?

“Filósofos y científicos no han podido definir la vida

Pero a mí me preocupa más saber que es la muerte y lo que le siga…”

Para que haya vida es necesario la muerte. Al nacer, de lo único que estamos seguros es que vamos a morir. La filosofía está muerta…

“Dios no existe, no somos nada, no vamos a ningún lado

La razón de vivir es esperar a ser enterrado…”

Como no existe Dios, no somos más que un azar del universo, hasta ahora la excepción, más no la norma; además de que no vamos a ninguna parte en esta carretera de infinitos caminos, implicaría que sólo hay un motivo o una razón para vivir: que es la de morir, esperar hasta ser enterrados —tras esto, decido sentarme en la banca de madera otra vez, mientras observo el suelo y me doy cuenta de que hay gotas de sangre seca.

En ese momento se sienta a mi lado, puedo percibir por la corriente de aire el olor de su perfume, aunque también podría ser el olor de su shampoo de su cabello. Sea lo que sea, huele bastante bien.

Puedo observar que mira hacia otro lado, al contrario de mi posición, observando el cielo y las calles desoladas, aunque solo puedo observarla de espalda, creo que podría jurar que está sonriendo.

—Si la vida no tiene sentido, y si vamos a morir, ¿Por qué no hacer algo antes? No sé, conseguir unos amigos o una pareja, tener un sueño, tiene una manera de pensar bastante diferente; podrías ser un escritor, tal vez no serías conocido, pero bien sabemos que muchos artistas florecen tras su muerte, así, tu muerte tendría un sentido. ¿No tienes amigos o pareja?, ¿No tienes sueños que quisieras cumplir antes de morir?

—…

“No hay razón para relacionarse y tener amigos que vas a perder

No hay razón que me recuerden el día que vaya a desaparecer

Podría ser, pero jamás querré ser el mejor letrista

Y menos si para ese puesto a cambio tengo que dar mi vida”

No tengo motivos para tener amigos, pareja o sueños, todo eso, teniendo en cuenta que el final es la muerte; voy a terminar perdiéndolos, o incluso peor, la misma muerte me los va a quitar…

“La dama más odiada, a la vez la más misteriosa

Capaz y es el mayor bien y se desconozca…”

Aunque la muerte por sí sola no es capaz de hacer esto, es necesario a su fiel acompañante, el tiempo. Son como uña y carne, especialistas en dañarnos, en dañarme…

“Ya me quedó claro que te llevaras a mis padres

Como a mis abuelas, por mí vendrás más tarde…”

Vendrán y se llevarán a mis padres, a toda mi familia, al igual que mis amigos o pareja, así que mientras menos tenga, mejor. Lo mejor sería no tener nada. El no amar es una mejor opción, así, la partida no dolerá o dolerá menos, para ambos bandos; ser el malo para que tú seas el que sufre y no hacer sufrir a los demás —vaya… no recuerdo cuándo fue la última vez que hable tanto, siendo bastante taciturno, mis pensamientos solo se han quedado en mi mente. He hablado demasiado por el día de hoy y no parece que vaya a irse, será mejor que me marche…

—…

“Te preparaste mentalmente que todos se irán

Sabes que todos morirán, pero no lo quieres aceptar…”

—esas últimas palabras vinieron de ella, con esas dos oraciones ella fue capaz de definir todo mi pensamiento.

Tras esto, simplemente me levanto y me doy la vuelta.

—¿A dónde vas?

—Lejos de ti —decido caminar a mi casa, no sé cuál era su objetivo al hablarme, pero al final no hice el acto que tenía en mente… supongo que está bien… creo…

—¡Ahhh! —grita poco después de que yo haya dado unos pasos.

—¡Oye! ¿Qué estás haciendo? —le digo molesto mientras regreso caminando hacia su dirección.

Veo al llegar los pedazos de cristal de la botella que rompí en el suelo, en ellos, sangre fresca. Al voltearla a ver, puedo ver que está agarrando y viéndose el dedo. Parece ser que se pinchó con los pedazos de cristal, por consecuencia empezó a sangrar.

—Vi estos pedazos de cristal en el suelo y decidí recogerlos. Esto es un parque, muchos niños vienen aquí a jugar, así que sería malo que uno de ellos se lastimara con estos pedazos de botella; pensé que lo mejor sería recogerlos y tirarlos… pero me lastimé por accidente…

A pesar de haberse lastimado, podía ver como se agarraba el dedo, lo alzaba y me lo mostraba mientras que en su cara se dibujaba una sonrisa muy grande. Me parece impresionante, que a pesar de ser herida, ella sigue sonriendo. Como una luz blanca.

—Deja que yo lo recoja… —me inclino para tomar los pedazos de cristal.

—No, espera, podrías también lastimarte… —me dijo con un tono de preocupación en su voz.

—No te preocupes, yo rompí estos cristales, debo ser yo el que se haga responsable; además, ya estoy lastimado por ellos —decido mostrarle mi mano donde ahora yacen las marcas de las cortadas realizadas por los pedazos de cristal.

—¿Qué estabas pensando?

Sin morderme la lengua, le digo explícitamente la situación. —Pensaba en suicidarme, pero tu intromisión causó que lo dejara de lado —tomo los pedazos de vidrio y los tiro a un cesto de basura que se encontraba cerca.

—¿Tienes problemas de algún tipo?

—¿Problemas? —ahora soy yo el que le sonríe. —No tengo ningún problema, por lo que esa es otra razón para suicidarme, por esa misma razón iba a suicidarme; debido a que, si tuviera problemas, tendría una razón para vivir, que sería el de solucionarlos. Al no haber problemas que solucionar, no hay motivo para vivir.

—¿Por mí no terminaste la acción? —dice esto mientras ve mi muñeca, observo que tengo un pequeño corte, no me di cuenta que me lo había realizado.

—No exactamente…

“Intente cortarme las venas

Pero no encontré ninguna de ellas”

—le contesté, me levanté y empecé a caminar.

—¿Estás diciendo que el suicidio es algo bueno?

No sé qué expresión haya hecho ante esa pregunta, tal vez de duda, de asombro, una sonrisa… no estoy seguro, tras mis últimas palabras me di la vuelta y me fui caminando a mi casa.

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